Alumnos y comprensión lectora
Pirls es el nombre de una muy respetada prueba internacional estandarizada que se administra a alumnos de cuarto grado del nivel primario en 61 países para evaluar la comprensión lectora de los niños sobre textos informativos y literarios.
En la evaluación, realizada en la Capital Federal en noviembre de 2015 entre más de 4000 alumnos de 149 escuelas porteñas de gestión privada y pública, se buscó estimar la comprensión de las ficciones que un texto especialmente diseñado para la evaluación presentaba a la lectura de los alumnos y cuánta información obtenían de él. A fin de comprobar los alcances de su capacidad comprensiva, tras la lectura de distintos materiales se los interroga para establecer cuatro distintas capacidades: la básica, de localizar y recuperar información explícita en el texto; la intermedia, de razonar sobre la base de la información leída; una alta, que se revela cuando el alumno es capaz de integrar ideas e información en un cierto contexto, y una avanzada, que da cuenta de la habilidad para formular una crítica fundada de los contenidos.
El 83% pudo resolver problemas de nivel bajo; el 55%, los de nivel intermedio; el 20% resolvió los de nivel alto, y apenas el 3%, los que requerían capacidades avanzadas. La directora de la unidad de evaluación, Tamara Vinocur, consideró que los desniveles observados en los rendimientos son consecuencia de un proceso diverso de maduración de los chicos, que se equilibra después de cuarto grado.
Los rendimientos de los alumnos porteños alcanzaron los 480 puntos en la escala, semejantes a los registrados en Chile, que alcanzó los 490, ubicándose la CABA en el puesto 46 sobre 61. En concordancia con los desempeños en el resto del mundo, las mujeres superaron a los varones en la comprensión lectora.
Otra conclusión es que los resultados alcanzados por los chicos de la ciudad son mejores cuando se trata de textos vinculados a la literatura, propios del nivel primario, ya que la lectura de contenidos informativos aumenta recién en el segundo ciclo de aprendizaje.
Desde la Asociación Internacional para la Evaluación Educativa, que lleva adelante esta prueba cada cinco años, se explicó que los resultados están fuertemente relacionados con la asistencia a educación preescolar y a la participación de los padres en la lectura temprana de sus hijos.
Siendo esta la primera vez que nuestro país forma parte concreta de esta evaluación, habrá también que considerar hacerla extensiva a todo el territorio nacional para que la medición refleje con algún grado de verosimilitud una realidad que lejos está de ser la que buscamos. El propio informe hace mención de la “brecha sustantiva” entre países de alto y bajo rendimiento en lectura, como el nuestro, que no alcanzó la meta fijada, lejos de Rusia, Singapur, Hong Kong, Irlanda o Finlandia, que encabezan el ranking. No nos cansaremos de repetir que educar es el único camino para el desarrollo y la inclusión. No hay tiempo que perder.