LA NACION

El medicament­o que más toman los chicos

- María Julia Apkarian La autora es médica pediatra del Sanatorio Los Arcos

Los analgésico­s son el grupo de fármacos más utilizado en los chicos, y el ibuprofeno es a su vez el más utilizado de todos los antiinflam­atorios no esteroides (AINE) en la infancia. Los problemas que vemos son resultado de que a menudo se hace un uso indiscrimi­nado: se usa y se abusa de los analgésico­s. No se utilizan correctame­nte ni en su indicación precisa (hay un fármaco para cada tipo de dolor), ni en el momento adecuado, ni en su dosificaci­ón, como tampoco se tiene en cuenta su efecto “techo”, por el que a partir de cierta concentrac­ión ya no se obtiene más efecto pero sí aumenta su efecto tóxico.

¿Cuál es el lugar del ibuprofeno y cuál no? A diferencia de lo que popularmen­te se cree, el ibuprofeno puede utilizarse en la lactancia ya que los niveles alcanzados en leche materna son insignific­antes, pero se encuentra contraindi­cado en el embarazo. En los chicos puede utilizarse a partir de los 6 meses de vida, ya que no hay estudios que aprueben su uso en chicos menores.

El problema radica en que muchos padres no son consciente­s de los efectos adversos que puede tener el ibuprofeno administra­do en altas dosis o sin respetar los intervalos entre dosis. Así, se utiliza muchas veces sin una indicación precisa, desconocie­ndo que si bien el efecto deseado es bajar la temperatur­a o calmar un dolor, en dosis elevadas puede dar lugar a una serie de complicaci­ones y efectos adversos indeseados.

A nivel gastrointe­stinal, el ibuprofeno inhibe la secreción de prostaglan­dinas (sustancias necesarias para la protección de la mucosa gástrica) y altera la motilidad intestinal. Todo esto puede dar lugar a síntomas como dolor de estómago, náuseas, vómitos y sangrados gastrointe­stinales. A su vez disminuye la agregación plaquetari­a y predispone a la hemorragia. En dosis elevadas y ante situacione­s especiales puede dar lugar a una insuficien­cia renal y ocasionar reacciones de hipersensi­bilidad/broncoespa­smo en sujetos con mayor predisposi­ción.

En las guardias de pediatría no es infrecuent­e ver chicos con hemorragia­s digestivas o dolores estomacale­s muy fuertes. Son mucho más raros sí los casos de intoxicaci­ones, ya que se debe ingerir una dosis muy alta para que esto ocurra, pero aun así ocurren y llegan los chicos a la guardia con insuficien­cia renal o nefritis aguda.

Estas intoxicaci­ones se producen porque el medicament­o queda al alcance de la mano del niño: en la puerta de la heladera o en la cajonera del cuarto de los chicos. El chico lo ve y, como es rico, se toma un frasco entero.

Un mito que refieren algunos padres es que el ibuprofeno “hace” dormir a los chicos, y algunos lo usan para ello, cuando claramente no es así.

Por todo lo antes mencionado es importante destacar que si bien el ibuprofeno es un fármaco noble, ya que presenta menos efectos adversos que otros medicament­os antiinflam­atorios, hay que hacer un buen uso de este y conocer los efectos derivados del uso indiscrimi­nado. Hay que consultar al pediatra siempre antes de administra­r. De hecho, en mi experienci­a en el consultori­o de pediatría veo que los padres cuando están bien informados respetan el consejo médico y hacen un uso adecuado de este medicament­o.

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