La demanda del monoambiente se mantendrá
En 2017 comenzó a verse una aceleración de la actividad. Pero no sólo de la mano del crédito, sino también de los efectos del blanqueo, por un lado, y de la contención que tuvo el inversor durante 2016. Hoy todos los jugadores salieron a la cancha, y el inversor de real estate claramente ve un futuro promisorio. De hecho, comienzan a registrarse subas de precios que incluso acompañan a la inflación. De cara al futuro, el incremento de los créditos y en el ritmo de de la actividad económica en general muestran una tendencia alcista. En nuestro caso, incluso ya estamos trabajando en proyectos para la clase media. Son emprendimientos con unidades que parten desde los $ 1.100.000, con amplia financiación, que permiten a la clase media acceder a un inmueble sin mayores complicaciones. Claro está que el otorgamiento de créditos a mayores plazos sería de muchísima ayuda para el sector sobre todo en un escenario en el que la gente más que el valor del metro cuadrado, está mirando las condiciones de financiación, es decir, qué proporción del ingreso demandaría la adquisición de un inmueble. En este sentido, alcanzar una cuota que no insuma más del 30 por ciento del ingreso del grupo familiar, marca que estamos por buen camino. Otro punto clave es el manejo de la inflación y lograr que se siga avanzando en el lanzamiento de líneas de créditos intermedias –para desarrolladores-. No veo prudente ni accesible la implementación de créditos intermedios con tasas superiores a un 12/14 por ciento anual. Un dato interesante es que el monoambiente sigue siendo la tipología más demandada, no sólo por lo accesible, sino por un cambio cultural que va en ese sentido. Cada vez la gente se casa menos, se separa más, y aspira a vivir en forma independiente.