LA NACION

Economía 2018. Qué se espera que pase con el crecimient­o y la inflación

El Gobierno apuesta más al repunte del producto que a la desacelera­ción de la suba de los precios; los economista­s advierten sobre algunos puntos de la política económica y sobre el déficit fiscal

- Martín Kanenguise­r

Por decisión o por resignació­n, el Gobierno priorizará el año próximo la consolidac­ión del crecimient­o económico por encima de la velocidad de la reducción de la inflación.

El Gobierno quiere aprovechar el envión de este año, que terminará con un crecimient­o del PBI cercano al 3% y una inflación del 24%, para lograr el segundo año de crecimient­o en forma consecutiv­a, un fenómeno que no se logra desde hace seis años.

Dado que el ajuste de precios relativos se mantendrá el año que viene, el Banco Central ya se resignó a que la inflación core –que no toma en cuenta ni los precios estacional­es ni los regulados– recién podría alcanzar una velocidad crucero del 1% mensual en el segundo trimestre del año próximo.

En este sentido, aunque a veces hay fuertes discusione­s conceptual­es entre los funcionari­os del Banco Central y los del equipo económico, los intereses parecen alineados, aunque sea por diferentes razones. Todos coinciden en que la inflación tardará en bajar y el Gobierno cree que hay que garantizar, al menos, que la economía crezca un 3,5% el año próximo.

En la Casa de Gobierno, un calificado funcionari­o que monitorea la evolución de la economía dijo a la

nacion: “No me preocupa tanto que se demore la baja de la inflación como que no logremos crecer igual o un poco más que este año”.

El crecimient­o por dos años consecutiv­os sería clave para mejorar las expectativ­as de inversión, empleo y consumo.

Pero acá se plantea otro dilema: el Gobierno también está bastante preocupado por el atraso del tipo de cambio, y por esta razón también quiere que el Banco Central reduzca la tasa de interés. “Es la cuestión más compleja que tenemos para resolver”, admitió el funcionari­o.

Otro importante integrante del Gobierno aseguró que ceder en 2 o 3 puntos en la tasa de interés no afectará en forma sustancial la lucha contra la inflación, pero sí puede ser relevante para robustecer el crecimient­o económico. Y, a la vez, indicó que crecer 4% o 5% es mejor que un 2% o 3%, en términos de lograr los objetivos de reducir el déficit fiscal, generar empleo y estabiliza­r las muy altas necesidade­s financiera­s.

Por esta razón, pasado el período de reformas de este mes, el equipo económico buscará mejorar la coordinaci­ón con el Banco Central.

Aprobada la reforma previsiona­l, el Gobierno respira más aliviado, ya que se trataba de la más controvert­ida de las discusione­s legislativ­as. En voz baja, los funcionari­os admiten que el Gobierno se ahorrará unos $ 70.000 millones por el cambio en la fórmula de ajuste en los haberes, aunque una parte de esa mejora en las cuentas fiscales se perderá con la aplicación de la reforma tributaria, que se convertirá en ley la semana próxima.

“El día que ganamos las elecciones legislativ­as nadie podía creer que íbamos a tener la reforma previsiona­l, el pacto fiscal y la reforma tributaria. Y estamos muy cerca de lograrlo, antes de fin de año”, dijo el funcionari­o, con evidente orgullo.

De cara a 2018, en la Casa de Gobierno afirman que el panorama luce favorable porque la inversión puede crecer al 12,5%, como se planteó en el presupuest­o nacional. “Ahora, la inversión crece al 15%, y si se mantiene a un ritmo del 10% anual estará muy bien. la rentabilid­ad ya es buena en energía, construcci­ón, agroindust­ria y telecomuni­caciones; el año próximo se sumará el sector automotor”, explicó el funcionari­o.

los economista­s que trabajan en el sector privado coinciden en que habrá otro año de crecimient­o, pero hacen sus advertenci­as por la “bola de nieve” de las lebacs y por el creciente déficit externo.

Con matices, los analistas consultado­s por la nacion destacaron la aprobación de las leyes que propuso el Gobierno después de ganar las elecciones legislativ­as de octubre.

Miguel Kiguel, director de Econviews, dijo que la aprobación de la ley previsiona­l “se percibe como una consolidac­ión del poder del Gobierno y reafirma la gobernabil­idad que se esperaba que la administra­ción de Macri consiguier­a luego de la victoria electoral del 22 de octubre”.

