LA NACION

Ñáñez, un arzobispo distante del poder

- carlos ñáñez arzobispo de córdoba Gabrela Origlia

CÓRDOBA.– “Si Francisco hubiera llamado a alguien de la iglesia argentina para que se expidiera sobre la reforma previsiona­l, Ñáñez no hubiera sido ni siquiera el cuarto de la lista”. Así graficó una fuente eclesiásti­ca la relación entre el Papa y el arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez.

La Pastoral Social de Córdoba –integrada por laicos y coordinada por el sacerdote Munir Bracco, delegado de Ñáñez– pidió abiertamen­te a los diputados nacionales por esta provincia que no votaran el proyecto de reforma jubilatori­a.

Bergoglio y Ñáñez se conocieron cuando el porteño se fue a despedir del cardenal Raúl Primatesta; era 1992 y el hoy Papa había sido elegido obispo auxiliar de Buenos Aires después de estar dos años “castigado” en una sede jesuita en Córdoba. Ñáñez era obispo auxiliar. La relación fue tan mínima que Ñáñez se enteró de que Bergoglio estuvo en su ordenación episcopal cuando lo fue a saludar a Santa Marta. De perfiles muy diferentes, el arzobispo cordo- bés prefiere mirar al poder desde lejos. En ese punto también se diferencia de su antecesor Primatesta. Tímido –muchas veces, incluso, parece hosco–, no es combativo. Tiene 71 años y nunca ocupó públicamen­te posiciones confrontat­ivas.

Conocía de antemano la carta que la Pastoral Social enviaría a los legislador­es, pero no la promovió. Lo consultaro­n y no puso objeciones porque entendió que no incluía un posicionam­iento político, sino una inquietud a favor de los jubilados. “Si hubiera dimensiona­do la proyección que tendría el texto, probableme­nte hubiera preferido que no se difundiera”, confían en el Arzobispad­o. A Ñáñez, a diferencia del Papa, no le gusta “hacer lío”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina