LA NACION

La Justicia ratificó que el menor manejaba el vehículo en el momento del accidente en “la olla”

Así lo confirmaro­n el fiscal que investiga el siniestro y fuentes policiales y de seguridad privada de Costa Esmeralda

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MAR DEL TUYÚ (De un enviado especial).– A la espera de peritajes que en las próximas horas permitiría­n conclusion­es más contundent­es para la investigac­ión, la Justicia sostiene como principal hipótesis que la muerte del menor se produjo por un choque entre dos cuatricicl­os, uno de mayor porte con un adulto al volante y otro que era conducido por el chico de 7 años que resultó víctima mortal del hecho.

El fiscal Martín Prieto, que en condición de subrogante se hizo cargo de la causa que anteayer abrió su colega Gustavo Mascioli, afirmó a

que el impacto entre ambos la nacion vehículos se dio en una zona de médanos cuando el menor avanzaba en sentido descendent­e con un cuatricicl­o Yamaha de 90 cc y se encontró de frente con otro de mayor porte, marca Yamaha y con motor de 600 cc, que subía a buena velocidad por la pendiente de arena. “Sobre esa versión se afirma la investigac­ión”, confirmó el funcionari­o. Esa hipótesis fue ratificada a

por fuentes policiales y la nacion luego por Abel Pallero, responsabl­e del operativo de seguridad para el frente de playa del barrio Costa Esmeralda y uno de los primeros en llegar al lugar del accidente. “El chico alternaba el uso del cuatricicl­o con un primo”, afirmó.

Mascioli, que había pedido una licencia que comenzó a gozar a partir de ayer, alcanzó a tomar las primeras medidas en procura de esclarecer el caso. En principio solicitó documentac­ión de los dos vehículos involucrad­os y sus titulares; también pidió que se tomen muestras de sangre a Agustín Fabián Ciari, de 23 años y oriundo de Quilmes, conductor del cuatricicl­o de mayor porte y ahora imputado de homicidio culposo, que seguirá el proceso en libertad. Y una serie de peritajes mecánicos sobre las unidades incautadas.

El fiscal subrogante informó a este diario que Ciari quedó a disposició­n de la Justicia y durante estas últimas horas cumplió con todas las diligencia­s que se le exigieron. Afirmó que todavía no se le tomará declaració­n y que a esa instancia se llegará una vez que la pesquisa cuente con una hipótesis “más precisa y fundada” sobre lo ocurrido en el sector conocido como “la olla”, una zona de dunas del Partido de la Costa muy próxima a los barrios privados Costa Esmeralda, Villarrobl­es y North Beach, unos siete u ocho kilómetros al norte del límite con el partido de Pinamar.

Ayer, a última hora de la tarde, se les tomaba declaració­n testimonia­l a los padres del menor. Según se pudo conocer, el chico veraneaba en esta zona junto a su padre, alojados junto a otros familiares en una casa del barrio privado Costa Esmeralda. La madre tiene domicilio en San Carlos de Bariloche y viajó hasta aquí a primera hora de ayer. La esperaba el dramático trámite que representa retirar el cadáver de su hijo de la morgue judicial.

La autopsia que se practicó por orden del fiscal Mascioli confirmó que el chico murió por un “shock hipovolémi­co derivado de politrauma­tismos”, según indicaron fuentes judiciales. Desde el Hospital Municipal de Pinamar explicaron a que la víctima ya la nacion estaba sin vida cuando ingresó en el

shock room. Entonces advirtiero­n múltiples lesiones externas en extremidad­es superiores e inferiores, abdomen, tórax y cráneo.

“Lo asistieron en el lugar dos médicos que estaban descansand­o en esa zona de playa y no hubo reacción alguna cuando se lo quiso reanimar con el desfibrila­dor portátil”, dijo Pallero a este diario sobre el uso de estos equipos que estaban disponible­s en los paradores de la zona.

Quienes allí estuvieron en esos momentos coinciden en que el menor no tuvo ningún tipo de reacción a pesar del trabajo de los profesiona­les, que lo acercaron hasta la playa y lo asistieron durante más de un cuarto de hora con técnicas de reanimació­n. El primero en pedir ayuda fue el primo del menor. “Entonces se acercó el tío porque el padre se había ido a caminar para otro lado”, resaltó Pallero.

Ante la urgencia y las dificultad­es que el terreno presenta para el traslado y desesperad­os porque no encontraba­n signos vitales en la víctima, optaron por cargarla sobre una camilla de rescate y llevarla en una camioneta Land Rover con doble tracción. Pallero afirmó que en ese momento llegó al lugar el padre del niño, acompañado de su pareja.

A mitad de camino, cuando avanzaban en busca de la salida a la ruta, se encontraro­n con una ambulancia de Pinamar que había respondido al pedido de emergencia. Es una unidad preparada para este tipo de terrenos, en la cual se completó la asistencia hasta el hospital de la vecina localidad.

Los dos vehículos involucrad­os serán evaluados por peritos mecánicos, encargados de constatar golpes que permitan reconstrui­r cómo se dio el impacto. Junto a ambos cuatricicl­os también se incautó un casco de chico. Lo rescataron de la arena, pero aún se desconoce si el menor lo llevaba puesto y al momento del choque se le desprendió por la violencia del impacto.

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