Irán intensifica la represión y el líder supremo culpa a los “enemigos” del régimen
Ya suman 21 los muertos tras casi una semana de protestas antigubernamentales en todo el país; Trump acusó al gobierno de “brutal y corrupto”, y dijo que la gente tiene “poca comida”
TEHERÁN.– La violencia en las calles de Irán, el segundo país más poblado de Medio Oriente, no cesa, y la cifra de muertos desde que comenzaron las protestas antigubernamentales hace casi una semana ascendió ayer a 21. El líder supremo, el ayatollah Alí Khamenei, rompió por primera vez el silencio y acusó a “los enemigos de Irán” de estar detrás de la revuelta.
“En los sucesos de los últimos días, los enemigos se unieron y están usando todos sus medios, su dinero, sus armas, sus políticas y sus servicios de seguridad para crear problemas para el régimen islámico”, dijo Khamenei en una declaración retransmitida por la televisión oficial en la que no mencionó a ningún país extranjero en particular.
“El enemigo siempre está buscando una oportunidad y cualquier grieta para infiltrarse y golpear a la nación iraní”, añadió.
Khamenei dijo que se pronunciará más adelante con detenimiento sobre las protestas y su trasfondo.
En su último tuit, el presidente norteamericano, Donald Trump, dijo ayer que “el pueblo de Irán está finalmente actuando contra el brutal y corrupto régimen iraní”. “La gente tiene poca comida, una gran inflación y no tiene derechos humanos”, agregó.
En un principio, las marchas comenzaron en el noroeste, pero se fueron extendiendo por todo el país y el sábado llegaron a la capital, Teherán, donde ya hay por lo menos 450 detenidos. Aunque inicialmente se dirigieron contra la política económica y exterior del gobierno, se volvieron cada vez más críticas con todo el sistema y más violentas.
Ayer, de hecho, fue la jornada más cruenta con nueve muertos en la provincia de Isfahan, en el centro del país. Ocho de los fallecidos murieron en el ataque a una comisaría en la localidad de Qahderijan, incluyendo dos efectivos de las fuerzas de seguridad, informó la TV local.
Aunque es muy limitada la información sobre los hechos debido a que las autoridades iraníes bloquearon las redes sociales como Instagram o Telegram, los analistas consideran que el discurso de Khamenei anticipa que habrá un endurecimiento del régimen contra los manifestantes.
Ellie Geranmayé, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, dijo que ese mensaje en el que acusa de la rebelión a los enemigos exteriores, sugiere que es inminente la aplicación de medidas más severas.
“Dudo que estas protestas se le escapen del control al régimen como lo predicen algunos analistas en Washington”, dijo.
“El líder supremo no está dando motivos para más protestas. Si el balance de muertos aumenta, pienso que veremos más represión en las ciudades pequeñas, con el envío de fuerzas de otras áreas donde reina la calma”, agregó.
Reclamos de EE.UU.
En Estados Unidos, varios funcionarios pidieron que cese el bloqueo de las redes sociales iraníes implementado por las autoridades de Teherán.
Steve Goldstein, subsecretario de Diplomacia Pública del Departamento de Estado, criticó la decisión de restringir los accesos a la red: “La gente en Irán debe poder acceder a estos sitios”, dijo, y agregó que la página en Facebook del Departamento de Estado en lengua farsi cuenta con unos 70.000 suscriptores. “Cuanto más accesibles sean estos sitios, mejor será”, señaló Goldstein.
Los analistas consideran que el descontento de la población iraní manifestado en las marchas más masivas desde 2009 tiene sus raíces en múltiples factores, entre ellos el hecho de que el acuerdo sobre la cuestión nuclear sellado en 2015 no produjo para muchos ciudadanos los beneficios económicos esperados.
Además, en el último año la opinión pública se vio sacudida por episodios que aumentaron la exasperación, como por ejemplo escándalos financieros, la reacción considerada desastrosa del Estado ante el terremoto ocurrido en noviembre en el oeste del país, y una ley de presupuesto que elimina los subsidios para millones de ciudadanos.
También aumentaron vertiginosamente los impuestos para viajar al exterior y el precio del combustible, en tanto sumas cuantiosas siguen destinándose para fundaciones y centros de estudios religiosos.
No obstante, lo que más irrita a los manifestantes opositores es el compromiso militar y financiero de Irán, de un valor de varios miles de millones de dólares, en beneficio de los aliados en la región y funcional a un expansionismo que las autoridades iraníes persiguen desde hace tiempo en los conflictos de Irak y Siria.