LA NACION

Rosario tiene un nuevo enemigo público nº 1

El joven de 18 años es hoy uno de los delincuent­es más buscados en Rosario, tanto por la policía como por bandas rivales; prometió vengarse de la familia Caminos

- Germán de los Santos PARA LA NACION

Alan Funes cruzó hace pocos meses el umbral de la mayoría de edad, con varios crímenes sobre su espalda. Y se transformó durante los últimos días en el delincuent­e más buscado de Rosario, desde que arrancó un 2018 sangriento en esta ciudad, con 14 asesinatos en la primera quincena, varios originados por enfrentami­entos entre dos nuevos clanes vinculados con la venta de drogas que juran exterminar­se por las redes sociales y lo cumplen en las calles.

A muy temprana edad, Alan, hijo de Jorge, un veterano pirata del asfalto que fue blanco de un ataque a balazos el 1° de enero, se transformó junto con su hermano Lautaro, de 20 años, en asesinos en potencia, con una sed de venganza incontenib­le, luego de que los Caminos mataran a su madre.

Su rostro desencajad­o se hizo público el 1° de enero pasado, cuando buscó demostrar por las redes sociales a sus enemigos que detenta poder de fuego, armas y rabia. Disparó una ráfaga de 15 tiros al aire con una ametrallad­ora FMK3 mientras estaba con prisión domiciliar­ia en la casa de su abuela en el sur de Rosario. Al otro día fue a buscarlo la policía luego de que esas imágenes se viralizara­n por las redes sociales. Hasta ayer se mantenía prófugo, con pedido de captura nacional e internacio­nal.

El 1° de mayo de 2016, Alan, en ese momento de 17 años, entró al pasillo de casas precarias de Ayacucho al 4300, apuntó su mirada y la pistola 9 milímetros contra Julio Solano, conocido como Pupi, y lo acribilló. Antes de matarlo alcanzó a decirle que su muerte tenía una razón: vengar el crimen de su madre. Solano murió en el acto, en ese pasillo ancho en cuya entrada hay una enorme palmera que se trenza con la maraña de cables de las conexiones ilegales.

Unos meses después, el muchacho fue detenido y enviado al Instituto de Rehabilita­ción del Adolescent­e (IRAR), y la causa judicial tuvo varias idas y venidas en el Juzgado de Menores N° 3 con recurrente­s pedidos de nulidades de sus abogados hasta que acordaron con la fiscalía en octubre pasado que fuera enviado a la casa de su abuela en el barrio La Tablada.

Alexis Caminos, contemporá­neo y principal enemigo de Alan y Lautaro, fue acusado por el asesinato de la madre de los Funes y de Claudio Fernández, a quien mataron de 11 disparos en el barrio Municipal.

Alexis era menor cuando cometió el crimen. El Juzgado de Menores enfrentó varias nulidades del abogado Marcos Cella –quien estuvo preso, como partícipe secundario de un asesinato– hasta que la Cámara Penal confirmó el procesamie­nto de Alexis recién en marzo de 2016. Actualment­e está preso en la cárcel de Coronda.

Amistad quebrada

En 2013, la amistad entre las familias Funes y Caminos, que desde hace tiempo habían cultivado Jorge Funes y Roberto Caminos, alias Pimpi, histórico líder de la barra de Newell’s, y aliado de la banda de Los Monos, se rompió con la generación siguiente, la de sus hijos, que se habían criado juntos en las torres de Fonavi del barrio Municipal, en la zona sur de Rosario.

“El problema con los Caminos empezó en 2012 y 2013. Mis hermanos Alan y Ulises iban a la escuela. Para llegar tenían que pasar por el barrio Municipal. En ese barrio, la familia Caminos controlaba todo lo que pasaba. Ellos querían que mis hermanos sean sus sicarios y empiecen a matar gente para ellos”, declaró Lautaro en la causa del crimen de Maximilian­o Nota, según publicó el portal Cruz del Sur.

El domingo pasado, Marcela Díaz, hermana de Tubi Segovia, aliado del clan Caminos, fue asesinada desde una camioneta VW Suran mientras se desplazaba en moto con un amigo, quien confesó a la policía que en el vehículo desde el cual los atacaron estaba Alan Funes, quien había anticipado que pretendía vengar la muerte de su hermano Ulises.

Esta mujer tenía las horas contadas. Los Funes les habían advertido que se tenía que ir de Rosario porque la iban a matar, contó ayer la abogada de la víctima, Romina Bedetti. “Su hijo de 18 años también sufrió un ataque y está ahora en silla de ruedas”, agregó.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina