La opción de vivir sobre el agua
las casas flotantes permiten proteger los humedales
La creatividad y el ingenio amplían los horizontes. El barrio Econáutico Hipocampo está en Maschwitz sobre la costa del río Luján. “Nuestro punto de partida era crear un vecindario ecológico basado en conceptos de la permacultura, que plantea que el ser humano puede vivir en la naturaleza, teniendo en cuenta lo que ésta tiene diseñado en cada lugar. Este es el territorio de las aguas, aunque se quiera crear una ficción de tierra firme, siempre va a serlo. Entonces, las casas flotantes son una forma de adaptarse a esto protegiendo los humedales, un ecosistema que hoy está prácticamente arrasado en la parte continental del Delta”, relata Aníbal Guiser, su creador. La construcción del barrio comenzó en 2006 y actualmente ya cuenta con cinco casas y varios proyectos. Guiser describe esta aventura como un desafío tecnológico tan complejo como apasionante. El punto fundamental, dice, es sobre qué flota la casa, y en este punto, antes de comenzar a construir fue necesaria una investigación exhaustiva. Finalmente, junto a Pablo Rubio, uno de los vecinos, dieron con modulos de flotación de ferrocemento, un pariente ecológico del hormigón construido mediante una técnica artesanal que tiene la ventaja de no necesitar salir del agua para su mantenimiento. Uno de los grandes desafíos en una casa flotante es el peso, es necesario utilizar materiales livianos. En el caso de Hipocampo, las paredes son de madera de kiri (similar al bambú y de escaso peso) y rellenas con un material que desarrolla especialmente Rubio: los permapaneles. Guiser explica que estos paneles se hacen con juncos sacados del río, arcilla, cáscara de arroz y jarabe de maíz, formando una especie de masa que luego de un proceso de horneado y deshidratado se transforma en un panel con peso similar al corcho, y un excelente comportamiento de aislación termoacústica similar a un telgopor de máxima densidad. La creatividad puesta al servicio de la naturaleza.