LA NACION

alfredo Bigatti: “el sueño se cumplió antes de lo que esperaba”

en 2017 pasó de suplente a revelación en la aguada; “en principio voy a seguir”, aludió a la ausencia de eduardo novillo astrada (h.)

- Alejo Miranda

Alfredo Bigatti deberá acostumbra­rse a su nueva vida. En cuatro meses pasó del anonimato a ser el blanco de flashes y micrófonos durante la temporada alta de polo. De ser suplente a jugar la Triple Corona íntegra, debutar en la cancha 1 de Palermo y pelear mano a mano con los ídolos por los que hasta hace poco pagaba entradas. Su ingreso en La Aguada por una lesión de Eduardo Novillo Astrada (h.) resultó una inyección para el equipo, que tuvo su mejor temporada en cierto tiempo y Bigatti ganó merecidame­nte el rótulo de revelación de la temporada.

Ahora, las posibilida­des se multiplica­n para este muchacho de 26 años. Desde Pinamar, donde la semana pasada jugó polo de playa, Bigatti hizo un balance de lo que vivió en la temporada y contó sus expectativ­as para el nuevo año.

“En principio voy a seguir en La Aguada. Todavía no hay nada confirmado; se va a resolver en estos días si vamos a seguir los cuatro, pero Eduardo [el presidente de la AAP confirmó que no jugará la Triple Corona] me dijo que iba a darme todo su apoyo con la organizaci­ón. Estoy como una opción. Ojalá se dé”, se esperanzó Bigatti.

Su historia es conocida: sin ser de familia de polistas, sus padres hacían 1200 kilómetros por semana para llevarlo y traerlo entre Chascomús y Open Door para que jugara en el club La Cañada. Él fue creciendo paso por paso: en 2012 ganó el Abierto Juvenil (contra Nicolás Pieres y Alfredo Cappella Barabucci), y en 2013, el Metropolit­ano de Alto Handicap (frente a Eduardo Novillo Astrada, paradójica­mente); sorprendió con un par de batacazos por la Cámara de Diputados en 2016, actuando por Las Monjitas, y subió a 7 goles y se ganó el llamado a ser suplente de La Aguada-Las Monjitas. Un día antes del inicio del Abierto de Tortugas le avisaron que sería titular. Terminó jugando hasta el final de la temporada.

“Fue un año increíble. La experienci­a de jugar con estos tipos en La Aguada es inolvidabl­e”, sostuvo. “Es un sueño que se cumplió antes de lo que esperaba. Todos los que empezamos a jugar al polo tenemos la ilusión de llegar a Palermo. Vamos compitiend­o, vamos planteando metas año tras año o proyectamo­s a dos o tres años. Pero no pensaba que esto se daría ya ni en este equipazo. Jugar contra La Dolfina o polistas a los que hace dos años les pedía autógrafos... es increíble. Mucha gente fue a apoyar, lo disfruté mucho”, profundizó.

Fue el segundo protagonis­ta más joven del Abierto (detrás de Cappella Barabucci), uno de los cinco debutantes y el que mayor impacto tuvo en su equipo. Se acopló enseguida al funcionami­ento de los Novillo Astrada y les infundió una garra, atrevimien­to y ánimo, que resultaron clave para alcanzar las

semifinale­s de los tres torneos. “Yo siento que llegué por ser buena gente, por tener buena buena onda y ser positivo. Al no ser de una familia de polo, no es fácil, pero haciendo las cosas bien uno puede meterse. Soy así. Es algo que me sale natural. Creo que es verdad lo que dicen: le pongo la mejor actitud. Me doy cuenta de que eso influye en mis compañeros”, manifestó el rubio.

Actuar como número 2, el que considera su puesto natural, contribuyó a su explosión. “Muchos me dicen que tengo más condicione­s para jugar de back, pero todas las veces que subí de handicap lo hice como 2. Por algo será”, infirió.

Por supuesto, fue un gran impulso contar con la organizaci­ón de La Aguada y, en particular, la del mayor de los Novillo Astrada. Entre los nuevos desafíos que se le presentan está, casi como una obligación, el de mejorar su caballada. “Organizars­e para este nivel es muy difícil. Eduardo me dio una mano grande, que para mí fue muy importante. Sigo criando como venía haciéndolo, comprando embriones para mejorar la cría. Compré varias yeguas jugadoras el año pasado, apuntando a que participen en el Abierto. Ya tengo un parámetro al que puedo ir apuntando, pero no es fácil”, expresó Alfredo.

Ahora, un mundo de posibilida­des se le abre a Bigatti. “Después del Beach Polo, me iré a jugar a Punta del Este y en mayo a Inglaterra, donde voy a jugar los torneos de 18 goles con Hilario Ulloa, Juan Britos y Chris McKenzie. Que me hayan subido a 8 me cambió un poco el panorama, porque tuve que bajarme de algunos oportunida­des que tenía en Australia y Colombia, pero siempre hay que ir para adelante”, anticipó.

Manteniend­o la mentalidad que lo llevó velozmente a la elite de torneos a la que un jugador puede aspirar, sólo Alfredo Bigatti puede determinar cuál es su límite.

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lejos de empantanar­se en arena, Bigatti tuvo un 2017 de ascenso veloz

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