Macron promete “tolerancia cero” a los ataques a policías
francia. Busca eliminar una serie de agresiones a las fuerzas del orden en los grandes suburbios
PARÍS.– El gobierno francés anunció su intención de aumentar la represión contra los autores de violencias antipoliciales, que se multiplican desde hace un tiempo en el país, sobre todo en los suburbios de las grandes ciudades, donde las fuerzas del orden parecen incapaces de imponer su autoridad.
La difusión de un video que muestra la agresión a dos policías que fueron salvajemente atacados por una turba descontrolada durante la noche de Año Nuevo desencadenó una ola de indignación.
“Los culpables del linchamiento cobarde y criminal de policías cumpliendo con su deber en la noche del 31 de diciembre serán hallados y castigados”, prometió el presidente Emmanuel Macron.
Ese dramático incidente se produjo en la noche de Año Nuevo, cuando la policía debió intervenir para dispersar una multitud de 300 a 400 personas que intentaba entrar a la fuerza a un baile privado en Champigny-sur-Marne, suburbio ubicado en el sudeste de París.
Al tratar de canalizar a la multitud enardecida, una mujer policía fue desestabilizada y, una vez en el suelo, fue agredida por varias personas a puntapiés y puñetazos. El policía que la acompañaba fue igualmente agredido con extrema violencia y terminó con el tabique nasal fracturado.
Los agresores filmaron además el ataque con sus teléfonos e inmediatamente lo difundieron por Internet. El documento se viralizó en las redes sociales, hasta que fue retirado por pedido del Ministerio del Interior.
Otros policías debieron utilizar gases lacrimógenos y balas de goma para rescatar a sus colegas, mientras varios grupos de vándalos se dedicaban a destruir vehículos y mobiliario urbano.
Pero ese fue tan sólo un capítulo de la serie de agresiones a las fuerzas policiales registradas en los últimos días, así como diversos actos de violencia que mostraron las tensiones que existen en sectores de la sociedad.
Pocas horas después, en Aulnaysous-Bois, otra localidad sensible de la periferia parisina, un policía fue agredido cuando intentaba interrogar a los conductores de una moto robada. El martes, en pleno París, tres policías fueron atacados con ladrillos, piedras y botellas después de haber penetrado en un edificio en llamas para rescatar a tres chicos atrapados en el incendio. “Todavía teníamos a los chicos en los brazos cuando comenzamos a recibir una lluvia de piedras”, declaró uno de los agentes.
La sensación de violencia se agravó al conocerse que, conforme a una perversa tradición que se repite en estas fechas en los suburbios más pobres de las principales ciudades del país, en la noche de Año Nuevo fueron incendiados 1031 vehículos. La cifra, mayor que los 935 casos registrados en 2017, traduce la agresividad que reina en esos suburbios. Según el Ministerio del Interior, ocho policías y tres gendarmes resultaron heridos y 501 personas fueron detenidas esa noche, unas 60 más que en 2017.
“Debemos poner fin a esta sociedad violenta”, declaró ayer el ministro del Interior, Gérard Collomb. “Para mejorar la situación en los suburbios franceses, que se han pauperizado en los últimos 10 a 15 años, se necesitan profundas reformas. Debemos romper esta mecánica infernal”, sentenció.
“Obviamente lamento que semejantes incidentes como los de el 31 de diciembre puedan producirse”, agregó Collomb. “Pero esa triste realidad no debe ocultar el hecho de que, en la mayor parte de Francia, la gente pudo disfrutar de una velada de celebración completamente pacífica”, concluyó.
Unos 140.000 miembros de las fuerzas de seguridad habían sido desplegados esa noche en todo el país.
La oposición política denunció de inmediato las agresiones contra la policía. La primera voz que se hizo oír fue la del flamante presidente del partido de derecha conservadora Los Republicanos (LR), Laurent Wauquiez, que reclamó “actos enérgicos”.
“Los franceses no necesitan policía de proximidad, sino una política de seguridad”, agregó Wauquiez, que ha dado al partido del ex presidente Nicolas Sarkozy un giro aún más hacia la derecha. El líder de LR hacía alusión a la llamada “policía de seguridad cotidiana”, prometida por Macron y que debe comenzar a ser experimentada a comienzos de año.
Para la dirigente de extrema derecha, Marine Le Pen, “las escenas violentas que circularon por las redes sociales confirman que perdura y se amplifica en Francia, junto a la amenaza terrorista, una inseguridad que a veces se parece a una guerrilla urbana”.
Desde los famosos disturbios de 2005 en la periferia de París, existe una relación extremadamente tensa entre la policía y la juventud de los suburbios pobres de Francia, habitados en su mayoría por inmigrantes o descendientes. Muchas de esas localidades –en las que hay un elevado porcentaje de desocupación– se han convertido en “territorio liberado”, donde impera la ley de las bandas que trafican drogas y objetos robados.