Habrá una negociación entre dos paradigmas
Los vecinos de Villa Soldati se anticiparon al anuncio oficial y comenzaron a organizar la defensa de lo que consideran suyo: la comisaría 36ª en su actual emplazamiento.
La inquietud de quienes viven en la “zona de las casas bajas” se apoya en la sensación de que perderán seguridad si la seccional deja de estar cerca. El gobierno porteño, en cambio, apuesta a un redespliegue que promete una cantidad menor de edificios destinados a ser un “faro” de la vigilancia y, en cambio, una mayor cantidad de recursos humanos en las calles: menos seccionales, más policías en las calles movidos según lo que marque el mapa del delito.
La tensión entre los dos paradigmas deberá resolverse con diálogo. Los vecinos de Villa Soldati también dieron el primer paso en ese sentido: manifestaron su oposición, la fundamentaron, ofrecieron alternativas en estudio y esperan que las autoridades las analicen y les den una solución.
Sigue siendo muy arraigado el sentimiento ciudadano de que la presencia cercana de una comisaría redunda en mayor seguridad en la zona. Eso no es necesariamente así: es probable que no haya robos enfrente o al lado de la seccional, pero sí es altamente probable que los haya a dos cuadras, lo que demuele el argumento “de lugar”.
Los ciudadanos, al fin y al cabo, piden más presencia policial. Y esa presencia se traduce en patrulleros que circulan, en uniformados visibles, atentos y en movimiento; es lo que se conoce como “policía de proximidad”, y es, según sostienen en el gobierno porteño, el paradigma de servicio de seguridad urbana elegido por Rodríguez Larreta.
No obstante, cualquier político sabe que las mejores ideas naufragan si la gente (los electores) se oponen a ellas. Eso implica negociar y que cada parte acepte ceder algo.