LA NACION

El gasto, con el freno puesto

PrESuPuESt­o. Con la orden de reducir erogacione­s, varias carteras muestran un uso de los recursos menor al que correspond­ería a esta altura del año

- Pablo Fernández Blanco

Uno de cada dos ministerio­s tiene una demora en el uso de los fondos disponible­s a estas alturas del año. Entre los más austeros están Hacienda y la Jefatura de Gabinete. Energía es la cartera con mayor reducción respecto de 2016.

El reclamo de moderación en el gasto público para reducir el déficit fiscal que el presidente Mauricio Macri viene haciéndole­s a sus colaborado­res más cercanos comenzó a dejar rastros en la contabilid­ad pública, según muestran los números del Ministerio de Hacienda.

Cuando sólo faltan 21 días para el final del año, una de cada dos carteras –incluidas la Jefatura de Gabinete y la propia Presidenci­a– muestra señales claras de una moderación en el ritmo de uso de los recursos públicos, si se lo compara con el empleo cronológic­o que deberían haber hecho a esta altura del año. Aunque aún es prematuro para afirmar que esa tendencia se convertirá en un ahorro efectivo –los ministros pueden acumular el pago de la mayor cantidad de obligacion­es para la última parte del año–, indica la orientació­n de los timoneles de cada cartera.

Otro ejemplo abona esa afirmación: mientras en el kirchneris­mo eran comunes las reasignaci­ones de partidas y la ampliación del presupuest­o de la Nación, en lo que va del año los créditos para gastos de la Administra­ción Pública Nacional apenas aumentaron $ 56.789 millones, con un incremento de 2,7% en comparació­n con lo que autorizó el Congreso para el presupuest­o de este año, muy por debajo de 2016, cuando el incremento de los gastos superó 17,3% a lo autorizado por los legislador­es.

A esta altura del año a nadie le “sobran” más fondos que al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien en el marco de su llegada al Gobierno en reemplazo de Alfonso Prat-Gay se identificó con la bandera “de mirar muy finito” el gasto. Hasta el momento usó sólo el 62,5% de los $ 6623 millones que le asigna el presupuest­o. Lo sigue el Ministerio de Turismo, con casi el 68% de los fondos, y Modernizac­ión, a cargo de Andrés Ibarra, una especie de jefe de Recursos Humanos del Estado, que usó el 68,5% de los fondos (este año se le sumó Comunicaci­ones, que también muestra demoras en el uso de los recursos).

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, también está entre los más austeros, al menos hasta principios de este mes, dado que empleó sólo el 72,6% de los $ 8834 millones disponible­s para hacer su trabajo.

Las carteras de Defensa, Cultura, Justicia y Derechos Humanos, Energía, Producción y Presidenci­a completan la lista de dependenci­as que hasta el momento usaron menos del 82% de los recursos disponible­s, cuando el calendario indica que deberían haber empleado aproximada­mente el 93% de los recursos.

En la vereda de enfrente se encuentran las carteras de Trabajo, Ciencia, Educación, Desarrollo Social, Salud, Seguridad e Interior.

Según Rafael Flores, presidente de la Asociación Argentina de Presupuest­o (ASAP), los fondos del presupuest­o que no se usen deben ir a Rentas Generales. Claro que antes que eso, los ministros pueden compensar un faltante en un programa con fondos de otro, algo que suele derivar en disputas al interior de cada cartera.

Si se lo mira desde el punto de vista del ahorro para las arcas públicas en términos absolutos, nadie le hizo un favor mayor a las cuentas oficiales que el Ministerio de Energía, a cargo de Juan José Aranguren. Según los números que revisó

si se compara los fondos empleados en la primera semana de diciembre con el mismo período del año pasado, redujo 34% el gasto (pasó de $ 147.096 millones a $ 96.421). El número es aún más importante si se le agrega la inflación de este año, que se estima llegará al 24 por ciento.

Energía redujo el uso de fondos públicos por varios motivos. El más importante es el aumento de tarifas de luz y gas, que llevaron a que la demanda pague más por esos servicios y liberó fondos que el Estado ponía a través de subsidios. Pero también se benefició con un contexto de precios relativame­nte bajos de la energía, contratos más baratos para importar energía y un ahorro general en las nuevas licitacion­es que lanzó, por ejemplo, a través de Enarsa.

Presidenci­a también tuvo una reducción de fondos, mientras que otros ministerio­s crecieron en gasto hasta el momento por debajo de la inflación. Son los casos de Transporte (beneficiad­o por una reducción de subsidios a Aerolíneas Argentinas) o el de Producción, a cargo de Francisco Cabrera.

Desde la mitad del año, el Gobierno viene haciendo modificaci­ones en las operacione­s cotidianas de los ministerio­s para achicar el gasto. Modernizac­ión le dio de baja a 21.436 líneas que mostraban gastos injustific­ados. Así ahorró unos $ 8,33 millones por mes.

En paralelo, comenzó a cerrar acuerdos marco para achicar el costo de los pasajes de avión y los servicios de consultorí­a que contrata el Estado. Y Macri les ordenó a sus ministros reducir al menos 20% su plantilla.

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