Pesados cada vez más descontrolados
Excesos con vehículos de transporte de carga y pasajeros
La semana pasada un grupo de padres hizo lo que deberían hacer las autoridades: pidieron y lograron que los inspectores de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) le realizaran un control de alcoholemia al chofer del ómnibus de larga distancia que iba a llevar a sus hijos al viaje de egresados. Resultado, el conductor tenía 0,8 gr/L de alcohol en sangre, cuando la legislación para los profesionales es 0 (los particulares disponen de un tope de 0,5 gr/L). Quizás evitaron una tragedia. Pero, la pregunta es: ¿no debería ser éste un examen de rutina para los choferes de micros por parte de la CNRT? ¿Y qué pasa con el descanso de los choferes? Llegan las vacaciones, se incrementan las frecuencias de los servicios y los conductores trabajan a destajo. Se sabe que el cansancio no es un buen amigo de la atención en la conducción, igual que el estrés provocado por cumplir los horarios con rutas muchas veces abarrotadas de vehículos. Quizás fue el cansancio, sumado al exceso de velocidad, lo que llevó a un camión a embestir (y casi derrumbar) un puente en la Panamericana, también hace pocos días. En las autopistas de otros países, los pesados respetan rigurosamente la circulación por las últimas dos manos de la derecha. Nunca salen de ellas y cumplen a rajatabla con las velocidades máximas permitidas para sus vehículos. Aquí, puede verse fácilmente en todas las autovías y autopistas que esto no sucede; es más, son tierra de nadie en materia de controles. Así, son muchos (demasiados) los conductores de automotores de transporte de carga y pasajeros que no respetan ninguno de estos límites. Después, sólo hay llantos y lamentos que pudieron haberse evitado.