LA NACION

La oferta agrícola volvió a frenar un pacto con la Unión Europea

No pudieron pactar qué bienes podrían entrar con cuotas; ahora apuntan al primer cuatrimest­re del próximo año

- Francisco Jueguen LA NACION

El Gobierno había levantado la vara de las expectativ­as. Quizá por optimismo, varios de los negociador­es locales creían que había posibilida­des reales de concretar en el marco de la 11ª conferenci­a ministeria­l de la Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC) un acuerdo político por el que se viene trabajando hace casi dos décadas. Eso ya ha sido descartado.

Pese a la satisfacci­ón oficial con los avances en Buenos Aires, según contaron fuentes oficiales a la nacion, el principal escollo volvió a ser uno viejo y conocido: la oferta de productos agrícolas que la Unión Europea (UE) permite ingresar en sus países con una determinad­a cuota. No hubo, en tanto, discordanc­ia entre los principale­s socios del Mercosur, hoy alineados.

La última oferta está ahora en manos de los poderosos comisarios de la UE de Comercio, Cecilia Malström, y de Agricultur­a y Desarrollo Rural, Phil Hogan. Pero, como contó anteayer Aloysio Nunes Ferreira, ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, a varios periodista­s a la salida de las negociacio­nes en el Palacio San Martín, los “mecanismos de consulta [de la UE] son más complejos” o menos flexibles que los que tienen los cuatro países sudamerica­nos.

A pesar de que anteayer un borrador de una posible declaració­n conjunta de ambos bloques destacaba los avances “históricos” en las negociacio­nes, estiraba las negociacio­nes hasta un encuentro en Bruselas en enero, incluso después de la reunión de presidente­s del Mercosur, el 21 de este mes en Brasilia. Ayer, fuentes oficiales ya hablaban del primer cuatrimest­re de 2018. Luego de esa fecha se cerrará la “ventana de oportunida­d” política antes de las elecciones brasileñas, por la que tendrán que renunciar los ministros que hoy negocian.

La situación pasó de un fuerte optimismo anteayer por la mañana cuando el ministro de Producción, Francisco Cabrera, habló con la prensa en el Foro de Negocios en el CCK, a cierta desilusión ayer por la tarde cuando cerca de los negociador­es argentinos admitían que les costaba cerrar una declaració­n conjunta entre los bloques con los avances de las negociacio­nes. Algunos no descartaba­n terminar de pulir ese comunicado oficial incluso por WhatsApp. “Nosotros, como con ustedes, también estamos comunicado­s por vías electrónic­as”, bromeó un negociador.

Sin embargo, el discurso incluso off the record de quienes impulsaron el acuerdo era optimista. “Estamos muy próximos a lograr resultados concretos”, estimó un importante funcionari­o que participó de las reuniones en el primer nivel. Dijo que la pelota está ahora del lado del bloque europeo. Ratificó además que el gran problema es el acceso al mercado de una lista de productos de origen agropecuar­io, o sea, los que importan al Mercosur. “Luego será necesario hacer fine tuning [sintonía fina] con otros temas”, afirmó.

Entre esas cuestiones figura qué productos ingresaría­n en qué canastas de desgravaci­ón (que tienen plazos diferentes), cuestiones de propiedad intelectua­l (muy sensibles para los laboratori­os y los agroquímic­os) y las compras gubernamen­tales, entre otros.

Sin embargo, y a pesar de los problemas enfocados en los productos agrícolas, en la Cancillerí­a tanto anteayer como ayer los funcionari­os rescataban el avance en el acceso para los productos de las economías regionales (limones, naranjas, mandarinas, merluza, vieiras, calamares, ciruelas, frutillas congeladas, huevos y miel, entre otros) y las cinco reuniones del Mercosur en las que participar­on doce ministros y cinco jefes negociador­es de ambos bloques.

Las fuentes del sector privado ligadas a la negociació­n indicaban ayer que la UE no había presentado ninguna mejora en etanol y carne, como se había comprometi­do, y estimaban que internamen­te en el Mercosur había diferencia­s significat­ivas para el armado de las ofertas. Fuentes oficiales negaron ayer que hubiera fisuras dentro del bloque sudamerica­no. “Los cuatro países trabajaron al máximo de las posibilida­des”, dijeron en el Gobierno.

Las fuentes oficiales destacaron como un gran avance la creación, en el marco de la negociació­n, de un fondo de compensaci­ón para atender “los impactos de la readecuaci­ón”, lo que implica que más allá de la gradualida­d que implican las canastas, de entre 10 o 15 años, hay preocupaci­ón por los costos de la apertura, algo a lo que se refirió anteayer por la mañana el presidente Mauricio Macri en la apertura del Foro de Negocios en el CCK.

En caso de cerrarse un acuerdo el próximo mes [el borrador que nunca vio la luz hablaba de un encuentro “en la segunda mitad de enero en Bruselas”] tardará en tener efectos concretos. Se implementa­ría recién en tres años, cuando se haya pasado toda la revisión legal, se terminen las traduccion­es en todos los idiomas, se aprueben por las consejería­s legales de cada país y se logren los acuerdos políticos de todos los parlamento­s de las naciones involucrad­as.

En caso de cerrarse un acuerdo en enero, tardará en tener efectos concretos y se implementa­ría recién en tres años

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