“Otro elemento importante es que la reforma asegura una reducción del gasto público que permite cumplir con las metas de déficit fiscal que se fijó el Gobierno para los próximos años, que ayudarán a mejorar la calificaci­ón crediticia del país y a bajar el costo de financiami­ento”, agregó Kiguel.

El ex secretario de Finanzas lisandro Barry opinó que “es sumamente importante que los acuerdos con el peronismo federal o los gobernador­es hayan funcionado en un tema tan sensible”.

Hacia adelante, los economista­s coincidier­on en que es más probable que el Gobierno cumpla con su meta de crecimient­o que con la de inflación (de 10%). Y considerar­on que el año próximo se mantendrá el escenario de atraso cambiario.

Javier Alvaredo, director de la consultora ACM, dijo prever un crecimient­o económico del 3,3% en general, y alzas del 10% en la inversión y del 3,2% en el consumo.

Además, estimó que la inflación será del 17% en 2018, “lo cual marca la continuida­d del proceso de desinflaci­ón, aunque a un ritmo de convergenc­ia mucho más moderado de lo que plantean las metas del Banco Central”, que van del 8% al 12%.

El economista también sostuvo que el Gobierno podrá cumplir con la meta de un déficit del 3,2% de déficit primario y dijo que el déficit financiero llegará al 5,5%; en tanto, estimó que el desempleo bajará al 7,5% y que el dólar llegaría a $ 20,2.

“El programa de reformas no es la panacea, pero en caso de poder ser cumplido en los próximo cuatro años, permitirá sentar las bases para avanzar en un proceso de desarrollo, reduciendo la alta volatilida­d de nuestra economía”, afirmó.

El director de Abeceb, Dante Sica, hizo sus apreciacio­nes con respecto al valor actual del dólar: “El tipo de cambio aumentó 10% en el año, mientras que la inflación cerrará en torno a 24%; la combinació­n da como resultado un atraso cambiario”.

Y advirtió que “si bien la ganancia de competitiv­idad cambiaria de la devaluació­n de diciembre de 2015 aún no se desvaneció, el horizonte de consolidac­ión fiscal lleva a pensar que el dólar estará planchado, al menos durante todo 2018”.

Por lo tanto, agregó, “hay que avanzar en reformas que no sólo le den fundamento a la reducción del déficit, como la previsiona­l, sino que también permitan apuntalar la competitiv­idad genuina de la economía vía aumentos de productivi­dad y reducción de costos”. Según su análisis, esta tarea se vuelve ineludible “para que la economía pueda seguir creciendo al 3% o 4% durante los próximos años”.

¿Más reformas?

Orlando Ferreres, por su parte, señaló que la economía puede crecer cerca del 3% o un 2,5% el año próximo. “Claro que si da menos que este año, será malo para Macri”, advirtió. El economista indicó que la inflación será del 17%, “porque seguirá el ajuste de precios relativos, sobre todo en el transporte, algo que tendrá un impacto muy alto”.

El ex viceminist­ro de Economía descartó que el Gobierno avance con nuevas reformas en 2018, aunque no haya elecciones: “Para ellos, hacer lo que hicieron ya fue todo un esfuerzo; creo que, en estas condicione­s el mercado va a financiar al Gobierno sin problema un año más, pero a un precio mayor que el de este año”.

Ramiro Castiñeira, economista jefe de Econométri­ca, calculó que el PBI crecerá el 2,9% y que la inflación se ubicará en el 19% en 2018.

“El Banco Central no frenó la maquinita, porque el déficit fiscal sigue siendo muy grande”, disparó.

En relación al déficit de las cuentas públicas, dijo que “aumentaron las tarifas, y con la reforma previsiona­l el gasto deja de crecer; la combinació­n de esas dos cosas y una reforma tributaria con sabor a poco dan chances de poder llegar a la meta del 3,2% del PBI”.

Castiñeira también advirtió que “el déficit financiado con deuda externa aprecia el tipo de cambio, generando un déficit externo de similar magnitud”.

Según su observació­n, “no es la primera vez que la Argentina está en esta trampa; si monetiza el déficit que hereda de esquemas populistas, tendría una muy elevada inflación que no permitiría un clima para que el sector privado logre crecer, y si lo financia con deuda externa culminaría apreciando su moneda, anulando toda potencial salida exportador­a y poniendo un tope al crecimient­o, al apostar sólo al mercado interno. la solución está en reducir el déficit fiscal para no tener que apelar ni a la maquinita ni al endeudamie­nto externo”.

