miguel cotto honró su último acto con una emotiva pelea en el mítico madison
a los 37 años, el boricua se despidió de los cuadriláteros con una derrota frente a sadam alí; fue ovacionado en Nueva york
El puertorriqueño Miguel Cotto no manchó su notable historia pugilística, potenciada por el logro de cuatro títulos mundiales en pesos diferentes, al perder su última corona, en el acto final de su carrera profesional, en el mítico Madison Square Garden de Nueva York, un estadio que lo cobijó y protegió durante muchos años, como a ningún otro púgil boricua al cabo de su historia.
A modo de paradoja, Cotto se encontró con su propio espejo sobre el ring: Sadam Alí, un moreno de Brooklyn, de 29 años, que clonó a la perfección sus movimientos, para obtener los mejores resultados; buenas piernas para “agrandar” el cuadrilátero, un jab izquierdo preciso y el cruce de la derecha, a fondo, en el momento justo. Sin un desgaste físico supremo. De este modo, el título mundial mediano jr (OMB), cambió de manos, en una decisión estrecha, justificada en los últimos cuatro rounds del combate.
Aquella frase célebre del notable tenista argentino Guillermo Vilas dirigida a su compatriota Víctor Galíndez, horas después de haber perdido el campeonato mundial, hace casi 40 años, se convierte en un legado atemporal, ideal para este tipo de instancias: “Un campeón debe extinguirse como tal. Y el campeón decide cuándo y cómo”. Y Cotto, lo dispuso, a su manera.
Los 12.391 espectadores que asistieron al Madison Square Garden no fueron a presenciar una nueva victoria. Fueron a apoyarlo, a acompañarlo, en su última función, cons- cientes de sus 37 años, de sus 26 cotejos mundialistas y de lo que implica la “vejez pugilística”, retenida en un record de 47 combates.
Esta vez, el aullido puertorriqueño, a modo de ablande al oponente y estímulo sanguíneo, no alcanzó. Llegó, con todo al final, pero siendo superado, por un atleta más joven y más fresco.
Como siempre, parco y de pocas palabras, Cotto, se despidió de las conferencias, con estas declaraciones: “Me siento muy bien, por la pelea, por lo que di en el ring y por mi performance. Algo pasó en mi bíceps izquierdo en el séptimo round, pero no hay excusas. Sadam ganó la pelea… ¡ Mi última pelea! Estoy bien, y es hora de disfrutar, en casa, con mi familia, lo conseguido en tanto tiempo de boxeo. Estoy en éste trabajo, desde que tengo once años. Es hora de descansar. Gracias a mis seguidores, que siempre estuvieron aquí, en el Madison Square Garden, mi segundo hogar. ¡Yo sí que puedo decir esto! Hice todo a través del deporte y le agradezco al deporte todo lo que me dio”.
Las estadísticas dirán que Miguel Cotto se enfrentó con los mejores; que ganó y que perdió con Antonio Margarito, que estuvo cerca de vencer a Floyd Mayweather y a “Canelo” Álvarez, que no pudo con Manny pacquiao y que terminó con los sueños de Sergio “Maravilla” Martínez.
Nunca fue el mejor del mundo; ni el número 1 del momento, pero, siempre, las estrellas del ring tuvieron un recelo y una aprensión disímil a cualquier otra cada vez que estuvieron frente a él. Ahora, una nueva vida comienza para Cotto.