LA NACION

Kicker: ganar para ya no depender de los padres

El jugador de Merlo logró su primer éxito en Australia y US$ 71.500, útiles para sostenerse por sí mismo; es una alternativ­a para la Davis

- Sebastián Torok

MELBOURNE, Australia.– Nicolás Kicker no deja de cumplir sueños, de alcanzar objetivos. A los 25 años, el jugador nacido en Merlo y representa­nte del costado más austero del tenis profesiona­l, ganó el primer partido de su carrera en el Abierto de Australia: fue un sufrido 6-3, 6-1, 4-6, 3-6 y 6-3, en tres horas y 42 minutos, al local Jordan Thompson (95º), bajo un sol radiante y en el court 8, un interesant­e escenario con tribunas laterales techadas. Y si bien se ganó el pasaje a la segunda rueda cometiendo muchos errores no forzados (finalizó con 51) y hasta en ciertos momentos definitori­os los nervios lo acosaron, superó su inexperien­cia en los torneos de Grand Slam y el ambiente en contra que le presentó el bullicioso público aussie.

Luego de dominar con autoridad los primeros momentos, Kicker se encontró luchando en el quinto parcial. Increíble. Quebró el servicio en el sexto game y se adelantó a 4-2. Más tarde sacó 5-3 y tuvo un punto de partido, pero cometió una doble falta. Terminó quedándose con el triunfo en el tercer matchpoint. “Me agarró un cag... importante. Me compliqué solo. Venía llevando muy bien el partido. Me confié un poco y después se puso recontra complicado. Los nervios me jugaron en contra. Dije ‘ya está, lo tengo’. Y no lo tenía nada. En el quinto set arranqué break abajo; no sé de dónde saqué fuerzas porque me acalambré todo, pero por suerte lo cerré”, analizó Kicker, acompañado en esta porción de Australia por Juan Pablo Gándara como entrenador.

El 93º del ranking registraba solamente una victoria en torneos de Grand Slam, en Roland Garros 2017, sobre el bosnio Damir Dzumhur. Además, nunca había triunfado sobre superficie dura (lo había hecho únicamente en clasificac­iones para Flushing Meadows y Miami). “Venía haciendo agua mal. Ya venía pensando que no era lo mío. ‘Vamos a jugar en polvo’, decía. Me preguntaba qué hacía ahí. Pero también hay que ganar. Contra Thompson jugué motivado, prendido. Pero me cuesta mucho. La realidad es que desde los ocho años hasta los 22 jugué siempre en polvo de ladrillo. En Argentina todos los torneos son en polvo. Yo me metí jugando futures y challenger­s en polvo; hasta el año pasado había jugado solamente tres torneos en cemento. En polvo uno tiene la patinada y mucho más tiempo, y la pelota pica de forma totalmente diferente. Pero hay que hacer más torneos en cemento en Sudamérica”, reconoció el padre de Bastian.

En Australia había competido en una sola ocasión (en 2017) y había caído en la primera rueda de la clasificac­ión. Hace pocos días, el fanático de Vélez Sarsfield recibió un reconocimi­ento de la ATP por haber terminado la temporada pasada entre los 100 mejores del mundo. Este año acumulaba dos derrotas: en el ATP 250 de Pune ante el húngaro Marton Fucsovics (85º) y en el Challenger de Canberra frente al francés Elliot Benchetrit (380º).

Con el triunfo sobre Thompson, el argentino se aseguró un premio de 90.000 dólares australian­os (71.500 estadounid­enses) y 45 puntos para el ranking. El reconocimi­ento económico le cambiará bastante la planificac­ión. Durante mucho tiempo tuvo que pedir dinero a sus padres, Mariana y Ricardo. “Tranquilo no estoy, porque yo tengo un hijo. Si bien mis viejos están bien económicam­ente, no quiero depender más de mis papás”, apuntó Nicolás. Y siguió: “Tengo que seguir ganando, no conformarm­e con esto. Este premio claramente ayuda a viajar con entrenador, con preparador físico; a no fijarse tanto en hacer cinco escalas para un torneo. La Asociación no nos paga nada. Un francés, un estadounid­ense tienen muchas más facilidade­s en ese aspecto”.

Daniel Orsanic y Mariano Hood, capitán y subcapitán del equipo de Copa Davis, tienen en cuenta a Kicker para el futuro. Pero él no sabe cuál será su porvenir. “En algún momento me gustaría jugar la Davis, porque me siento más argentino que cualquier otro. También, el calendario es muy demandante: jugar la Davis lleva tres semanas, más o menos. Teniendo un hijo, es complicado, porque cuando estoy en mi casa quiero aprovechar todo el tiempo con él. Viajo 30 semanas en el año; a muchos torneos puedo llevarlo, pero es lo que más me cuesta en la cabeza”, expresó Kicker. Además, hay otro obstáculo entre el equipo nacional y él: la federación de Austria está interesada en contratarl­o para la Davis. “Tengo pasaporte austríaco. Pero no hay ninguna propuesta. Ellos tienen muy buenos jugadores. Son opciones. No sé si jugaría ahí, no sé; tengo que pensar. No es una decisión fácil, porque siempre viví en Argentina y gané once futures; gracias a eso me metí, también. Pero no sé”, contó.

Kicker se enfrentará en la segunda rueda con el eslovaco Lucas Lacko, que sorprendió al derrotar al canadiense Milos Raonic por 6-7 (5-7), 7-5, 6-4 y 7-6 (7-4). “Creo que es un pequeño alivio no jugar contra Raonic. Pero el otro chico juega muy bien, también. Va a ser duro, pero me tengo mucha fe”, dijo.

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J. smIth / dpa Orsanic y la federación austríaca lo quieren para la Davis

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