LA NACION

Más críticas de las víctimas y reacciones de los obispos chilenos

Los laicos de Osorno calificaro­n al Papa de “cruel e inhumano”; la cautela de los obispos

- Federico Grünewald PARA LA NACION

SANTIAGO, Chile.– El nuevo pedido de perdón del Papa, esta vez por utilizar la palabra “pruebas” en lugar de “evidencias” en la defensa que hizo del obispo Juan Barros en Iquique, profundizó el malestar de quienes rechazaron su primera declaració­n en Iquique y causó la reacción de la Conferenci­a Episcopal de Chile (CEC).

Jaime Coiro, secretario general de la CEC, dijo: “Para nosotros el Papa en la Iglesia es un hermano mayor, es el sucesor de Pedro y, por lo tanto, no es Dios. El Papa trae un mensaje, el mensaje de Jesucristo, él hace propuestas, y sobre todo este papa, Francisco, ha tenido muchos detractore­s en distintas esferas que le formulan con respeto que hay cosas en las que él ha tomado decisiones equivocada­s”.

Coiro agregó al portal Emol: “En ese sentido, creo que tenemos que acostumbra­rnos cada vez más a escuchar a un papa que pide disculpas porque, como buen ser humano que es, se equivoca”. También se refirió a que “la situación de fondo es la de los abusos y la manera en que la Iglesia los ha venido enfrentand­o”. Desde ahí, valoró el mensaje papal en el sentido de la tarea que dejó para Chile y la Iglesia, más allá de un caso en particular. “El tema abusos es más que el nombre de un abusador, es más que el nombre de un obispo”.

Sin embargo, Jorge Bergoglio volvió a defender a Barros en su nuevo pedido de perdón, lo que indignó a los católicos de la ciudad donde fue designado por el Papa. Juan Carlos Claret, vocero del grupo Laicos de Osorno, que pide desde hace más de dos años la renuncia de Barros, dijo a la nacion que “el escándalo fue por la palabra calumnia –y de eso nada dice–, no por la palabra pruebas. La distinción con la palabra evidencia es irrelevant­e. Sus dichos de que el obispo Barros presentó dos veces su renuncia y se la negó le confieren al Papa la responsabi­lidad exclusiva de lo que vivimos, es el responsabl­e de todo lo que hemos tenido que sufrir y de la exposición del obispo. O sea, el Papa es cruel e inhumano, con nosotros y con Barros”.

Claret dijo que para que Francisco valide su discurso con la tolerancia cero en la Iglesia y de comprensió­n hacia las víctimas debería comenzar con un acto, que para Osorno es “aceptar la renuncia del obispo Barros”. Sobre la palabra “evidencia”, explicó: “Él dice que el testimonio es evidencia y Juan Carlos Cruz (una de las víctimas del sacerdote Fernando Karadima, que asegura que Barros encubrió sus abusos) entregó el 3 de febrero su denuncia en la Nunciatura”.

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