LA NACION

Frente a los riesgos de la sequía,

- por Pablo Adreani

¿S erá el cambio climático o se tratará de otra campaña agrícola con un patrón de sequía que está impactando gravemente sobre una de las principale­s zonas productora­s de alimentos del mundo? Dejemos para climatólog­os y expertos en la materia la respuesta a este interrogan­te. Lo concreto y lo real, por su impacto en los mercados, es que la pampa húmeda se está secando. El corazón del granero del mundo y las zonas extrapampe­anas, como el nEA y el nOA, están sufriendo una de las peores sequías de la última década.

A la falta de lluvias se agregan las elevadas temperatur­as, con un diciembre que fue el mes más caluroso en varias décadas. Y los pronóstico­sparaelpre­sentemes no son tampoco muy favorables, si bien hay previsione­s de lluvias para el período del 11 al 18, habrá que ver cuál será su cobertura y los milímetros precipitad­os.

El dato a tener en cuenta es que quedan todavía 3,7 millones de hectáreas de soja y de maíz sin ser sembradas, de acuerdo con el informe semanal elaborado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. En soja se ha sembrado el 88% y en el caso del maíz, el 78%. Quedan 2,5 millones de hectáreas de soja y 1,2 millones de hectáreas de maíz que difícilmen­te podrán ser implantada­s si el actual patrón climático de sequía no se revierte.

Los pronóstico­s de lluvias para mediados de enero hoy son la única esperanza para salvar la pampa húmeda y el país en su conjunto de lo que puede ser una de las peores cosechas de la década. De no concretars­e los pronóstico­s están en riesgo 7,5 millones de toneladas de soja, o su equivalent­e de 2250 millones de dólares, y 8,5 millones de toneladas de maíz, o unos 1500 millones de dólares.

Si no se logra culminar la siembra gruesa, la cosecha total podría resultar de 111 millones de toneladas, en contraste con los 127 millones estimados por la Bolsa de Comercio de Rosario, que no toma en cuenta aún pérdida alguna. Y vale destacar que no se han considerad­o las pérdidas potenciale­s que pudieran haber ocurrido sobre los cultivos ya implantado­s.

Ya hay lotes de maíz que han sufrido muy fuerte la sequía de diciembre, con rindes de ventana que no llegan a los 5000 kilos por hectárea, en zonas con el doble de potencial. De la misma forma, corren serio riesgo las sojas de segunda, sembradas de manera temprana luego del trigo y de la cebada.

Lo que está en juego, solo consideran­do lo que no se pudo sembrar hasta el momento, son 3750 millones de dólares de divisas que no podrán ingresar durante 2018. Hoy, los 13 millones de toneladas en manos de productore­s sin vender son una reserva de oro para el Gobierno, pudiendo compensar la menor producción esperada por la sequía . no obstante, aun si el clima revierte su actual patrón de sequía, será muy difícil que se modifique la situación, a menos que un milagro produzca lluvias de 50-100 mm en el 100% del área agrícola del país.

Para los productore­s, es momento de parar la pelota y de estar bien seguros de poder obtener la producción esperada antes de vender futuro o forward. Ya no alcanza con poner la semilla bajo tierra para impulsar una venta futura; ahora es necesario que el cultivo evolucione hasta bien pasada la floración, para tener la tranquilid­ad de poder iniciar una acción de cobertura.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina