La “cabeza” de Ledesma
Jorge Búsico
La salud mental, tan expuesta y tan en riesgo en los deportistas que participan del alto nivel profesional, ha sido uno de los tópicos –saludable decisión, valga la reiteración– que abordó Mario Ledesma en sus primeros pasos como head coach de Jaguares, la franquicia de la UAR que en febrero arrancará su tercera temporada consecutiva en el Super Rugby de la Sanzaar. En la conceptual y precisa entrevista que publicó Deportiva la nacion el pasado 9, el formidable ex hooker de los Pumas (84 test matches; 4 Copas del Mundo, todas como titular) anunció dos premisas que aportarán al bienestar del jugador y del plantel: la incorporación de un especialista que se ocupará de la cuestión mental y otro que trabajará para el afuera del rugby (estudios, cursos, pasantías y todo aquello que tienda a cultivar a la persona más allá del deporte).
Estas dos pautas anunciadas por Ledesma (la del coaching mental es novedosa dentro del llamado “sistema” de la UAR) se suman a otra que también es tan importante como el juego: el legado. Él mismo junto a Nicolás Fernández Miranda y Martín Gaitán, sus dos colaboradores más cercanos, les repartieron en mano a cada uno de los jugadores un cuaderno con la historia del club en el cual nació cada uno. Reforzar la pertenencia y el saber de dónde se viene, tan esencial para saber hacia dónde se quiere ir.
En el mismo reportaje, Ledesma contó algo que una vez le dijo el australiano Michael Cheika, con quien trabajó en los últimos años en los Wallabies y en Waratahs: “Los pibes se ponen mal por un comentario en Twitter y por ahí es un pibe de 5 años y te arruinó el día”. Algo parecido expresó Agustín Creevy en una entrevista que a fin de año le efectuaron en el programa de radio platense Jaque&Mate: “Tengo millones de comentarios positivos, pero hay uno que siempre te caga el día. Y uno se pregunta, ¿por qué me centro en ese en vez de ver los quinientos que te mandaron antes?”.
Entre los Pumas semifinalistas de 2007 que integró Ledesma y los Pumas semifinalistas de 2016 que capitaneó Creevy pasaron sólo nueve años, pero en ese lapso el rugby no sólo creció en intensidad y velocidad, sino que apareció un nuevo fenómeno: las redes sociales. Los deportistas –todos, en realidad– están expuestos tanto a la fama y al dinero como a las críticas más despiadadas, que antes, a lo sumo, llegaban sólo desde la prensa. Y como dice Creevy, algunos comentarios sobre los Pumas, especialmente acerca de algunos jugadores, suelen ser muy ofensivos.
En una muy interesante nota publicada por el sitio de la BBC, Nick De Luca, ex centro de Escocia, hizo hincapié en la necesidad de que se atienda la salud mental de los rugbiers. “A veces se gastan fortunas en GPS y en otros elementos para el juego y no se piensa en atender ese aspecto tan fundamental para nosotros”, expresó De Luca, quien tras recibir una amarilla en un test ante Gales tuvo que borrar su cuenta de Twitter ante la furia de la gente.
Nueva Zelanda trabaja desde hace años este aspecto y los resultados están a la vista. Un jugador que llega a los All Blacks primero pasa por el departamento de coaching mental. Escocia empezó a establecer el plan de salud mental “Rugby for Life”, mientras que la inglesa The Rugby Players Association (una entidad que agrupa a 700 jugadores hombres y mujeres y a 400 ex jugadores) lleva adelante un programa similar, denominado “Lift The Weigth”. Quizá en un futuro los argentinos rentados deberían imitar a la RPA (therpa.co.uk), claro que por fuera de la UAR y de los sectores de poder.
Lo cierto es que darle prioridad en Jaguares a lo que se le llama “la cabeza” es una muy buena noticia que beneficiará también a los Pumas. De eso se trata. De potenciarse y de encontrar el bienestar. Un saludable paso que muestra Ledesma.