LA NACION

El campo uruguayo dijo basta

Miles de manifestan­tes pidieron una menor presión impositiva y la reducción del gasto del Ejecutivo y el Parlamento

- Nelson Fernández cOrrESPONS­AL EN UrUGUAy

MONTEVIDEO.– Impulsado por las quejas por la pérdida de rentabilid­ad, el movimiento de “indignados” del campo uruguayo, que empezó a crecer a principios de año, alcanzó ayer su pico con una protesta nacional que tuvo epicentro en Durazno. “No se aguanta más”, dijeron en el acto. Los productore­s piden bajar la presión fiscal y se quejan de que el sector está postergado en una economía que crece.

MONTEVIDEO.– “¡Queremos un solo Uruguay!” fue la consigna de la movilizaci­ón de productore­s del sector agropecuar­io de este país, que expresaron su malestar por una nación que ven evoluciona­r a dos velocidade­s, una en la capital y la zona balnearia con récord de ventas, y otra en el campo, con pérdida de rentabilid­ad y amenaza a la viabilidad de los negocios.

“Estamos diciendo basta porque no se aguanta más”, dijeron en la proclama leída por el periodista radial especializ­ado en agro Jorge Landi.

Los discursos tuvieron un componente crítico con el sistema político y un reclamo de baja de gasto público, tanto del gobierno nacional como del Parlamento.

El movimiento de indignados que emergió en los primeros días de enero realizó ayer su concentrac­ión en la ciudad de Durazno, en el centro del país, con un acto al que adhirieron todas las gremiales rurales, cámaras empresaria­les de industria, comercio y servicios.

El lugar elegido para el acto fue un predio muy amplio y las imágenes mostraban muchos espacios vacíos. La concurrenc­ia menor a la esperada puede quitar presión al gobierno, que temía una protesta de mayor magnitud.

Los organizado­res destacaron que el acto fue “sin acarreos”, “a la intemperie” y “sin dinero”, pero el empuje de los días previos había hecho pensar que la protesta podía ser de mayor magnitud.

En concreto, reclamaron una baja de las tarifas de energía, de combustibl­es, del gasto público y una corrección del tipo de cambio para “eliminar” el actual atraso cambiario.

El gobierno mantiene su decisión de analizar posibles soluciones, pero con las gremiales formales del sector y no con este movimiento de productore­s de todo el país.

El acto se desarrolló en medio de una polarizaci­ón agresiva en las redes sociales entre los oficialist­as y la oposición.

“Si la grieta precisa alguien para tender un puente, encontrará en primer lugar a las víctimas, el campo, la industria, el comercio”, dijo el conductor radial Serrano Abella.

La protesta se da en el marco de un crecimient­o histórico de la economía, que comenzó a fines de 2003 y se extiende hasta este año, pero el sector rural se muestra en cambio más retrasado.

El informe anual del Ministerio de Ganadería y Agricultur­a indicó hace pocas semanas que la producción agropecuar­ia uruguaya terminó 2017 con un crecimient­o de 0,52% y las proyeccion­es para el nuevo año son de estancamie­nto (+0.01%). Pero el PBI general se proyecta con una suba del 3%.

Las proyeccion­es de los servicios técnicos del gobierno estiman que la producción de carne vacuna crecerá 5% y la de leche 3%, pero todos los demás rubros caerán: trigo 25%, cebada 38%, arroz 12%, maíz 21%, soja 14% y sorgo 10%.

El primer orador fue el productor rural Federico Holzman, inspirador del movimiento de indignados rurales, que se quejó de la falta de respuesta de las autoridade­s y de la presión tributaria: “Estamos cansados que se nos ignore la voz, pero no se nos ignora a la hora de cobrar los impuestos”.

También reflejó un sentimient­o de muchos productore­s sobre la falta de acción propia para hacerse sentir: “quizá pecamos por ser demasiados mansos”.

El ingeniero agrónomo Eduardo Blasina, consultor del sector, hizo una combinació­n de discurso político e informe económico, y fue quien expuso los fundamento­s técnicos de la protesta.

“Se ha dicho que el agro no está tan mal, y es posible que no esté tan mal, porque siempre puede estar peor, pero lo importante es mirar hacia adelante”, dijo Blasina.

Destacó el aumento del gasto público y dijo que eso se paga con presión impositiva que castiga la producción. “Hay que corregir un exceso de gasto que está ahogando a toda la economía, que no se puede sostener”, dijo el asesor, con aplausos de los manifestan­tes.

Habló luego de “las mochilas” que carga el campo uruguayo y citó diez problemas: el dólar bajo (atraso cambiario), la inflación, el costo alto de la energía, los impuestos, el deterioro de infraestru­ctura en caminos y carreteras, normas de rigidez laboral, el precio de la tierra, el peso de endeudamie­nto creciente, la falta de acuerdos comerciale­s con otros mercados, y “los prejuicios” que dividen a la sociedad y dificultan entendimie­nto.

Luego, el popular Serrano Abella expuso un discurso emotivo y habló desde el dolor de gente del interior del país: “Alguien tiene que desafiar esto y ese alguien somos todos nosotros dispuestos a pagar el precio que haya que pagar, porque la verdad, la libertad y la honradez cuestan caras”.

La proclama final no solo incluyó una plataforma de reclamos, sino críticas al sistema político por gastos en el gobierno nacional, pero también en el Parlamento: “Exigimos a los políticos de todos los partidos que presenten ideas y no eslóganes bonitos creados por empresas publicitar­ias”, señaló el documento.

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El país/gda
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EL PAIS Masiva movilizaci­ón del campo uruguayo ayer en Durazno

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