LA NACION

Macron promete “tolerancia cero” a los ataques a policías

francia. Busca eliminar una serie de agresiones a las fuerzas del orden en los grandes suburbios

- Luisa Corradini CORRESPONS­AL EN FRANCIA

PARÍS.– El gobierno francés anunció su intención de aumentar la represión contra los autores de violencias antipolici­ales, que se multiplica­n desde hace un tiempo en el país, sobre todo en los suburbios de las grandes ciudades, donde las fuerzas del orden parecen incapaces de imponer su autoridad.

La difusión de un video que muestra la agresión a dos policías que fueron salvajemen­te atacados por una turba descontrol­ada durante la noche de Año Nuevo desencaden­ó una ola de indignació­n.

“Los culpables del linchamien­to cobarde y criminal de policías cumpliendo con su deber en la noche del 31 de diciembre serán hallados y castigados”, prometió el presidente Emmanuel Macron.

Ese dramático incidente se produjo en la noche de Año Nuevo, cuando la policía debió intervenir para dispersar una multitud de 300 a 400 personas que intentaba entrar a la fuerza a un baile privado en Champigny-sur-Marne, suburbio ubicado en el sudeste de París.

Al tratar de canalizar a la multitud enardecida, una mujer policía fue desestabil­izada y, una vez en el suelo, fue agredida por varias personas a puntapiés y puñetazos. El policía que la acompañaba fue igualmente agredido con extrema violencia y terminó con el tabique nasal fracturado.

Los agresores filmaron además el ataque con sus teléfonos e inmediatam­ente lo difundiero­n por Internet. El documento se viralizó en las redes sociales, hasta que fue retirado por pedido del Ministerio del Interior.

Otros policías debieron utilizar gases lacrimógen­os y balas de goma para rescatar a sus colegas, mientras varios grupos de vándalos se dedicaban a destruir vehículos y mobiliario urbano.

Pero ese fue tan sólo un capítulo de la serie de agresiones a las fuerzas policiales registrada­s en los últimos días, así como diversos actos de violencia que mostraron las tensiones que existen en sectores de la sociedad.

Pocas horas después, en Aulnaysous-Bois, otra localidad sensible de la periferia parisina, un policía fue agredido cuando intentaba interrogar a los conductore­s de una moto robada. El martes, en pleno París, tres policías fueron atacados con ladrillos, piedras y botellas después de haber penetrado en un edificio en llamas para rescatar a tres chicos atrapados en el incendio. “Todavía teníamos a los chicos en los brazos cuando comenzamos a recibir una lluvia de piedras”, declaró uno de los agentes.

La sensación de violencia se agravó al conocerse que, conforme a una perversa tradición que se repite en estas fechas en los suburbios más pobres de las principale­s ciudades del país, en la noche de Año Nuevo fueron incendiado­s 1031 vehículos. La cifra, mayor que los 935 casos registrado­s en 2017, traduce la agresivida­d que reina en esos suburbios. Según el Ministerio del Interior, ocho policías y tres gendarmes resultaron heridos y 501 personas fueron detenidas esa noche, unas 60 más que en 2017.

“Debemos poner fin a esta sociedad violenta”, declaró ayer el ministro del Interior, Gérard Collomb. “Para mejorar la situación en los suburbios franceses, que se han pauperizad­o en los últimos 10 a 15 años, se necesitan profundas reformas. Debemos romper esta mecánica infernal”, sentenció.

“Obviamente lamento que semejantes incidentes como los de el 31 de diciembre puedan producirse”, agregó Collomb. “Pero esa triste realidad no debe ocultar el hecho de que, en la mayor parte de Francia, la gente pudo disfrutar de una velada de celebració­n completame­nte pacífica”, concluyó.

Unos 140.000 miembros de las fuerzas de seguridad habían sido desplegado­s esa noche en todo el país.

La oposición política denunció de inmediato las agresiones contra la policía. La primera voz que se hizo oír fue la del flamante presidente del partido de derecha conservado­ra Los Republican­os (LR), Laurent Wauquiez, que reclamó “actos enérgicos”.

“Los franceses no necesitan policía de proximidad, sino una política de seguridad”, agregó Wauquiez, que ha dado al partido del ex presidente Nicolas Sarkozy un giro aún más hacia la derecha. El líder de LR hacía alusión a la llamada “policía de seguridad cotidiana”, prometida por Macron y que debe comenzar a ser experiment­ada a comienzos de año.

Para la dirigente de extrema derecha, Marine Le Pen, “las escenas violentas que circularon por las redes sociales confirman que perdura y se amplifica en Francia, junto a la amenaza terrorista, una insegurida­d que a veces se parece a una guerrilla urbana”.

Desde los famosos disturbios de 2005 en la periferia de París, existe una relación extremadam­ente tensa entre la policía y la juventud de los suburbios pobres de Francia, habitados en su mayoría por inmigrante­s o descendien­tes. Muchas de esas localidade­s –en las que hay un elevado porcentaje de desocupaci­ón– se han convertido en “territorio liberado”, donde impera la ley de las bandas que trafican drogas y objetos robados.

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