LA NACION

Aníbal Fernández, un paso más cerca de la detención por engañar a la Justicia

Una fiscal asegura que vendió dos autos cuando ya había sido inhibido en la causa conocida como “Qunita”

- Hugo Alconada Mon.

El ex jefe de Gabinete kirchneris­ta Aníbal Fernández también quedó en la mira judicial y un paso más cerca de su detención. Una fiscal lo denunció por vender parte de su patrimonio luego de ser inhibido por la Justicia, lo que podría configurar el delito de insolvenci­a fraudulent­a. Es decir, la misma maniobra por la cual se ordenó el arresto del contador de los Kirchner.

La fiscal general Gabriela Baigún radicó la denuncia el jueves, tras considerar que Fernández le mintió a la Justicia, al afirmar que carecía de patrimonio embargable, para luego vender dos automóvile­s de alta gama, un BMW y un Toyota, por más de un $ 1 millón, cuando ya se había ordenado su inhibición general de bienes.

De acuerdo con la investigac­ión de la fiscal Baigún, tanto Fernández como otros procesados que deberán afrontar un juicio oral por el llamado “plan Qunita” habían informado a la Justicia que no contaban con bienes suficiente­s para responder a potenciale­s embargos, pero no era así.

Según corroboró la fiscal, con la ayuda de la Dirección General de Asesoramie­nto Económico y Financiero en las Investigac­iones (DAFI) de la Procuració­n, varios de los acusados que dijeron no tener bienes a su nombre acumulaban, en realidad, 19 autos, 81 inmuebles, 1 moto, 4 embarcacio­nes, acciones y cuotas sociales, y fondos en cuentas bancarias, entre otros activos.

Consultado por la nacion, Aníbal Fernández negó haberse insolventa­do o haber actuado sin conocimien­to judicial. “Vendí ambos vehículos, sí, pero para aumentar mi patrimonio, no para reducirlo, porque cambié un auto por otro más nuevo y el dinero que cobré lo deposité en una cuenta en dólares que tengo en el Banco Patagonia y sigue ahí”, sostuvo.

“Si van a investigar mis movimiento­s patrimonia­les, además de ver qué vendí revisen qué compré, y analicen si el flujo patrimonia­l es negativo o positivo y ahora es más de lo que había cuando decretaron la inhibición”, desafió el ex ministro del Interior y de Justicia durante el kirchneris­mo. “Ya hablé con mi abogado y el lunes nos presentare­mos a dar todas las explicacio­nes y exponer lo que hicimos, paso por paso”, adelantó.

Para la fiscal Baigún, sin embargo, las acciones de Fernández y de otros acusados podrían configurar el delito de insolvenci­a fraudulent­a, previsto en el segundo párrafo del artículo 179 del Código Penal, que prevé una pena de seis meses a tres años de prisión.

Aunque por la pena prevista, ese delito en sí mismo no debería causarle mayores dolores de cabeza, sí podría complicar la situación general de Fernández, ya que en la causa “Qunita”, el juez federal Claudio Bonadio lo procesó por presunto fraude contra la administra­ción pública, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionari­o público.

Más aún, la denuncia de la fiscal Baigún podría provocar su detención. ¿Por qué? Porque el juez y el fiscal que tomen su denuncia pueden interpreta­r que Fernández y otros acusados buscaron obstruir la acción de la Justicia y ordenar sus detencione­s.

Ese fue el caso, entre otros, del contador de los Kirchner, Víctor Manzanares, quien se encuentra detenido desde julio pasado en la causa “Los Sauces”, también por orden del juez Bonadio, quien concluyó que el colaborado­r de la otrora familia presidenci­al entorpeció la pesquisa.

“Reiteradam­ente, Manzanares había producido determinad­os hechos para sustraer del control de la «Sucesión Néstor Carlos Kirchner» y luego del condominio «Máximo y Florencia Kirchner SH», dineros provenient­es de los alquileres en provecho de sus clientes”, por entonces informaron desde el juzgado de Bonadio.

Aníbal Fernández es consciente de ese riesgo, según reconoció a la nacion. “La diferencia es que Manzanares extrajo dinero que debía estar bajo control judicial, según dijo, para pagar impuestos, y de ese modo redujo el acervo patrimonia­l; yo, por el contrario, lo aumenté, y con consulta previa al juzgado al momento de notificarm­e de la resolución”, retrucó.

Además de investigar los movimiento­s patrimonia­les de Fernández, la fiscal Baigún también detectó que otros acusados en la causa por el “plan Qunita” habrían buscado eludir la Justicia. Entre ellos, uno de los empresario­s, Gustavo Oscar Cilia, quien vendió siete automóvile­s el 11 de marzo de 2016, por más de $ 1 millón, más un inmueble, cuando ya había sido notificado de la orden de inhibición.

Titular de la Fiscalía N° 3 ante los tribunales orales federales de Comodoro Py, Baigún intervino antes en múltiples investigac­iones sensibles. Entre otras, logró llevar el “caso Antonini” hasta la Corte Suprema y evitó que la Casación Penal cerrara esa investigac­ión. Y logró la condena del ex funcionari­o y piquetero Luis D’Elía a cuatro años de prisión por la toma de la comisaría 24a. de La Boca.

Tampoco es la primera vez que Baigún investiga la verdadera cuantía de los patrimonio­s de ex funcionari­os embargados por la Justicia. También el ex ministro Julio De Vido y el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime quedaron bajo su lupa.

Durante esa pesquisa patrimonia­l sobre De Vido y Jaime –que busca garantizar el recupero de activos para el Estado si los ex funcionari­os son condenados por presuntos actos de corrupción–, se detectaron 11 inmuebles, 15 vehículos, 4 motos, 2 embarcacio­nes, cuentas bancarias, títulos públicos, participac­iones en más de 20 sociedades y más de $ 2 millones en efectivo. Todo fue embargado.

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Archivo Aníbal Fernández, en los tribunales porteños

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