Saludables frenos al juego
Resultan bienvenidas, necesarias y dignas de ser replicadas por otros distritos las medidas adoptadas por la gobernadora Vidal
En línea con la política que lleva a cabo el gobierno nacional en materia de juegos de azar, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, anunció fuertes medidas en contra del juego y de la ludopatía. Se trata del cierre de las salas de juego de Necochea, Mar de Ajó y Valeria del Mar, y de un bingo en Temperley. Además, dispuso llamar a licitación pública –la primera en 23 años– para renovar la administración de 3860 máquinas tragamonedas que funcionan en siete de los 12 casinos provinciales.
Se impondrá el competidor que garantice mayor participación al Estado y será por “canastas”. La idea es que tres oferentes se queden con la explotación de las salas. Uno, en los casinos de Tigre y Pinamar; otro, en el Central de Mar del Plata y el de Monte Hermoso, y un tercero, en el Hermitage de Mar del Plata, Miramar y Tandil. Las nuevas concesiones serán por 20 años.
Esta actitud de la gobernadora contra la industria del juego no es nueva. Por el contrario, a poco de asumir, y pese a los fuertes condicionamientos que enfrentaba, comenzó a tomar medidas en esa dirección. Así, por ejemplo, desde el primer minuto, no autorizó la instalación de nuevas agencias de juego y prohibió el funcionamiento de cajeros automáticos, centros de préstamos personales de dinero y medios de pagos electrónicos (posnets) en todos los casinos, salas de bingo, hipódromos y agencias hípicas en el territorio provincial. También anuló la rehabilitación de la Quiniela Instantánea e impidió la apertura del Bingo La Noria, un complejo de tragamonedas construido en una de las zonas más pobres y pobladas de Lomas de Zamora.
Es sabido que alrededor del juego, principalmente casinos, bingos y tragamonedas, se facilitan acciones punibles en la legislación penal, como el lavado de activos, la prostitución, el consumo de drogas, el financiamiento de campañas políticas con dinero sucio y la evasión impositiva, entre otras. Asimismo, coexisten muchas otras cuestiones que pueden llevar al jugador compulsivo, o al que cree que jugando puede salvarse de una situación económica angustiante, a situaciones extremas como suicidios, desequilibrio mental, adicción, separaciones, desesperanza, quiebras, ruina, autodestrucción, violencia intrafamiliar, frustraciones y enfermedades diversas.
“Empezamos un camino de ir restringiendo la oferta del juego legal en la provincia”, dijo Vidal, quien recordó el riesgo que implica la ludopatía. “El Gobierno tiene que estar del lado de los que sufren esta adicción y no de los que promueven la ludopatía”, se pronunció la funcionaria.
El juego en exceso es un trastorno de salud mental y un problema de salud pública. Hay pruebas científicas que indican que los jugadores patológicos tienen un riesgo seis veces mayor de padecer abuso de alcohol y 4,4 veces mayor de sufrir un trastorno por consumo de sustancias en comparación con los no jugadores. Los riesgos de depresión mayor y de ansiedad generalizada se triplican.
Vidal anunció también un endurecimiento de los operativos contra el circuito clandestino, que ya superan los 160 procedimientos, con 170 detenidos y 30 millones de pesos recuperados, que irán a hospitales y programas sociales.
Para denunciar el juego ilegal, los bonaerenses pueden acceder a una aplicación gratuita en el celular, sin necesidad de ir a la comisaría. Se trata de la app Seguridad Provincia, que funciona desde hace meses para informar, de manera online, sobre casos de robo, venta de drogas o corrupción policial.
El juego creció en forma exorbitante y descontrolada durante muchos años en el territorio provincial, ante la mirada cómplice e interesada de muchos dirigentes, pues innumerables campañas políticas se valieron de esos fondos espurios. Las valientes medidas adoptadas por la gobernadora Vidal deben ser bienvenidas puesto que tienden a reducir la industria del juego y las miserias, y las conductas delictuales que se originan a partir de ella.