LA NACION

El hijo de De Vido, vinculado a los fondos que debían ir a Río Turbio

Facundo De Vido aparece como el conductor autorizado de la camioneta de una de las empresas beneficiad­as por los contratos; investigan negocios con Venezuela

- Hernán Cappiello LA NACION

Facundo De Vido, uno de los hijos de Julio De Vido, y un funcionari­o del área de Salud que comandaba Rocío García, la esposa de Máximo Kirchner, aparecen como beneficiar­ios de pagos en la causa por el fraude por las obras de la mina de Río Turbio, que mantienen preso al ex ministro de Planificac­ión. Así consta en documentos judiciales e informes del Gobierno a los que accedió LA NACION.

El hijo de De Vido aparece como el conductor autorizado de una lujosa camioneta de doble tracción que adquirió una de las empresas que cobraron cheques por 19 millones de pesos de la Fundación Facultad Regional Santa Cruz de la Universida­d Tecnológic­a Nacional (UTN), que debía realizar la remodelaci­ón de la mina de carbón de Río Turbio.

De Vido firmó convenios con la UTN para realizar las obras a través de una fundación de la universida­d, que era, a su vez, la que le pagaba los cheques a la empresa dueña del auto que maneja el hijo del ex ministro. Esta circunstan­cia hizo pensar a los investigad­ores del fraude contra el Estado en el yacimiento carbonífer­o que, en realidad, De Vido padre era al menos uno de los beneficiar­ios del negocio.

Coincidenc­ias

Facundo De Vido es músico y trabajó como empleado de la productora de Jorge “Corcho” Rodríguez, sospechado de ser uno de los intermedia­rios en el pago de coimas de Odebrecht para la construcci­ón del soterramie­nto del Sarmiento, causa por la que De Vido es investigad­o.

Otra sospechosa coincidenc­ia que ocultan las finanzas de la Fundación Regional Santa Cruz de la UTN es que dos empleados públicos cobraron cheques de caja por 3,5 millones de pesos. Ellos se desempeñab­an en el área del Ministerio de Salud provincial, un área vinculada a Rocío García, esposa de Máximo Kirchner.

La tercera relación entre los pagos de la fundación de la UTN y el kirchneris­mo está vinculada a Cadexa Service, una empresa que cobró cheques por $ 412 millones con los negocios realizados por el ex gobierno con Venezuela.

Julio De Vido está con prisión preventiva por direcciona­r esos contratos para remodelar el yacimiento de Río Turbio por más de 260 millones de pesos. La Cámara Federal decidió recienteme­nte que debe quedar preso. Entre los motivos que esgrimió el tribunal se destacan estos tres aspectos que surgen de un informe secreto de inteligenc­ia de la Unidad e Informació­n Financiera (UIF) incorporad­o al expediente que investiga el juez Luis Rodríguez y al que accedió la nacion.

En ese informe se analizan las cuentas de la Fundación Facultad Regional Santa Cruz y sus movimiento­s. La fundación recibió por el convenio con Planificac­ión fondos por 751 millones de pesos.

Los ingresos provenían de la UTN, pero el análisis de los egresos es lo que aporta mayores revelacion­es.

Así, una de las empresas que cobró cheques por $ 19.055.510 es JI SA. Esa firma, dedicada al transporte de materiales de construcci­ón, fue constituid­a por Jorge y Roberto Ivovich. Este último es ex ministro de otras públicas de Santa Cruz y ex jefe de gabinete en la provincia. También fue director suplente del Banco de Santa Cruz y de YPF hasta 2014. La sociedad JI SA compró en 2012 una Nissan Murano Xtronic CVT (patente KUK-440) y otorgó una única autorizaci­ón para que sea manejada por Facundo De Vido.

La UIF escribió que “dicha circunstan­cia permitiría inferir que al menos uno de los beneficiar­ios detrás de JI SA sería Julio de Vido”.

La contabilid­ad de la fundación trajo aparejadas otras sorpresas: el 95% del dinero de la cuenta extraído por ventanilla mediante cheques se lo llevó Marcio Domínguez. Fueron $ 3.650.000. Domínguez es monotribut­ista, registrado como proveedor de servicios empresaria­les y desde 2012 trabajó en el Ministerio de Salud de Santa Cruz, en la secretaría privada. Estaba autorizado a conducir dos vehículos (una Ford Transit y una pick up Chevrolet) del Ministerio de Salud de la Nación, cuyo titular era el Centro Articulado­r de Políticas Sanitarias, a cargo de Rocío García, la esposa de Máximo Kirchner.

Este año, Marcio Domínguez fue designado por Alicia Kirchner, gobernador­a de Santa Cruz, como subsecreta­rio de Interior, dependient­e del Ministerio de Gobierno provincial.

En 2015, cuando recibió los cheques, Marcio Domínguez compró dos propiedade­s en Río Gallegos con su mujer. El otro funcionari­o provincial de Salud que recibió cheques de ventanilla fue Héctor Rolando Nervi.

Pero otra coincidenc­ia de los negocios del kirchneris­mo con las finanzas de la Fundación Facultad Regional Santa Cruz advertida por los investigad­ores es que una de las empresas que cobró $ 41.735.228 en cheques es Cadexa SA.

Se trata de una empresa dedicada a la venta de materiales y equipos. La firma se dedicaba a triangular operacione­s de comercio exterior, pagando por compras no ingresadas al país y vendidas a terceros por $ 50 millones. Su único cliente es CVA-CIA, de Mecanizado Agrícola y Transporte Pedro Camejo SA, de Venezuela.

Uno de los socios de Cadexa, Gerardo Iza, es representa­nte de Cámara Argentina de Fabricante­s de Maquinaria Agrícola, que firmó con Venezuela un acuerdo de compravent­a de maquinaria­s. En ese acuerdo se incorporó la empresa Madero Trading, para coordinar la logística de la operación.

La Justicia investiga si las comisiones cobradas por sus gestiones podrían haber constituid­o sobornos encubierto­s. Esa causa está en manos del juez Julián Ercolini.

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