LA NACION

Dieron de alta al hermano de Messi, pero seguirá detenido en su domicilio

Debe cumplir prisión preventiva hasta el 23 de este mes, cuando se revisará su imputación

- Germán de los Santos

ROSARIO.– A Matías, hermano de Lionel Messi, la Justicia le concedió la prisión domiciliar­ia después de que abandonó, ayer al mediodía, el sanatorio donde estaba internado y detenido desde el 29 de noviembre pasado, cuando protagoniz­ó un misterioso accidente con su lancha en el río Paraná y la policía le encontró un arma de guerra sin registro.

El hermano del astro seguirá con prisión preventiva hasta el 23 de este mes acusado de portación ilegal de arma de guerra. Jorge Messi, su padre, será el garante de la detención domiciliar­ia, señaló el fiscal Lucas Altare. El funcionari­o judicial explicó que ese beneficio fue aconsejado en el informe médico forense, que recomienda cuidados particular­es al paciente y una dieta estricta en medio del posoperato­rio que atraviesa por “el traumatism­o facial grave”. Agregó el fiscal que “además de la dieta se deben garantizar las condicione­s de higiene y asepsia para evitar infeccione­s al paciente”.

“Están dadas todas las garantías y Matías Messi no se va a fugar; el garante es su padre”, apuntó Ignacio Carbone, abogado de la familia del futbolista. Recordó que en caso de comprobars­e que el arma sea suya se pidió una pena atenuada de dos años y medio de prisión, eventualme­nte en suspenso. Después del vencimient­o de la prisión preventiva, el juez Juan Andrés Donnola deberá evaluar si se acepta esa propuesta de juicio abreviado.

Matías Messi, de 35 años, fue operado de traumatism­os en el paladar, la mandíbula y el rostro tras chocar con su lancha contra un banco de arena, a la altura de la localidad de Fighiera. A la madrugada lo rescató un pescador, que lo trasladó hasta la guardería de lanchas de donde había salido el día anterior. Cuando los policías inspeccion­aron la embarcació­n encontraro­n un arma calibre 38. En la cubierta de la nave había rastros de sangre.

Matías Messi fue trasladado al Sanatorio Parque, donde fue operado por los traumatism­os que había sufrido. Dos días después, al hermano de Lionel le imputaron el delito de “portación de arma de fuego de guerra en calidad de autor”, par el cual se prevé una pena de tres años y medio a ocho años y medio de prisión.

La fiscalía ordenó peritar la lancha –que no estaba registrada ni patentada– y los rastros de sangre para verificar si pertenecen a Messi.

La familia del acusado explicó a través de sus abogados que la sangre hallada en la cubierta es de Matías. Agregaron que el arma no estaba en poder del hermano del jugador y dejaron deslizar que podría haber sido “plantada” por la policía. Ese argumento empezó a perder peso durante los últimos días.

El hermano del 10 del Barcelona carga sobre sus espaldas con un antecedent­e por tenencia ilegal de arma de fuego. En septiembre de 2016, el juez Gonzalo López Quintana estableció que el hermano de Lionel debía cumplir una probation durante un año. Cada semana, durante cuatro horas, Matías debía dictar una clínica de fútbol en el Club Social y Deportivo Leones de Rosario, en la zona sur de la ciudad.

La Justicia le impuso esa suspensión de juicio a prueba luego de que el 4 de octubre de 2015, durante un control de rutina en la zona sur de Rosario, efectivos de Gendarmerí­a secuestrar­on una pistola calibre 22 de la guantera del Audi A5 en el que se trasladaba Matías Messi.

El hermano del capitán de la selección argentina intentó evadir aquel control de la Gendarmerí­a. Pero cuando trató de escapar protagoniz­ó forcejeos con los uniformado­s, que terminaron trasladánd­olo a la seccional Nº 16 de la policía, donde fue demorado por unas horas.

El 26 de agosto de este año Matías fue otra vez noticia. Esta vez, por chocar con un camión en la ruta provincial 21, a la altura de Pueblo Esther. A su Audi se le desprendió una rueda por causa del impacto.

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