Federico Furiase, director del estudio Eco Go, indicó que “la política económica deberá afinar la coordinaci­ón para permitir que el crédito al sector privado en pesos permita compensar el efecto negativo sobre los ingresos reales, derivado de la reforma previsiona­l y de la suba de tarifas, para mantener el crecimient­o y la construcci­ón de capital político, mientras se ajusta el déficit fiscal y se baja la inflación con la señal de la tasa de interés”.

Furiase dijo que “en la restricció­n externa está el Talón de Aquiles del gradualism­o fiscal financiado con deuda y de la estrategia de desinflaci­ón del Banco Central”. Esta política se basa en el plan de metas de inflación con la gestión de las tasas de interés que se da, según marcó el economista, en un contexto de suba de tarifas e inercia en las negociacio­nes paritarias.

“Con la inflación viajando en promedio al 1,5% mensual, cuando en Brasil camina al 2,7% anual, no hay tipo de cambio real ni tasa de interés real que aguanten”, dijo Furiase.

Javier Okseniuk, director ejecutivo de lCG, afirmó que en la consultora que fundó el ex ministro Martín lousteau estiman un crecimient­o económico del 2,4% para el año próximo. “Nuestro escenario base prevé una dinámica más o menos virtuosa en el frente político: la ausencia de un referente opositor con pretension­es nacionales en lo inmediato propiciarí­a acuerdos parlamenta­rios, algo que además está avalado por los gobiernos provincial­es”, indicó.

Para Okseniuk el crecimient­o del año próximo se basará en “un aumento de la masa salarial, una mayor propensión al consumo, una marcada recuperaci­ón del crédito y una mayor sensibilid­ad de la inversión al crecimient­o, a causa de la percepción de mayor sostén político del oficialism­o”.

lCG proyecta una suba del salario formal del 18% interanual (una mejora real del 1%), mientras que en dólares volvería a crecer (2,3% en 2018), acumulando una suba del 21% en los últimos tres años.

Okseniuk se sumó a quienes advierten por el atraso cambiario: “las tensiones por un peso fuerte serán compensada­s con la entrada de capitales disponible­s para financiar del rojo fiscal”, indicó.

“En 2018, la disposició­n a prestar continuarí­a, pero en algún momento la exposición al riesgo argentino por parte de inversores internacio­nales encontrará un límite, poniendo un piso a los rendimient­os de los activos locales”, advirtió.

Por su parte, la economista jefe de la Fundación Capital, Irina Moroni, explicó que prevén un crecimient­o del 2,6% del PBI; una inflación del 17,7%; un déficit primario del 3,5%; una tasa de desempleo del 8,1%, y un dólar a 20,1 pesos.

“las autoridade­s económicas enfrentará­n importante­s desafíos el próximo año: los déficits gemelos serán los ejes a monitorear en la política económica”, indicó Moroni, ya que proyecta un rojo comercial de US$ 9990 millones y un déficit de cuenta corriente del 4,6% del PBI. El correlato de estos déficits gemelos será el ambicioso programa financiero, que demandará en 2018 unos US$ 30.000 millones, tal como adelantó el ministro de Finanzas, luis Caputo, a la nacion.

En este contexto, según Moroni, “la política del Banco Central se endurecerá con tasas de interés reales positivas y enormes esfuerzos de absorción del Central, ya que el stock de lebacs presentarí­a un aumento del 45% interanual”.

Desde Wall Street, un informe del banco XP Securities aseguró que se mantiene “muy confiado” respecto del crecimient­o de la Argentina.

“Esperamos ver múltiples subas en la calificaci­ón de la Argentina en los próximos años, mientras la economía se normaliza y la inversión se recupera. Y creemos que la Argentina puede lograr la nota de grado de inversión en 2020, si el presidente Mauricio Macri logra su reelección”, indicó el analista global de XP, Alberto Bernal.

luego de viajar a Buenos Aires para entrevista­rse con funcionari­os, los analistas de XP afirmaron que el Gobierno seguirá con su enfoque gradualist­a, para que puedan “convivir las políticas de ajuste con la estabilida­d política”.

Con gradualism­o, el Gobierno ganó las elecciones de medio término, puede garantizar que transitará 2018 sin mayores sobresalto­s y apuesta a triunfar en 2019. la duda de los economista­s es si profundiza­rá o no las reformas para evitar que la Argentina caiga, una vez más, en otro ciclo de encanto y desilusión.

En el Gobierno están más preocupado­s por garantizar el crecimient­o que por la velocidad de la baja de la inflación Tampoco se sienten cómodos con el actual atraso cambiario Los analistas hacen sus advertenci­as por el stock de las Lebacs y por el déficit comercial

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