Pierden los funcionarios privilegios para circular y estacionar
Se eliminaron por decreto las excepciones de las que gozaban
“Perdón. Estoy un poco atrasado. No conseguimos lugar para estacionar”. El mensaje, que cualquier lector habrá redactado alguna vez, bien podría ser escrito ahora por el presidente Mauricio Macri. Sucede que entre la batería de normas que se publicaron ayer se eliminaron los privilegios de circular y estacionar que tenían los autos oficiales.
La norma seguramente le despertó una sonrisa al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. En las últimas semanas se lo escuchó quejoso por el uso y abuso de los autos oficiales que se colaban por los carriles exclusivos del metrobús.
Desde 1995, cuando se reglamentó la ley de tránsito nacional, en su artículo 63 se redactaban ciertos privilegios o excepciones a las reglas generales. Médicos en emergencia, sacerdotes, medios periodísticos en coberturas de exteriores y jueces en medio de diligencias estaban autorizados a ciertas franquicias, tanto de circulación (las emergencias) como de estacionamiento, la mayoría de los otros casos.
Pero en medio de esos incisos había uno algo más amplio que los anteriores. Aquella norma de 1995 sostenía que “el derecho de uso de la franquicia especial implica la exención de una obligación en virtud del cumplimiento de una función o servicio destinado al bien común”, y regía para “funcionarios superiores del gobierno, sean nacionales, provinciales o municipales, para el ejercicio exclusivo de su función”.
Pero la nueva redacción eliminó a los funcionarios como beneficiarios de aquel sistema. Mantuvo todos los demás, especialmente los de estacionamiento, pero ya no los que tenían los funcionarios. La modificación de la reglamentación de la ley de tránsito nacional será de aplicación automática en todas las provincias que hayan adherido a la normativa, pero las cuestiones de tránsito son materia de legislación local, por lo tanto, hay muchas provincias que tienen sus propias leyes. Ahora tienen tres vías: adherir a esta modificación, adecuar la norma o mantener los privilegios.