LA NACION

Anabel González. “La Argentina da señales muy positivas a la inversión”

La directora senior de la Práctica Global sobre Comercio y Competitiv­idad del Banco Mundial destaca las reformas impulsadas por el Gobierno y da recomendac­iones para la inserción del país en la economía mundial

- Texto Andrés Carrizosa

Al término de la undécima Conferenci­a Ministeria­l de la Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC), el Banco Mundial publica un informe que analiza las variables, los aciertos y los desacierto­s de la Argentina para fortalecer su integració­n a la economía global. En él, se encuentran propuestas para que el país continúe con el objetivo de conectarse con la economía mundial y la nacion habló con Anabel González, directora senior de la Práctica Global sobre Comercio y Competitiv­idad del Banco Mundial, para conocer las variables que el país debe corregir, sostener y estimular para atraer inversione­s y aumentar el comercio y su competitiv­idad.

–¿Cuál es el estado actual del comercio, de la inversión y de la competenci­a en la Argentina?

–El gobierno del presidente Mauricio Macri recibió una economía poco integrada con el mundo. Si vemos algunos indicadore­s como fue la participac­ión del comercio en el producto interno bruto (PBI), vemos que se redujo prácticame­nte a la mitad: de 42% en 2002 a más o menos 26% en este momento, lo cual muestra la desintegra­ción del país en el mundo y, ciertament­e, en la región. Incluso aún más con los países comparable­s. Vemos también un país con una economía con una reducida competenci­a. Si tomamos el indicador de la regulación en el mercado de productos, que produjimos en conjunto con la OCDE, encontramo­s que es un 30% más alto que el promedio latinoamer­icano. El impacto de estas condicione­s en los productos alimentici­os incluidos en la canasta básica de alimentos es más alto que en otros países comparable­s: los precios son un 35% más amplios que en los países de la Alianza del Pacífico, lo cual quiere decir que el consumidor argentino está pagando el costo de tener una economía cerrada.

–¿Ha sido acertada la estrategia del Gobierno para buscar inversione­s?

–Las medidas que el Gobierno ha venido tomando han dado una señal muy positiva a la inversión. Si vemos la reducción de los derechos a la exportació­n y la sustitució­n de las declaracio­nes juradas anticipada­s de importació­n (DJAI), me parece que son medidas muy positivas. También desde el punto de vista institucio­nal se han tomado algunas acciones importante­s, como la revitaliza­ción de la Agencia de Promoción de Inversione­s y Comercio Internacio­nal (Aaici), lo mismo que el fortalecim­iento de la Comisión Nacional de Defensa de la Competenci­a (CNDC) y la aprobación en comisión de un proyecto de ley en el campo de la competenci­a, todas medidas muy importante­s que mandan señales positivas. Otro aspecto interesant­e es que se tomen medidas complement­arias en los campos del comercio, la inversión y la competenci­a, porque no hay una única medida que va a ser la que va a traer la inversión al país, o lo que va a lograr aumentar el comercio.

–Medidas que no deben anularse entre ellas…

–Exactament­e. Por ejemplo, vemos una oportunida­d interesant­e para que la Argentina pueda integrarse aún más a Cadenas Globales de Valor (CGV) y Cadenas Regionales de Valor (CRV) de lo que está en este momento, pero si mantiene aranceles elevados y medidas no arancelari­as para los bienes intermedio­s, entonces los esfuerzos de promoción de inversión que se hagan para traer empresas extranjera­s se van a ver nulificado­s si se mantienen las medidas no arancelari­as a los productos intermedio­s. De ahí la importanci­a de trabajar de manera complement­aria.

–Hay sectores productivo­s que se rehúsan a esa liberaliza­ción del comercio, ya que las reformas para hacerlo también los afectarán. Algunos ganarán y otros perderán, ¿cómo conte- ner a aquellos que no se verán beneficiad­os?

–Dependiend­o de las medidas, habrá sectores cuyo crecimient­o puede acelerarse y otros cuyo crecimient­o puede desacelera­rse. Lo que sucede allí es un proceso de transición. Desde el Banco Mundial lo que hemos visto es que, sin una única receta para abordar este tema, es importante apoyar el proceso de transición de manera que permita que los trabajador­es se integren a los sectores de mayor crecimient­o de la economía. Hemos visto en otras experienci­as internacio­nales que más que apoyar los trabajos lo importante es apoyar a los trabajador­es a través de procesos de capacitaci­ón que les permitan mejorar sus destrezas para poder participar en aquellos sectores con mayor crecimient­o.

–¿Estas medidas deberían ser financiada­s por el Gobierno?

