El Gobierno se mostró incómodo y evaluó como un “exceso” el pedido de detención
El jefe de Gabinete tomó distancia y lo calificó como “un tema judicial”
La detención de ex funcionarios kirchneristas y el pedido de desafuero y prisión preventiva para la ex presidenta Cristina Kirchner generaron un fuerte debate interno en el gobierno de Mauricio Macri. Desde temprano, predominaron la sorpresa, la preocupación y la cautela por las consecuencias de la decisión.
Por la tarde, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, aseguró que se trataba de “un tema estrictamente judicial”. “Requiere una investigación muy bien hecha por el tipo de denuncia y también un debido proceso de defensa para los acusados ”, agregó, al tiempo que negó que Macri hubiera incidido en la Justicia. Sobre el pedido de desafuero, Peña dijo que se manejaría “no en términos partidarios, sino institucionales”.
Por lo bajo, los funcionarios descuentan que Cambiemos coincide en el Senado con la “doctrina” del jefe del bloque del PJ, Miguel Pichetto: sólo los senadores con condena firme pueden sufrir el desafuero. Es por ello que, por ejemplo, el ex presidente Carlos Menem sigue en su banca.
Ayer. Macri evitó hablar sobre el tema. Pero el desafuero a Cristina Kirchner en el Senado está casi descartado en Balcarce 50. Y prevén que su debate quedará para el año próximo.
Por otra parte, consultados por la nacion, altos funcionarios consideraron que, pese a que el procesamiento a la ex presidenta por el delito de traición a la Patria por encubrimiento a Irán en el atentado a la AMIA podría ser correcto, la orden de prisión preventiva y el pedido de desafuero parecen “un exceso de la aplicación” de las leyes procesales. Pero buscaron descomprimir la tensión: “Será la Cámara Federal la que eventualmente tendrá que resolver sobre el fallo”, dijo un funcionario. En el Gobierno se trazó una distinción: consideraron correcto que Julio De Vido fuera detenido porque la Cámara Federal había entendido que podía obstruir la acción de la Justicia. Pero señalaron que Carlos Zannini, Luis D’Elía o Fernando Esteche no deberían haber sido detenidos. La Casa Rosada no les asigna ese poder que invoca el juez Bonadio. En esta última categoría también incluyen a Amado Boudou, detenido por el juez federal Ariel Lijo. En el caso de Cristina Kirchner, es visible en la Casa Rosada la incomodidad que generó la noticia del pedido de desafuero. “nos parece un exceso”, dijo un funcionario que habló a título personal y no como voz oficial. Pero que tiene una fuerte cercanía al núcleo duro de Macri.
En cuanto al desafuero, el interbloque de Cambiemos pedirá constituir lo antes posible la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, nombrar las nuevas autoridades, y analizar desde la semana próxima y con detenimiento el pedido de Bonadio.
El presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, de Cambiemos, deslizó su coincidencia con Pichetto, que representa a los gobernadores del PJ. “Es una doctrina correcta en general, pero hay que ver los casos en particular”, dijo. “Entiendo que haya mucha ansiedad, pero tenemos responsabilidad institucional y tenemos que discutir esto con tranquilidad”, aseguró. “Hay que ver cuáles son los fundamentos del juez para proceder a su pedido”, concluyó.
La cautela y la preocupación obedecen también a que si Cambiemos promueve el desafuero de Cristina podría comprometer el acuerdo político con Pichetto y con los gobernadores para avanzar en las reformas estructurales que deben aprobarse en el Congreso, como las leyes de responsabilidad fiscal, el pacto fiscal, las reformas jubilatoria, tributaria y laboral y hasta el presupuesto 2018. otro temor es que aquel fallo de la Cámara Federal, que invoca la posible obstrucción de justicia a quienes tienen cargos públicos, derive en una deformación procesal, y en el futuro varios jueces procesen y detengan con prisión preventiva a un sinfín de funcionarios de cualquier gobierno. “no se puede pedir la detención ante cada procesamiento. Sienta un precedente sobre los funcionarios futuros”, dijo un dirigente macrista.