Los alquileres para embajadas cuestan US$ 1.200.000 al mes
Se trata del gasto para afrontar las rentas para oficinas y residencias de los embajadores; la Cancillería prevé vender inmuebles que no tienen utilidad
En el distrito de Chaoyang de Pekín, sobre Passeig de Gràcia en Barcelona, en un hotel de Kuala Lumpur o en la Torre Imperial del barrio panameño de La Cresta. Los servicios diplomáticos argentinos se despliegan en los más variopintos edificios del mundo mediante el pago de alquileres en divisa extranjera. La Cancillería paga casi US$ 1.200.000 dólares por mes para hacer frente a sus rentas en el mundo.
De acuerdo con un pedido de información pública cursado por
Data, el Ministerio de Relaciones la nacion Exteriores tiene 213 contratos de alquiler repartidos en las capitales internacionales. Son oficinas para los diplomáticos o residencias para embajadores y cónsules que se rentan en barrios estratégicos de las grandes ciudades. El número no contempla los palacetes que integran el patrimonio del Estado y que son considerados territorio argentino en el exterior.
Los alquileres incluyen desde la residencia del embajador en los Estados Unidos y las oficinas de la representación argentina en la Santa Sede hasta departamentos en Bello Horizonte o Palma de Mallorca.
El alquiler más alto es el de la residencia del embajador en Makati, Filipinas, en el barrio Urdaneta. El abono es anual y asciende a los US$ 969.000. Le sigue la casa del embajador en Jakarta, Indonesia, cuyo canon anual es de US$ 869.000.
El podio se completa con las oficinas en Brook Street para la embajada en Londres, cuyo pago es trimestral y asciende a los US$ 189.000. El
ranking continúa con dos pisos en Madrid, por US$ 43.000 mensuales y un piso en la Quinta Avenida, en Manhattan, donde viven representantes en la ONU.
En ocasiones, el Gobierno recurre al alquiler aun siendo propietario. En Washington, por ejemplo, la Argentina es dueña de un palacete para el embajador, un petit hotel muy distinguido por afuera, pero abandonado por dentro. Martín Lousteau, cuando ocupó la embajada, exhibió el deterioro y dijo que los inmuebles abandonados le estarían haciendo perder al país “US$ 7 millones”. Desde Cancillería, sin embargo, manifestaron: “La sede está en la mejor zona de Washington. Conviene arreglarla, si no, se va a malvender”, explicaron.
Las fuentes señalaron que la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) y la Cancillería “están en un proceso de enajenación de propiedades” que prevé vender inmuebles en Colombia, Estados Unidos, Brasil y Uruguay. En una segunda etapa, se avanzará con Paraguay, Alemania y España.
Los gastos son un tema sensible para la Cancillería. Si bien la consigna de Mauricio Macri es recortar un 20% de costos en todos los ministerios, no es sencillo introducir recortes en las señoriales embajadas cuando Cambiemos pondera la presencia en el mundo como una de sus banderas.
Salarios
Muchos ítems, incluso, están regulados por ley, como los sueldos de los embajadores. Sean funcionarios de carrera o políticos, los 98 representantes del país en el exterior perciben, en promedio, un sueldo bruto de US$ 16.500, de acuerdo con los datos oficiales de marzo de este año que obtuvo la nacion.
Al tipo de cambio actual, eso significa un sueldo promedio de unos $ 297.000. Es, por ejemplo, un 43% más que los haberes de Mauricio Macri como presidente, que ascienden a $ 208.000. La cifra no contempla los descuentos, como Ganancias, que pueden alcanzar hasta a un 35% del salario, explicaron fuentes ligadas al Servicio Exterior de la Nación.
El titular del consulado argentino en Hong Kong, Gustavo Fazzari, es el representante que más alto salario percibe, con US$ 24.655 brutos. Lo siguen sus pares en Angola, Federico Silva Garreton (US$ 22.922); en Japón, Alan Beraud, (US$22.922), y en Suiza, Antonio Trombetta (U$S20.996). Algunos embajadores argentinos ganan más que sus colegas extranjeros en Buenos Aires. José Bordón, embajador en Chile, tiene un sueldo de US$ 15.024, pero su par chileno en la Argentina, Marcelo Díaz, cobra US$ 3131.
La composición del sueldo se integra por un salario base y el llamado “costo de vida en destino”, que toma como referencia los índices publicados por la Comisión de Administración Pública Internacional (CAPI) de la ONU.
Los embajadores pueden recibir, además, otros beneficios por trasladar su vida al extranjero, como vehículos, chofer y subsidios para los colegios de sus hijos. Desde Cancillería reconocieron que “se está trabajando en racionalizar las plantas de empleados locales de las representaciones en el exterior”.
Para un diplomático de carrera, llegar a ser embajador puede demandar más de 30 años, tras superar un estricto sistema de ingreso y múltiples evaluaciones. Distinta es la situación de los embajadores políticos, nombrados a dedo por la Casa Rosada. Según la ley 20.957, el Gobierno puede designar hasta 25 embajadores de su confianza, que deben dejar sus funciones cuando el presidente termina su mandato.
Actualmente, son embajadores políticos Bordón, en Chile y Ramón Puerta, en España. Otros, designados al inicio de la gestión, ya se fueron, como Miguel Del Sel en Panamá; Guillermo Montenegro en Uruguay, y Luis Juez en Ecuador. Tenían un sueldo de unos US$ 16.000.