LA NACION

Pese a la crisis, Gallardo puede conservar su promedio exitoso

Si River vence a Atlético Tucumán, el DT prolongará la marca de un título por semestre

- Gustavo Yarroch

Marcel o Gallardo tenía un plan: poner suplentes en la final de la Copa Argentina para que los titulares llegaran bien fresquitos y enteros físicament­e al Mundial de Clubes de Abu Dhabi. Hoy eso parece parte de un relato de ficción. Pero era la idea que tenía el DT de River antes de la semifinal de la Libertador­es que su equipo perdió de manera insólita ante Lanús, luego de estar 3 a 0 en el global de la serie.

El escenario actuales otro, completame­nte opuesto: el campeón de la Libertador­es es Gremio, Ri ver anda a los tumbos y no tiene que viajar en breve a Oriente Medio sino sólo a Mendoza, y la Copa Argentina asoma como la única posibilida­d de cerrar el año con una alegría. Por eso, lejos de aquella idea de dosificar el esfuerzo de los titulares pensando en la principal competenci­a entre clubes del planeta, el Muñeco pondrá el mejor equipo posible el sábado ante Atlético Tucumán. Para los hinchas de River, la Copa Argentina representa un consuelo menor ante el sueño que tenían de enfrentar al Real Madrid en la final del Mundial de Clubes. Sin embargo, no dejaría de ser otra conquista valiosa para un club que en los últimos cuatro años volvió a acostumbra­rse a festejar seguido. Y para Gallardo también tendría un valor especial: le permitiría completar en 2017 el casillero que indica que, desde su llegada a mediados de 2014, ganó al menos un título por año.

Consciente de las reglas del juego, Gallardo sabe que ganarle la final al conjunto tucumano sería algo así como izar la bandera, poco menos que una obligación para Rivera l tener enfrente aun club que no ganó ningún título en la máxima categoría del fútbol argentino. Pero los antecedent­es y la historia quedan relegados aun segundo plano para el técnico, preocupado por el desinflado presente de su equipo. “Terminar el año con una alegría dependerá del trabajo que hagamos diariament­e en esta semana porque no venimos jugando bien”, reconoce. Pero si el técnico realiza una auto crítica que parece sincera, la que haceel golea dor de River, podría definir se como cruda :“El fútbol argentino está muy competitiv­o y es muy parejo, no se puede regalar nada y no nos podemos permitir tener otro partido como el que, por ejemplo, tuvimos hace unos días contra newell’s. Si jugamos así, podemos perder contra cualquiera”, advirtió.

El andar del equipo en la Superliga pone en crisis el favoritism­o para ganar la final del sábado a las 19.15. River perdió 5 de 12 partidos, está a 12 puntos de los líderes Boca y San Lorenzo, y el domingo podría quedar a 15 unidades de la cima si su máximo rival le gana a Estudiante­s. Más: consiguió apenas 3 de los últimos 18 puntos y tiene una de las tres defensas más goleadas de la Superliga, con 18 goles en contra en 12 juegos (Temperley y Gimnasia recibieron 19). Esos números no son azarosos: son la consecuenc­ia de un equipo endeble atrás, con dificultad­es para generar juego y sin la contundenc­ia ofensiva que lo supo caracteriz­ar.

Si River llega a conseguir el bicampeona­to de la Copa Argentina luego de la consagraci­ón en 2016 ante Rosario Central, en Córdoba, el promedio dirá que Gallardo ganó un título por semestre desde que asumió en plena disputa del Mundial de Brasil 2014. Para el Muñeco serían siete vueltas olímpicas en siete semestres. En el primero al frente del equipo, en la segunda mitad de 2014, ganó la Copa Sudamerica­na 2014 y de su mano River quebró una racha de 17 años sin logros internacio­nales. En el primer semestre de 2015 obtuvo la Recopa Sudamerica­na al vencer a San Lorenzo y, en el segundo, conquistó la Libertador­es luego de 19 años y la Suruga Bank frente al Gamba Osaka, en Japón. Ya en 2016, volvió a ganar la Recopa, frente a Independie­nte Santa Fe de Bogotá en el arranque del año, y lo cerró con el festejo en la Copa Argentina ante Central. Cinco títulos internacio­nales y uno local.

“Tenemos que rever muchas cosas de cara al futuro porque es cierto que estamos pasando por un mal momento, pero mientras tanto tenemos por delante una final y eso es lo mejor que nos puede pasar. En Mendoza vamos a estar ante la chance de ganar otro título. Ojalá que lo podamos aprovechar”, afirma, autocrític­o, Leonardo Ponzio.

Lanús le abrió una herida que River no logra cicatrizar. El sábado se sabrá si encontró el antídoto o si se va de vacaciones envuelto en una pesadumbre todavía mayor.

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gallardo tenía otros objetivos, pero un título siempre suma

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