Las series policiales: una distracción lejos de la realidad
combo exitoso. Con el estreno esta noche de 9-1-1, por Fox, y la nueva temporada de Los expedientes X, el género demuestra su vigencia y capacidad de adaptación
Para muchos, las series son un escape porque permiten la posibilidad de poner en pausa los conflictos personales, las preocupaciones sociales y los miedos que afectan a los espectadores a nivel global. Que la distracción muchas veces se ponga en funcionamiento a partir de programas policiales que suelen reproducir lo que se ve todos los días en las noticias parece ser una contradicción insalvable. Y sin embargo, las más recientes ficciones del género demuestran todo lo contrario, un resultado sorprendente cuando el contexto político y social apuntan al cuestionamiento de las fuerzas de seguridad más que a su celebración.
si en otras épocas Hollywood no dudaba en trazar una línea clara entre héroes y villanos, con los policías siempre del lado de los buenos, hoy con una realidad en la que esa distinción es al menos borrosa, la construcción de relatos policiales que aporten entretenimiento y un placer escapista resulta más complicada que nunca.
Una de las alternativas es pintar a sus protagonistas como seres humanos con fallas y debilidades, pero siempre dispuestos a sacrificarse y hacer lo mejor por el bien común. ese es el caso de 9-1-1, la nueva serie de ryan Murphy que estrena Fox hoy, a las 23. en el retrato del grupo de profesionales detrás del servicio de llamadas de emergencias de los estados Unidos, lo importante es la distancia que se establece entre el final de los casos en la vida real y los que se muestran en pantalla, además de la insistencia en el carácter heroico de los protagonistas.
Por un lado está Abby –interpretada por la siempre brillante connie Britton–, operadora telefónica del número de emergencia que salva vidas con mucha inteligencia y una infinita empatía. A sus esfuerzos se suman los bomberos comandados por Bobby (Peter Krause), que pone la seguridad de las personas necesitadas de ayuda como su primera prioridad y que toma cada tropiezo como una debilidad personal que deriva de sus problemas de adicciones ya superados, pero siempre latentes. Y para completar el heroico equipo está la policía Athena, interpretada por Angela Bassett, que en medio de un complicado momento personal continúa cumpliendo con su labor cotidiana.
Algo similar se puede ver en la nueva versión de S.W.A.T., estrenada en noviembre en Fox. Al incorporar la violencia policial y racista en la trama, la serie pinta un cuadro en el que los agentes tienen que superar los abusos cometidos por uno de sus jefes que asesinó a un adolescente negro (una historia calcada de la tapa de los diarios), y el modo que encuentran las autoridades de redimirse frente a la sociedad es poner al frente del escuadrón a un nuevo jefe (shemar Moore), que no solamente es muy capaz, sino que también es, sobre todo, negro.
Una de las estrategias de supervivencia de las series policiales es también recurrir al pasado contando que el paso del tiempo transforme historias durísimas en relatos fascinantes. Un truco que funcionó de maravillas en Mindhunter, la serie de netflix producida por david Fincher.
otro de los recursos del género para seguir adelante es optar por la fantasía, el tono absurdo o directamente delirante. Un cruce de tonos y estilos que se verá hoy, a las 22, en Fox, con los nuevos episodios de Los expedientes X. Una mezcla en la que en 2017 se destacaron Twin Peaks, la tercera temporada de Fargo y Lucifer, una serie en la que la tantas veces transitada fórmula de la pareja de investigación despareja incorpora un nuevo giro al juntar a una policía con el mismísimo hijo del diablo de paseo por la Tierra.