El poderoso “efecto Art Basel” amplía la experiencia de ver arte
Miami aloja también 18 ferias paralelas, entre ellas, Pinta, dedicada a los trabajos provenientes de América latina; una ciudad colmada de exposiciones
MIAMI.– Si arte es lo que no ha existido antes, como dice Ai Weiwei, entonces arte son esas luces que flotan en el cielo nocturno sobre la playa de Miami Beach. No son aves en vuelo, sino 300 drones dirigidos por el dúo holandés Studio Drift que forman “esculturas voladoras”, producto de un cruce cada vez más fecundo entre arte y tecnología. Esta performance realizada anteanoche para invitados vip de BMW, en el hotel Faena, es una de las consecuencias del “efecto Art Basel”: se cuenta entre más de cuarenta eventos paralelos a la feria más importante del mundo, que amplían la experiencia de mirar obras dentro de un centro de convenciones.
La señal de largada de esta ma- ratón que convoca a los principales coleccionistas del planeta la dio el lunes el empresario argentino Jorge Pérez. El principal mecenas del Pérez Art Museum Miami (PAMM) ofreció un cóctel en honor a Gachi Hasper, creadora de un mural hecho este año para la gala del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, que su desarrolladora inmobiliaria Related Group adquirió para el
hall de un edificio en Puerto Madero. La artista, autora de otro mural presentado el año pasado para esta época en el Faena Forum, es representada por Miranda Bosch en la feria Untitled, en la que participan también varias galerías porteñas.
El miércoles, la obra del platense Edgardo Antonio Vigo se contó entre las primeras vendidas de Art Basel. Son tantos los artistas locales en la feria suiza y en las 18 ferias paralelas que el consulado argentino
y el Centro de Promoción de la Argentina en Miami impulsaron una aplicación con un mapa interactivo para ubicar dónde expone cada uno. Además, anoche organizaron un cóctel para homenajear a los argentinos que exhiben en Pinta, la única especializada en arte latinoamericano.
Fue otra noche agitada en Miami, que incluyó una fiesta ofrecida por el PAMM para celebrar la gran semana del arte. El movimiento de gente es tal que un conductor de Uber dijo haber viajado desde Orlando para aprovechar la oportunidad de trabajo que representa la llegada de unas 200.000 personas a la ciudad. “A la gente le gusta recorrer”, señaló Diego Costa Peuser, director de Pinta, al explicar por qué no hay riesgo de que la abrumadora oferta de eventos afecte la cantidad de visitantes a las ferias. De hecho, el año pasado un récord de 30.000 personas llegaron hasta Wynwood, el barrio dedicado al arte más contemporáneo, para ver la variada propuesta de Pinta.
En esta feria fundada en 2006 en Nueva York es posible encontrar artistas contemporáneos como
Jorge Miño, Pablo La Padula y Román Vitali, y maestros como Julio Le Parc, Fernando Botero y Carlos Cruz-Diez. Los trabajos del artista venezolano son muy populares en esta ciudad con gran presencia latina; varios se exhiben también en Art Basel y en Untitled, que le dedica este año un sector especial.
Sumar, integrar y hacer sinergia: esa parece ser una de las claves del éxito de esta movida lograda por Art Basel, que cuenta con el apoyo de los principales bancos y marcas de lujo del mundo. Hasta las vidrieras de Louis Vuitton, en el Design Distric, están inspiradas en la colección creada por Jeff Koons. A pocas cuadras de allí, la Fundación Prada presentó el martes un proyecto del reconocido artista alemán Carsten Höller. También el museo Bass acaba de terminar la remodelación de su edificio, que inauguró con una muestra de Ugo Rondinone. Su instalación de payasos melancólicos sorprendió días atrás en Buenos Aires, cuando la influencer Calu Rivero difundió una foto en Instagram meditando frente a una de las esculturas con el hashtag #ArtBasel. Tuvo más de 11.500 likes.