La noche caliente que hizo temer lo peor, con choques y gas pimienta
El plantel y los hinchas de los Rojos sufrieron en carne propia la imprevisión en el operativo de seguridad; los jugadores no pudieron dormir por las bombas de estruendo cerca del hotel
RIO DE JANEIRO.– Pasado el mediodía, cuando desde Independiente decidieron publicar un comunicado en el que se pedían garantías por la seguridad de los jugadores y de la gente, la paciencia de los directivos ya estaba al borde del colapso. El día más importante de la última década y media del Rojo había comenzado convulsionado y no paraba de traer malas noticias. Lo que colmó el vaso fue cuando, en el hotel donde se concentró el plantel de Ariel Holan, un oficial de la policía local, en un intento por evitar que un hincha entrara al lugar, tiró gas pimienta en el lobby ante la presencia de varios de los huéspedes. Los jugadores escucharon los gritos. La mayoría estaba en sus habitaciones. Venían de una noche larga, donde no pudieron dormir del todo bien. Si Independiente buscaba calma antes de la final, lo que obtuvo fue lo contrario.
La última bomba de estruendo sonó a las cuatro y cuarto de la mañana. Desde las diez de la noche que los hinchas de Flamengo no paraban de tirar fuegos artificiales para interrumpir el descanso del plantel de Independiente. Fue una jornada muy larga, interminable, en la que el plantel no pudo dormir bien. Alojados en el cuarto piso del Hilton de Barra da Tijuca, los jugadores del Rojo se despertaron durante varios momentos de la noche por el ruido y los gritos de los fanáticos brasileños, que cumplieron con la promesa que habían hecho circular en las redes sociales. Independiente, decían, tenía que pasarla mal. Fue lo más parecido a las copas de los años 70, cuando a nivel sudamericano no había protección para nadie y valía todo.
El reloj se acercaba a las 21.30 en Brasil –una hora más que en la Argentina– cuando un grupo de hinchas de Flamengo, que estaba hacía algunos minutos en la puerta del hotel, empezó a agredir a la gente de Independiente que estaba detrás de un vallado. Todo se produjo luego de un acalorado cruce de insultos.
Media hora más tarde, unos 200 hinchas de Flamengo comenzaron a tirar bombas de estruendo. A las 23, afuera parecía que en Barra da Tijuca se estaba celebrando el fin de año. Con cada minuto que pasaba, la calle lateral se llenaba de gente. Antes de la medianoche llegaron a ser 500.