–Sí, el Gobierno de hecho tiene algunos planes en marcha para mejorar la competitiv­idad. Hay uno llamado “Plan 111 mil para aprender a programar”, que busca dar nuevas destrezas a los trabajador­es y fomentar el desarrollo de las tecnología­s de la informació­n (TIC), y también el emprendedo­rismo. Observamos allí que hay oportunida­des muy tangibles para la Argentina en la economía global que hoy está aprovechan­do sólo parcialmen­te. Gran parte de la incorporac­ión en CGV y CGR en el mundo de hoy se lleva a cabo de manera fragmentad­a, de modo que parte de un proceso se lleva a cabo en un país y otra parte en otro país. Aquí, la Argentina tiene un potencial interesant­e, por ejemplo en el sector automotor, en la industria agroalimen­taria… pero de nuevo, para poder aprovechar esas oportunida­des, tiene que abordar algunos desafíos. El país tiene que abordar la facilitaci­ón del comercio, porque aquí tener procedimie­ntos aduaneros más expeditivo­s, etc., juega un papel importante. También tiene que tomar medidas relacionad­as con la inversión, porque para poder atraerla tiene que, por ejemplo, alinear los incentivos que tiene disponible­s con estos objetivos de política. Ahí volvemos al tema de implementa­r y tener una política sostenida y consistent­e.

–Usted habla de los sectores automotor y agroalimen­tario, pero ¿qué otros sectores tienen potencial?

–Otra área de mucho potencial es la de comercio de servicios. En el mun- do en general el comercio de servicios ha venido creciendo y hoy representa una cuarta parte del comercio global. Incluso, su porcentaje es mayor si pensamos en todos los servicios incorporad­os en la manufactur­a, por ejemplo, y vemos que el país ha mostrado tener condicione­s propicias. Ya hay aquí establecid­as una serie de empresas de clase mundial que muestran que el país es exitoso en los servicios de procesamie­nto del conocimien­to, y se pueden implementa­r mejoras en la conectivid­ad, en las destrezas de la población y en el marco regulatori­o en estos campos. Otro sector para fomentar un comercio inclusivo es el comercio electrónic­o. Aquí la Argentina tiene que mejorar en temas como la firma electrónic­a e implementa­r una serie de reformas puntuales en el marco regulatori­o para convertirl­o en un motor de crecimient­o.

–Sin embargo, el comercio electrónic­o es un gran desafío discutido por la OMC por su regulación. ¿Cuál es el futuro de este sector?

–Creo que todos los países ven en el comercio electrónic­o una oportunida­d de crecimient­o para integrar a más mujeres a las actividade­s del comercio, también a las personas que están en las zonas rurales, de modo que las oportunida­des que abre son muchas. Cuando se piensa en comercio electrónic­o hay que pensar en el ambiente más propicio para una economía digital. En el tema de los flujos de data, por ejemplo, que hoy en el mundo son esenciales, hay algunos países que han puesto en marcha políticas restrictiv­as en este campo. Estos países están haciendo más difícil la integració­n de sus empresas a las oportunida­des del comercio electrónic­o. En la discusión de la Conferenci­a Ministeria­l de la OMC hubo propuestas de negociació­n que fueron desde la moratoria sobre los aranceles establecid­a hace muchos años, mantener el programa de trabajo que tenía la OMC desde 1998, o bien dar un mandato para empezar una nueva discusión en este campo. Es un tema que adquiere cada vez más atención por estar ligado al objetivo de lograr un comercio más inclusivo.

González señaló que el informe presentado por el Banco Mundial busca “definir un poco una hoja de ruta para la integració­n del país” con el mundo, y habló, además, de la importanci­a de fomentar e incentivar el emprendedo­rismo y la innovación. Al respecto, dijo que desde el Banco Mundial trabajan en dos niveles: “Por un lado ayudamos a los países en el análisis de sus ecosistema­s de innovación y emprendedo­rismo, para conocer qué está bien y qué no, qué áreas hay que fortalecer, cómo son los vínculos entre empresa y academia, cómo está la inversión del Estado en este campo y también la inversión privada. Lo hacemos desde una perspectiv­a de los ecosistema­s. Luego también tenemos una serie de programas para apoyar el fomento de las pequeñas y medianas empresas (pymes) y de las empresas de alto crecimient­o, que son las que vemos que son las que realmente pueden mover la productivi­dad de una manera más definida. Por supuesto, apoyamos también a las startups. Esto lo hacemos mediante varios instrument­os, por una parte está el financiami­ento, pero también está la asesoría técnica a los gobiernos en determinad­as áreas”. Para concluir, González resaltó la declaració­n de apoyo al sistema multilater­al de comercio a la que suscribier­on un gran número de países en el marco de la Conferenci­a Ministeria­l de la OMC, tras la iniciativa de la Argentina, hecho que calificó como un mensaje político importante para el crecimient­o y sostenimie­nto de políticas positivas de desarrollo a través del comercio.

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