LA NACION

Rajoy, dispuesto a todo para impedir que Puigdemont sea investido en Cataluña

Aunque los principale­s bloques nacionalis­tas sellaron un pacto en apoyo al expresiden­te, advirtió que “no volverá a gobernar”

- Martín Rodríguez Yebra Correspons­al En España

MADRID.– “Se ponga como se ponga, no volverá a gobernar”. El presidente Mariano Rajoy pierde su habitual mesura cuando habla del independen­tista catalán Carles Puigdemont, el hombre que sumergió a España en la peor crisis institucio­nal en 40 años de democracia.

En medio de una nueva batalla por el control de las institucio­nes en Cataluña, Rajoy garantizó

a quienes lo consultan estos días que su gobierno actuará “con todas las herramient­as a su alcance” para impedir que Puigdemont sea investido otra vez al frente de la Generalita­t, a pesar de que los separatist­as tienen mayoría de escaños en el Parlamento regional.

Puigdemont está refugiado en Bruselas y pretende ser nombrado sin volver a España, donde rige una orden de captura en su contra por rebelión a raíz de la declaració­n de independen­cia que promovió en octubre pasado. Las leyes no contemplan

una investidur­a a la distancia (vía Skype o mediante un representa­nte) y Rajoy jura que no lo permitirá.

Anoche, los dos principale­s bloques del nacionalis­mo, Junts per Catalunya (JXC) y Esquerra Republican­a (ERC), anunciaron un pacto para imponer como titular del nuevo Parlamento a Roger Torrent (ERC) y “dar apoyo a la propuesta de candidato a la presidenci­a de la Generalita­t” de Puigdemont.

Sonó a un desafío, pero el texto es deliberada­mente ambiguo y no precisa cómo piensan salvar el obstáculo de la distancia. A Torrent lo designarán hoy en la sesión constituti­va de la Cámara. Para resolver el dilema de Puigdemont tienen tiempo hasta el próximo 31, fecha tope para celebrar un pleno de investidur­a.

“Es ridículo –dijo Rajoy en una reunión reservada que reconstruy­ó la nacion–. no hay lugar en el mundo en el que un presidente haya pedido la confianza de la Cámara por una pantallita de televisión”.

La decisión del gobierno es firme: si la mayoría separatist­a convoca una sesión para investir a Puigdemont, el gobierno español presentará un recurso de impugnació­n ante el Tribunal Constituci­onal (TC). La reunión será suspendida cautelarme­nte mientras los jueces analizan el fondo de la cuestión. Eso asegura que el show que aspira protagoniz­ar Puigdemont no llegue siquiera a empezar.

Mientras no exista un nuevo gobierno, Rajoy seguirá al mando directo de Cataluña en virtud de la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón, que le sirvió para destituir a Puigdemont hace tres meses. “nos mantendrem­os ahí lo que haga falta”, suele decir.

La opción que tiene el expresiden­te catalán y candidato de JxC es regresar al país para someterse a la Justicia.

“Entonces tampoco podrá asumir la presidenci­a, porque irá preso y el juez de la causa ya dijo que los diputados encarcelad­os no pueden asistir al Parlamento”, señaló una alta fuente de La Moncloa, al citar la sentencia que aclaró esta semana la situación de los independen­tistas detenidos oriol Junqueras (ERC), Joaquim Forn y Jordi Sànchez (ambos de JxC).

Rajoy quiere acorralar a Puigdemont para que designe a otro candidato. Es casi una cuestión personal: no puede tolerar que el hombre que encabezó el complot para romper a España acceda otra vez al poder.

Las elecciones del 21 de diciembre le abrieron inesperada­mente esa puerta. Salió segundo, detrás de Ciudadanos, pero quedó en condicione­s de reeditar la mayoría separatist­a junto a ERC y a los anarquista­s de la CUP.

Estos aliados le ruegan que sea “realista”. Saben que una investidur­a a la distancia implicaría retorcer el reglamento del Parlamento catalán. Los servicios legales de la Cámara dictaminar­on esta semana que sería inaceptabl­e designar a un candidato en ausencia.

Fuentes de ERC insistían anoche que no se han movido “un centímetro” de su posición cauta a pesar de lo que sugiere el comunicado firmado en conjunto con JxC. El pacto solo implica dejar que el candidato maneje los tiempos. Ya se verá más adelante si lo siguen en otra aventura reñida con la ley.

Trámites

Puigdemont da pasos con rumbo de coalición. Ayer cumplió los trámites para asumir su condición de diputado, para lo cual no se requiere la presencia física.

La normativa lo obliga a jurar la Constituci­ón española: cumplió, pero aclaró que lo hacía “por imperativo legal”.

Rajoy asume que el expresiden­te catalán querrá forzar la situación. Supone que necesita para su propaganda decir que España le impide asumir un cargo ganado en las urnas. Pero cree que tarde o temprano se rendirá. Si no lo hace, se acabaría en un bloqueo que llevaría a unas nuevas elecciones. Algo que nadie quiere.

La intriga es si ERC logrará que Puigdemont ceda. Hoy habrá una primera señal en el pleno de constituci­ón de la Cámara elegida en diciembre. Una de las primeras cuestiones por resolver es si el expresiden­te y los otros cuatro diputados electos que huyeron con él a Bruselas tienen derecho a votar en ausencia (mediante la delegación de su derecho).

Si la mayoría independen­tista los autoriza, el gobierno de Rajoy lo impugnará ante el TC. Distinto es el caso de Junqueras, Forn y Sànchez, a quienes el juez permitió delegar el voto.

Hay que ver si los separatist­as quieren dar ya mismo otra batalla legal o prefieren jugar con los tiempos. Sin los votos de los huidos pueden imponer igual al presidente de la Cámara y a otros tres de los siete miembros de la mesa, el órgano clave para conducir el proceso hacia la investidur­a de fin de mes.

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lluis gene/afp En Barcelona ayer hubo marchas a favor de los dirigentes catalanes presos

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