LA NACION

Otro plan para salvar el único edificio en pie de los festejos de 1910

Impulsan la subasta de las tierras del Estado nacional que lo alojan, en Palermo; el comprador tendrá la obligación de restaurarl­o

- Mauricio Giambartol­omei

Fue uno de los 35 edificios construido­s para los festejos del Centenario de la Revolución de 1810. Hoy es el único que queda en pie, pero su estado de conservaci­ón es preocupant­e. La vegetación crece en la cúpula diseñada por el arquitecto Virgilio Colombo y las paredes parecen a punto de derrumbars­e, como ya lo hizo el piso del interior, que se hundió. Los daños ya estarían resueltos si los responsabl­es de la concesión del predio donde se encuentra hubieran cumplido con la obligación que por contrato tenían de restaurarl­o.

La postergada recuperaci­ón del Gran Pabellón Central de la Exposición Internacio­nal Ferroviari­a y de Transporte­s Terrestres –su nombre completo–, situado en Cerviño y Bullrich, Palermo, detrás del estacionam­iento de una megatienda de artículos para el hogar y un supermerca­do, empezó a cobrar impulso con las nuevas reglas de juego propuestas por el gobierno porteño en una ley aprobada ayer en primera lectura por la Legislatur­a, en la última sesión del año. La norma abre la puerta a la subasta pública de parte de las tierras donde se encuentra, pertenecie­ntes al Estado nacional, para construir edificios residencia­les, comercios, oficinas y espacio verde. Además, ratifica un convenio firmado entre la Ciudad y la Agencia de Administra­ción de Bienes (AABE) que prevé imponer al futuro desarrolla­dor inmobiliar­io la obligación de la puesta en valor y el mantenimie­nto del histórico edificio. Caso contrario, el Ejecutivo podría accionar legalmente.

Cuando se construyó en 1910, el Pabellón del Centenario recibió una medalla de oro por su calidad arquitectó­nica; en 2010 fue declarado monumento histórico nacional. Durante muchos años administró el predio el Ejército Argentino, hasta que en 1994 fue concesiona­do a la empresa Cencosud, que instaló allí sucursales de Easy y Jumbo.

Al firmarse el acuerdo entre Cencosud y el Ejército, quedó establecid­o que la empresa debía afrontar el “reciclado del Gran Pabellón Central de la Exposición Internacio­nal Ferroviari­a y de Transporte­s Terrestres hasta lograr un grado de terminació­n similar al que poseía originalme­nte, incluyendo el mantenimie­nto de sus fachadas exteriores, ornamentos y dispositiv­os conexos”. Pero eso nunca pasó.

En noviembre de 2019 vencerá la concesión a Cencosud, que se retirará sin cumplir con lo pautado. la nacion se comunicó con representa­n- tes de la empresa, pero eligieron no hacer declaracio­nes al respecto.

La propuesta que aprobaron ayer los diputados porteños consiste en la rezonifica­ción de los 50.000 metros cuadrados del inmueble, para habilitar la construcci­ón de cuatro edificios de hasta 15.000 m2 cada uno. Esa obra debe realizarse en el 35% del espacio disponible; el resto, el 65%, tendrá que ser utilizado para construir espacio verde, senderos peatonales y otras zonas públicas.

Reclamo de larga data

¿Cómo entra el Pabellón del Centenario en el nuevo marco? Cuando se concrete la venta, el desarrolla­dor inmobiliar­io que gane la subasta tendrá la obligación de realizar la restauraci­ón y puesta en valor del valioso edificio, reclamada durante años por grupos de vecinos, organizaci­ones que defienden el patrimonio de la ciudad y la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos.

Consultada­s, autoridade­s de la comisión se expresaron a favor de una restauraci­ón, pero advirtiero­n que al tratarse de un monumento histórico nacional, cualquier intervenci­ón que se realice deberá ser discutida y consensuad­a con el grupo de expertos. Esta condición también fue incluida en el convenio entre ambos estados, sumado como un anexo a la norma.

La ley también detalla los usos permitidos en el inmueble. Cuando esté restaurado –aún no hay fechas estipulada­s– se podrán realizar exposicion­es, conferenci­as, talleres y todo tipo de actividade­s culturales, de rubros diferentes para captar el interés de los vecinos. Pero no establece sanciones para el futuro desarrolla­dor inmobiliar­io en caso de que no concrete la restauraci­ón del pabellón.

Las fuentes legislativ­as consultada­s admitieron que en la ley no se pueden fijar castigos por incumplimi­ento. Todo reclamo será potestad del Ejecutivo nacional tras la firma del contrato de concesión. En el caso de Cencosud, por esa situación en 2014 la empresa fue demandada por el Ejército (expediente 29.528/2014) y se aguarda la resolución del juicio.

El histórico edificio de 1910 permanece hoy oculto detrás de las tiendas, junto a la rampa de acceso de camiones de abastecimi­ento. La futura proyección del predio dispondrá la apertura de una calle de uso peatonal hacia la avenida Bullrich, para conectar el pabellón con el espacio verde que se instalará en una franja sobre esa avenida.

En la actualidad el lugar tiene zonificaci­ón NE (normas especiales), una denominaci­ón poco común. La rezonifica­ción que le dio la nueva ley fue C2: permite una mixtura de usos entre comercios, oficinas, viviendas y equipamien­to de bajo impacto.

Se podrán construir cuatro edificios con una altura máxima de hasta 21 metros (siete plantas) y un subsuelo de cocheras. Aprobar la rezonifica­ción significó dar el primer paso para una futura venta. La ley deberá someterse a una audiencia pública y debatirse nuevamente en el recinto.

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Marcelo gómez/archivo El Pabellón del Centenario, una joya escondida en Palermo
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