El ananá crece en el gusto del argentino
Se consumen más de 30.000 toneladas anuales; un 79% es de origen importado
714 gramos consumo per cápita de ananá
El ananá es una fruta originaria de estas tierras (América del Sur) y su nombre tiene origen en la lengua guaraní. Su poder para mejorar la circulación de la sangre, ayudar a la digestión de forma natural y combatir los parásitos intestinales hizo que comenzara a ser muy consumida en la Argentina: aun así, su consumo sólo alcanza los 714 gramos per cápita al año.
En el país se consumen más de 30.000 toneladas anuales y casi su totalidad es de importación. La producción de ananá local se realiza en la provincia de Misiones, donde existen unas 700 hectáreas dedicadas a este cultivo. Para satisfacer la demanda interior, la Argentina debe importar la mayor parte del consumo anual de esta fruta. Se compra a Ecuador, Paraguay, Bolivia y Brasil.
La producción nacional de ananá significa un 21% del total consumido (es decir, unas 6300 toneladas), mientras que la importación de esta fruta representa el 79% restante. Su cultivo sería promisorio para la Argentina si se lograra adelantar la maduración y entrada al mercado interno para diciembre, cuando se genera la mayor demanda.
El consumo aparente de ananá a nivel mundial es determinado por las importaciones más el total de la producción, distribuido entre la población mundial. Así es que el consumo per cápita anual de esta fruta en el mundo es de 3,08 kilos, según datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación).
Su producción mundial asciende a 21,9 millones de toneladas. Los primeros cinco productores (Tailandia, Brasil, Costa Rica, Filipinas e Indonesia) alcanzaron el 50,4% de la producción. En tanto, América latina produce un 31%.
El ananá o Ananas comusus pertenece a la familia de la Bromeliaceae, subclase de las monocotiledóneas y género ananás. Se conocen 50 géneros y 2000 especies de Bromeliaceae en el mundo.