Trapitos en Uruguay
Acá en Uruguay un trapito te saluda cordial y no te aprieta con pagar por adelantado. En la Argentina tenés que negociar con cara del FMI para pagar el derecho de calle. Un trapito en Punta del Este o Piriápolis cuando volvés a tu auto siempre está. En nuestro país le adelantás el 50% al estacionar y con toda seguridad ni bien cobró huyó. Con una moneda de 10 pesos, el charrúa te rinde pleitesía y te manda bendiciones para toda la familia. En Buenos Aires te pone precio y si le das lo que considerás es una atención te exponés a un insulto, a una maldición o, peor, a un momento de “panic attack”. En Uruguay ser trapito es una necesidad y este se identifica con buenos modales y se siente orgulloso de su tarea.
nuestra querida ciudad aparecen de la nada con caras amenazantes y sabés interiormente que tu vida está en situación límite si no “pelás” un billete de 50 pesos como mínimo. Esto, que solo es una pequeña comparación, nos lleva también a reflexionar: ¿en qué momento perdimos la educación, los buenos modales y la sonrisa en los actos cotidianos? ¿Qué hicimos mal (y lo pregunto a toda la sociedad argentina, a políticos, filósofos e historiadores)? ¿Cómo encauzamos este virus que se expande y multiplica a velocidad de la luz? ¿Es un servicio o una extorsión? Reflexionemos, urgente, ante esta simple pintura cotidiana. Víctor G. Rozenbaum
DNI 11.027.845