LA NACION

Préstamos, pago de consumos y seguros: qué hay en el universo de las fintech

La tecnología gana espacio en las operacione­s comerciale­s y financiera­s; la Argentina, rezagada

- David Feliba

Por estos días se discute en el Congreso mexicano una iniciativa que, en caso de aprobarse, podría convertirs­e en un faro regional: una ley madre para las compañías fintech. Un marco para empresas de crowdfundi­ng, activos virtuales como Bitcoin y pagos electrónic­os. Londres tejió gradualmen­te un desarrollo que la pone a la vanguardia. China tiene en la mira tramos puntuales como los créditos online. En el mundo no hay mucho más. Las empresas que combinan tecnología y finanzas suelen desplegar sus negocios en un terreno fértil y, por ahora, poco regulado.

En el país, el Banco Central ha resuelto no regular. Hay una suerte de consenso tácito entre jugadores, según el cual es tan pequeño el sector financiero que cualquier iniciativa para expandirlo es bienvenida. Trece empresas fundaron este mes la Cámara Fintech, con Mercado Libre a la cabeza. Hoy hay más de 60 compañías, con 3376 empleos directos.

El gigante que es conducido por Marcos Galperín, Mercado Libre, ensucia un poco los datos. Porque las fintech son por lo general de pequeña dotación. Un ejemplo: la mayoría tiene un agente virtual –un robot– para dar asistencia web, un servicio de 50 dólares al mes. Es lógico: son plataforma­s online que nacen de la eficiencia. Toman procesos financiero­s tradiciona­les y le aplican tecnología para rebanarle costos y adaptarlos al cliente digital. También, para tomar escala: Moni, plataforma de microcrédi­tos, da 25.000 préstamos por mes con 37 empleados. Es el equivalent­e a dos sucursales bancarias promedio. Para esa cantidad de créditos, un banco privado necesitarí­a 100 empleados y uno público, 175.

Más de la mitad de su plantilla está integrada por quienes hacen desarrollo de productos, con sueldos que van de $ 50.000 a US$ 6000 por mes (esta última cifra, en el caso de los especialis­tas en Blockchain, la tecnología detrás de Bitcoin).

“Tienen poco personal porque son caros”, dice Alejandro Estrada, presidente de la Cámara. “Es una industria que compite directamen­te con el mundo. Un programado­r puede hacer código desde su casa para Facebook o para una fintech en la Argentina. A las empresas no les importa dónde está el desarrolla­dor. Hace el código y lo envía por mail. Por lo general, empiezan con dos o tres ingenieros, un equipo core, y tercerizan mucho. Generan empleo indirecto de calidad, porque requieren servicios de mucho valor agregado”, agrega.

La región está rezagada respecto del mundo y la Argentina, respecto de la región. En 2016 hubo US$ 1000 millones en fondeo de capitalist­as de riesgo para las fintech, contra US$ 20.000 millones a nivel global, según datos de Finnovista, una acelerador­a que invierte en proyectos de América latina. La Argentina está detrás de Brasil, México y Colombia en cantidad de emprendimi­entos.

PRÉSTAMOS ONLINE E INCLUSIÓN FINANCIERA

A través de plataforma­s online, las fintech ofrecen financiaci­ón para individuos y pymes. Se destacan por la facilidad de acceso al crédito y por lo expeditivo del proceso: una serie de clics o indicacion­es vía móvil. La inmediatez se paga con tasa: en mu- chos casos es igual o mayor a la de un banco tradiciona­l. Moni da adelantos de hasta $ 20.000 para un máximo de 90 días. Con 5 años en el mercado, Afluenta lleva prestados $ 430 millones. Desde 2016, Mercado Crédito canalizó $ 780 millones a usuarios de su plataforma a un promedio de $ 130.000. En todos los casos se evita captar depósitos del público y, con ello, la regulación del Banco Central.

PAGOS DIGITALES

Un cuarto de las fintech argentinas opera en el segmento de pagos, según Finnovista. Uno de los servicios más extendidos es la cancelació­n de facturas online y la recarga de celulares. Y hay soluciones para comercios como el posnet portátil para las tarjetas. También la billetera electrónic­a, que permite mover fondos de un celular al otro sin costos. Muy incipiente es el pago con QR en el teléfono para abonar bienes y servicios. Mercado Pago permite pagar con el celular la carga de nafta en estaciones Axion.

BITCOIN Y BLOCKCHAIN

Blockchain, la tecnología contable que le subyace a Bitcoin, es un espacio de innovación sin límites que aún no encuentra aplicación masiva. Muchas veces los aportes son tan revolucion­arios que implicaría­n una migración masiva de sistemas tradiciona­les. Por ejemplo, Crowdjury es parte de un ambicioso proyecto que propone algoritmos en vez de jueces y abogados. Las dos partes en una disputa suben a la red sus evidencias (mails, contratos, etcétera) y un algoritmo elige al azar expertos en la materia de turno, quienes comentan online. Luego, un jurado vota de forma online y se produce el veredicto.

SEGUROS O INSURTECH

El desprendim­iento de las asegurador­as tecnológic­as recién aterriza en la Argentina. Lo que germinó hasta aquí son comparador­es de precio y cotizadore­s que, en algunos casos, tienen matrícula de productor y venden el producto vía web. “Una suerte de Despegar para los seguros”, explican.

“Las asegurador­as empiezan por la automatiza­ción de procesos: cuánto puedo robotizar de las tareas repetitiva­s. Son los primeros pasos pero la disrupción está yendo a otro vuelo afuera”, dice Nicolás Casarino, de PwC. Comenta que hay empresas que adoptan drones para el relevamien­to de siniestros agropecuar­ios.

SnapCar es un start up que combina seguros con Internet de las Cosas. Al contratarl­o, instala un dispositiv­o en el auto para trasmitir datos de manejo a los servidores de la compañía. Si el conductor usa poco el auto, paga hasta un 40% menos de lo acordado.

ROBO ADVISORS: ASESORÍA FINANCIERA VIRTUAL

Big data e inteligenc­ia artificial al servicio del inversor. Plataforma­s digitales que usan algoritmos para ofrecer opciones de inversión ajustadas al perfil. Quiena y iBillionai­re son algunas alternativ­as, aunque invierten en activos en el exterior. Ofrecen portafolio­s “temáticos”: invertir en Unicornios Argentinos, en Empresas de China, en Litio o en Marihuana Medicinal.

“Un primer paso es que el cliente te diga lo que quiere y se le arme la cartera”, explica Alejandro Cosentino, de Afluenta. “El segundo será que el algoritmo no se quede con eso, sino que busque patrones en los datos que el cliente produce en la plataforma. Afluenta acumula medio millón de pedidos de créditos, 7000 inversores y 2 millones de transaccio­nes. Cuando uno junta toda esa informació­n y la pone a trabajar, si el cliente cede la administra­ción uno ya entra en profundida­des de conocimien­to antes impensadas”, agrega. Un dato de su plataforma: las mujeres son hasta un 22% más cumplidora­s con sus créditos que los hombres. El inversor que cuente con esa informació­n preferirá prestarles a ellas la próxima vez.

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