LA NACION

Paquistán: la saga de la dinastía Bhutto suma otro capítulo

El heredero de la familia que lideró la política del país durante décadas se posiciona para las elecciones del año próximo

- David Stout

KARACHI, Paquistán.– Su madre, Benazir, única mujer que gobernó Paquistán, fue asesinada en 2007. Su abuelo Zulfikar Ali, también jefe de gobierno, fue ahorcado en 1979. A los 29 años, Bilawal Bhutto Zardari abre un nuevo capítulo de una saga familiar hecha de poder y de sangre.

Sin embargo, volver a revivir el legado de la dinastía familiar en las elecciones generales del año próximo parece una tarea difícil para el joven heredero, formado en Oxford, pero sin experienci­a política.

La familia Bhutto dominó el panorama político del país durante décadas. Zulfikar Ali fundó el Partido del Pueblo Paquistaní (PPP) y llegó al poder. Su hija Benazir, primera ministra en dos ocasiones, murió en un atentado con armas y explosivos el 27 de diciembre de 2007.

Desde su muerte, el PPP se hundió y pocos parecen dispuestos a apostar por su hijo, ahora presidente de la formación, en las elecciones del año próximo.

Sin embargo, cuando Bilawal tomó la palabra en el aniversari­o de oro de la fundación del PPP, la semana pasada en Islamabad, unas 25.000 personas acudieron al lugar, una cifra muy por encima de los mítines de sus rivales.

Además, Bilawal mostró que heredó el carisma de su madre y la franqueza al hablar, al atacar por igual al ejército y a los grupos militantes que infestaron el país.

“Tenemos que continuar con nuestra lucha progresist­a y derrotar las conspiraci­ones de la dictadura”, dijo a la multitud entusiasta.

Fuera del escenario, Bilawal tiene un carácter más bien tímido.

“Mi madre decía a menudo que ella no había elegido esta vida, que esta vida la había elegido a ella”, contó desde su residencia familiar en Karachi. “Para mí es lo mismo, si dijera que tengo una vida sería mentira”, agregó.

Zulfikar Bhutto fundó el PPP en la provincia de Sind, en el sur de Paquistán, hace 50 años, bajo la consigna “roti, kapra, makkan” (“pan, ropa y techo”), y convirtió a la formación en la primera fuerza política del país.

“Ali le dio a todos los paquistaní­es un poco de orgullo”, dijo Bilawal. Pero Zulfikar fue derrocado por el general Zia al-Haq en 1977 y ejecutado por la horca en 1979, a pesar de la indignació­n internacio­nal.

Benazir, como su hijo, esperaron años para salir a la palestra. Luego de la muerte de Zia en 1988, Benazir fue elegida primera ministra a los 35 años. Su gobierno quedó lastrado por la interferen­cia de los militares y las acusacione­s de corrupción. Ejerció el poder en dos períodos, pero nunca pudo completar un mandato.

En 1999 fue depuesta por un golpe militar y recién pudo volver del exilio en 2007 para presentars­e a las elecciones. Pero las esperanzas que crecieron con su regreso al país acabaron sepultadas con su muerte, pocas semanas después.

Su asesinato, perpetrado por jihadistas, salpicó al dictador militar Pervez Musharraf, que según la investigac­ión de la ONU no le otorgó la seguridad que debía. Y esto cambió el destino de la familia Bhutto.

Bilawal fue nombrado presidente del PPP tras la muerte de su madre, pero entonces era sólo un estudiante y decidió volver a Oxford para completar su formación.

Su padre, Asif Ali Zardari, conocido como “Señor 10%” por las acusacione­s de corrupción en su contra, tomó el control del partido, que ganó las elecciones en 2008, y siguió al mando durante sus años de decadencia, salpicado por denuncias de corrupción y de incompeten­cia.

Según los analistas, Bilawal no tiene un panorama fácil para 2018, en una batalla que lo enfrenta al ascenso del jugador de cricket que se posicionó como líder de la oposición, Imran Jan, y al partido oficialist­a del depuesto Nawaz Sharif.

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