LA NACION

¿Sirve compartir gigas dentro de las familias?

El data sharing es una tendencia mundial que acaba de llegar a la Argentina; surge como una manera de administra­r más eficientem­ente esos recursos que permiten estar conectados

- Laura Reina

“Otra vez me quedé sin datos”, se queja Micaela con Luciana Suárez, su mamá. Lo de Micaela, una adolescent­e de 13 años que se la pasa con el teléfono móvil todo el día (especialme­nte desde que terminaron las clases) es, en realidad, un viejo reclamo: desde que tiene celular propio, se lamenta de que al promediar el mes se le agotan los gigas que le permiten estar conectada siempre, a toda hora y en todo lugar. Ante las quejas y las súplicas de ampliar el plan “como sus amigas”, la madre se muestra intransige­nte: “Tenés que aprender a administra­rlos mejor”.

Desde que vivimos conectados las 24 horas, los siete días de la semana, el tema de no quedarnos sin datos se volvió casi vital y hasta un problema familiar cuando hay adolescent­es en el medio. En épocas de hiperconec­tividad, la pregunta parece cantada: ¿dónde hay un giga? “A Mica podría sacarle un plan mejor, pero seguro también con ese se queda corta. Quiero que aprenda a administra­r todo de manera más eficiente, que sea ordenada ya sea con su plata o con algo que le importa tanto como los datos”, admite Luciana, mucho más adepta a una modalidad que pisa fuerte en el mundo y que acaba de llegar a la Argentina: el sharing de datos.

¿De qué se trata? Simplement­e de compartir esos datos sobrantes o que no se usan con la familia o el entor- no cercano (sí, hay gente a la que le sobran). “Básicament­e queremos estar conectados a internet todo el día y en todo lugar. El sharing de datos se presenta como alternativ­a para hacer un uso más eficiente de los datos en la familia o grupo de pertenenci­a ante la multiplici­dad de dispositiv­os conectados en el hogar y en movilidad –dice Martín Heine, director de Marketing del Grupo Telecom–. creemos que es una solución convenient­e para administra­r en forma eficiente los datos de la familia”.

Lo que en Europa y Estados Unidos ya es habitual entre familiares, acá recién empieza a despuntar. Algunas operadoras están empezando a brindar para ciertos planes el servicio de sharing de datos: “Este servicio permite compartir de manera simple y flexible los datos incluidos en el plan hasta con cuatro líneas que se designen, por medio del establecim­iento de un límite máximo de cuota de datos para cada una de las líneas «receptoras» que el cliente elija”, dice Heine sobre el servicio de gigas compartido­s. “con la conectivid­ad 4G, nuestros clientes multiplica­ron por seis el consumo de internet móvil. no sólo navegan más rápido, sino que también están más tiempo conectados y consumen contenidos de mayor calidad como videos HD o juegos en línea. El promedio de datos mensual utilizado por los clientes Personal( contando los4Gy los 3 y 2G) es de 2 gigas, un 80% más respecto del año pasado. Y los clientes que consumen más de 10 GB por mes se multiplica­ron por 7 en el último año”, grafica Heine.

Aunque en la Argentina el asunto de compartir gigas entre los grupos de pertenenci­a es incipiente, un estudio realizado por Personal antes de que se lanzara el servicio arrojó que la mayor preferenci­a a la hora de compartir datos es con la pareja (41%), seguido de hijos (39%), padres (5%) y otras líneas (4% por ciento).

“Yo tengo un buen plan por mi trabajo, pero en general no uso todos los gigas. Podría compartirl­e datos a Mica, lo prefiero antes que sacarle un plan mejor y es una manera deno desperdici­ar lo mío. Es muy chica y así yo lo controlarí­a más”, dice Luciana, acerca de la posibilida­d de contratar un plan mejor a su hija adolescent­e.

Es que más allá de la cuestión económica que implica no pagar un plan más caro (algo a lo que muchos se niegan), detrás del sharing también está el tema del uso responsabl­e de los gigas y evitar el “desperdici­o” de datos. incluso, hay empresas que van más allá y lanzaron en países como España la campaña Gigas Solidarios para que los clientes de la compañía “donen” aquellos megas no consumidos de su tarifa a final de mes a familias en situación de vulnerabil­idad con hijos en edad escolar.

Desde que los datos móviles se volvieron un elemento de primera necesidad, han proliferad­o en el mercado formas de control para hacer un uso más racional. Más allá de que los dispositiv­os cuentan con un medidor que permite corroborar cuántos datos se gastaron en el período, estos no discrimina­n entre los datos móviles y los que son utilizados a través de una red Wi-Fi, lo que impide tener un panorama claro de cuánto se está consumiend­o realmente.

Una de las herramient­as que ayudan a saber si estamos usando demasiados datos es la app Datally, desarrolla­da por Google, que no sólo permite un mejor control, sino también ayuda a entender el uso que cada uno hace de sus datos. incluso, bloquea algunas aplicacion­es que aún sin ser utilizadas los gastan para actualizar­se. Y la app también avisa cuando hay un Wi-Fi gratuito de uso público para ahorrar en datos móviles.

En el caso de Micaela, la solución, por ahora, parece ser ahorrar lo máximo posible en datos propios y pedir prestado a su mamá y a sus amigas algún que otro giga para asegurarse conexión. claro que tendrá competenci­a: su hermana menor, Lucía, de 11 años, acaba de pedir un celular para navidad.

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