Judith Miller. Hija y defensora de la obra de Lacan
1941-2017
Judith Miller, la tercera hija de Jacques Lacan, que dedicó su vida a la difusión y protección de la obra psicoanalítica de su padre, falleció anteayer en París, a los 76 años, a raíz de una enfermedad degenerativa. Doctora en filosofía, presidía la Fundación del Campo Freudiano desde la muerte de su padre, en 1981. En ese momento, cuando parecía que el movimiento lacaniano desaparecería, Judith y otros asumieron el desafío de que eso no ocurriera. Su propio esposo, el también psicoanalista Jacques Alain Miller –con quien estaba casada desde 1966 y con quien tuvo dos hijos–, se abocó a la obra de su suegro y, por eso, se lo calificaba de príncipe heredero.
La vida de Miller estuvo signada por la de su padre. Cuando nació, en plena Segunda Guerra Mundial, fue reconocida por el escritor Georges Bataille, que en ese momento estaba separándose de su madre, la actrizSyl vi aMaklés. Aún no habían terminado el divorcio legal y se optó por inscribirla con el apellido de Bataille como una solución técnico-legal válida. Con los años se tramitó el reconocimiento de Lacan. Según lo dispuesto en el testamento de Lacan, Judith fue nombrada su heredera casi absoluta, decisión que provocó malestar en sus dos medios hermanos.
En 1991, Judith editó un libro, para contar la vida de su padre, con fotos familiares, en tres de las cuales se los ve juntos. “Era conmigo con quien él podía no pensar en las cosas sórdidas que ocurrían dentro del ámbito psicoanalítico. Yo era su oxígeno”, comentó en una entrevista con durante la nacion una de sus visitas, en julio de 2000. De él aprendió a confiar en el psicoanálisis porque, como también contaba, desde niña había visto llegar al consultorio de su padre personas sufrientes a la que tiempo después le costaba reconocer. “He visto cambios en dirección a un lugar donde la vida parecía posible para gente que estaba completamente trabada en la dificultad de vivir”.