LA NACION

Desvelado por el Rusiagate, Trump lanza una batería de tuits con feroces críticas al FBI

Volvió a atacar al ex director James Comey; lo acusó de mentiroso y dijo que dejó a la agencia con la “peor reputación” de su historia; en el Congreso insisten en proteger al fiscal especial

- Rafael Mathus Ruiz CORRESPONS­AL EN EE.UU.

WASHINGTON.– Desatado y molesto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fustigó en una tormenta de tuits al FBI, a la justicia y a la prensa, insistió en que la investigac­ión del escándalo Rusiagate es una “caza de brujas” y acusó a James Comey de haber mentido, al negar otra vez que le hubiera pedido que dejara de investigar a su primer asesor de seguridad nacional, Michael Flynn.

“Nunca le pedí a Comey que dejara de investigar a Flynn. ¡Solo más noticias falsas que cubren otra mentira de Comey!”, publicó Trump en su cuenta personal, ayer, a las 6.15.

En junio último, Comey testificó bajo juramento en el Congreso que Trump le había pedido en una breve charla en el Salón Oval de la Casa Blanca, tras un encuentro con miembros del equipo de seguridad nacional, “dejar ir” a Flynn, a quien Comey, por ese entonces al frente del FBI, investigab­a. “Espero que puedas ver claramente tu manera para dejar que esto suceda, dejar ir a Flynn. Es un buen tipo. Espero que puedas dejarlo ir”, le dijo el presidente a Comey, según su testimonio.

Con su diatriba en la red social, Trump volvió a colocarse en el centro de la discusión política de Estados Unidos con una tormenta de mensajes desatada entre la noche del sábado y la madrugada del domingo, con ataques a un abanico de blancos: Hillary Clinton, la prensa, la cadena ABC y Comey, a quien, además de acusar de cometer perjurio, culpó de dejar al FBI con “la peor” reputación de la historia.

la seguidilla de mensajes ocurrió dos días después de que Flynn se declaró culpable ante la justicia de haberle mentido al FBI acerca de sus conversaci­ones con el embajador ruso en Washington, Sergei Kislyak, durante la última transición presidenci­al. Flynn ahora deberá cooperar con la investigac­ión que lidera el fiscal especial, Robert Mueller, un giro que podría atar aún más a la Casa Blanca al escándalo.

Trump había dicho anteayer que no estaba preocupado sobre lo que Flynn pudiera llegar a decirle a Mueller, pero su cadena de mensajes revela, según sus críticos, la preocupaci­ón que existe puertas adentro del gobierno federal por el avance de la investigac­ión, que ya se metió dentro del círculo íntimo del mandatario y su campaña presidenci­al.

En medio de sus tuits, Trump intento desviar la atención al reflotar la investigac­ión federal a Hillary Clinton por el mailgate, que estuvo a cargo de Comey y concluyó sin imputación a la ex candidata demócrata. “Muchas personas en nuestro país están preguntand­o: ¿qué va a hacer el Departamen­to de «Justicia» sobre el hecho de que Corrupta Hillary, DESPUÉS de recibir una citación del Congreso de los Estados Unidos, eliminó y «lavó con ácido» 33.000 correos electrónic­os? ¡No hay justicia!”, indicó el presidente.

Minutos antes, en otro mensaje, Trump sugirió que el FBI actuó con imparciali­dad en la investigac­ión y los interrogat­orios a Clinton, quien el año anterior respondió preguntas sobre el uso de su mail privado cuando era secretaria de Estado de Barack Obama. El presidente se quejó de que la vida de Flynn fue “destruida” y que Clinton fue exonerada. “Informe: «AGENTE DEL FBI ANTITRUMP LLEVÓ ADELANTE LAS PRUEBAS CONTRA CLINTON». ¡Ahora todo comienza a tener sentido!”, tuiteo el jefe de la Casa Blanca, para después preguntar: “¿Sistema arreglado o sólo una doble vara?”, preguntó Trump.

Unas semanas atrás, Clinton relativizó en una entrevista los ataques del presidente, aunque no dejó pasar la oportunida­d para lanzar un contraataq­ue: “Está un poco obsesionad­o conmigo”, dijo al programa radial

Cape Up. “pero creo que es en parte su propio ego, porque sabe que obtuve más votos y sabe que hay preguntas sobre las elecciones que merecen respuestas”, completó.

Trump también aprovechó para volver a poner en duda la credibilid­ad de la investigac­ión del FBI, tras conocerse que Mueller reasignó a uno de los agentes en su órbita porque había enviado mensajes de texto en contra del presidente.

Varios legislador­es en el Congreso han insistido en buscar un mecanismo para proteger al fiscal especial, ante el temor de que el presidente decida echarlo, tal como hizo con Comey.

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Yuri gripas/reuters Trump descargó ayer su furia en Twitter contra algunos de sus enemigos

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