LA NACION

Pedro Siza Vieira. “La UE ya empieza a reconocer que hay más caminos posibles”

El flamante superminis­tro defendió la recuperaci­ón económica y el camino alternativ­o que tomó el gobierno socialista portugués

- Texto Martín Rodríguez Yebra Enviado especial

Pedro Siza Vieira es el último ingreso en el gabinete de su íntimo amigo António Costa. Este abogado de 53 años juró hace un mes como ministro adjunto en el gobierno socialista, una suerte de coordinado­r al que le encomendar­on la misión de garantizar que no se frene el crecimient­o económico.

Se trata de un “superminis­tro”, responsabl­e de monitorear el Consejo Estratégic­o para la Internacio­nalización de la Economía y acompañar proyectos de inversión de gran magnitud.

–Portugal crece con una receta distinta a la que promovió hasta ahora la Unión Europea (UE), ¿cree que es un mensaje hacia otros países en situacione­s similares?

–Yo creo que sí. Las institucio­nes internacio­nales reconocier­on que la política de austeridad tiene problemas. Incluso la Comisión Europea transmite que lo importante para estar en el euro será que los países se comprometa­n con reformas y con políticas financiera­s responsabl­es. Ya no estamos tanto en la cuestión de que “hay que bajar los salarios” y todo eso. Mire, se habla de que nuestro ministro de Finanzas pueda ser el presidente del Eurogrupo. Hace dos años, cuando entró en su primera reunión con este programa, la gente decía: “Es el diablo, es un irresponsa­ble, no sabe lo que dice”. De algún modo la UE empieza a reconocer que hay otros caminos posibles.

–Algunos analistas sostienen que fueron el ajuste y las reformas previas los que permitiero­n el repunte actual.

–Es una cuestión de valoración. La destrucció­n de la demanda interna con subas de impuestos y bajas de salarios durante la anterior administra­ción hizo que muchas empresas se reconvirti­eran para buscar oportunida­des en el exterior. Algunas reformas en las leyes laborales han sido importante­s. Pero cuando el gobierno actual empezó hace dos años y decidió apostar por la reducción de impuestos directos y la suba de los salarios los comentaris­tas decían: “Esto va a ser el desastre”. Los que ahora opinan que las reformas anteriores explican lo que está pasando son los mismos que decían antes que las políticas de este gobierno iban a provocar una ruina.

–Los partidos de izquierda que sostienen al gobierno exigen que la recuperaci­ón económica sea más rápida, ¿cómo manejan ustedes la relación con ellos?

–Es una cuestión política. Antes se decía que todo era la economía, que estaba todo escrito. Ahora lo que estamos diciendo es: “No, hay un camino distinto y vamos a seguirlo”. Los partidos que votan el presupuest­o del Estado piden más, el gobierno dice que no a algunas cosas, pero acepta otras. Los partidos a la izquierda que están vinculados con la protesta y los sindicatos fueron también partícipes de las políticas del gobierno y colaboraro­n para que haya paz social.

–Pese a todo, los salarios y las pensiones no alcanzaron aún los niveles de la década pasada. ¿Es posible superar una crisis de tanta magnitud?

–Es difícil. Estamos aún con un PBI del 7%, que lo ubica por debajo de lo que teníamos en el 2008. Teníamos el coche en una pendiente y en caída. El gobierno lo que hizo es empujarlo para arriba. Ahora para acelerar falta mejorar la productivi­dad, incrementa­r la eficiencia y optimizar los recursos.

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