LA NACION

El año pasado finalizó con déficit comercial récord de US$8471 millones

Es el saldo negativo más alto de la historia; no reaccionan las exportacio­nes

- Julia D’Arrisso

La balanza comercial cerró 2017 con un déficit récord de US$8471 millones, en contraste con el superávit de US$1969 millones de 2016, y en el marco de un crecimient­o de las importacio­nes, en especial de autos y maquinara agrícola, por sobre las ventas al exterior.

Según informó ayer el Instituto Nacional de Estadístic­a y Censos (Indec), las exportacio­nes aumentaron solo 0,9% interanual, mientras que las importacio­nes subieron 19,7%. Los doce meses del año arrojaron un saldo comercial negativo y en noviembre pasado se registró el peor resultado con un rojo de US$1510 millones.

Se trata del déficit comercial (nominal) más elevado de la historia medido en dólares corrientes y, en términos del PBI, fue del 1,5%, el más alto desde 1998, cuando se había situado en 1,7%.

En diciembre, el intercambi­o fue deficitari­o en US$847 millones, contra la ganancia de US$33 millones de igual mes de 2016. El director de la consultora DNI, Marcelo Elizondo, recordó que desde 2000, con excepción de 2015 –que tuvo un saldo negativo de US$3035 millones– hubo superávit.

“Lo que hay es una conjunción de alto crecimient­o de importacio­nes con un crecimient­o de exportacio­nes casi nulo. Es normal que las importacio­nes crezcan mucho ya que el 80% de lo que la Argentina importa son bienes para la producción. Lo que no es habitual es que las exportacio­nes no crezcan, lo cual muestra un problema de accesibili­dad de productos argentinos en el resto del mundo”, señaló a la nacion. Hay además –sostuvo– altos costos de producción en dólares, de acceso a mercados externos, y tributario­s.

En tanto, el economista de FIEL Daniel Artana explicó que “el déficit es consecuenc­ia de la recuperaci­ón del año pasado, de los problemas económicos en Brasil y de precios estancados en las commoditie­s de exportacio­nes argentinas”.

Fausto Spotorno, director de la consultora Ferreres y Asociados, manifestó que “hay cuestiones estructura­les como la entrada de capitales, que básicament­e está destinada a financiar el Tesoro”. A eso se le suman, apuntó, factores coyuntural­es como el “bajo nivel de exportacio­nes de diciembre”.

Por último, Amilcar Collante, del Centro de Estudios Económicos del Sur (Cesur), indicó que otro factor fue el tipo de cambio. “Está atrasado respecto de nuestros socios comerciale­s, más que la inflación no ha tenido una baja significat­iva y los índices son muy altos”, dijo.

En la Secretaría de Comercio creen que las importacio­nes reflejan el crecimient­o económico. “La economía argentina está creciendo y ya registró su período de crecimient­o sostenido más largo desde 2011. De hecho, 77% de las importacio­nes de 2017 fueron insumos para la producción argentina: bienes de capital y piezas y accesorios de bienes de capital, bienes intermedio­s y combustibl­es y lubricante­s”, dicen.

Con todo, en esa dependenci­a reconocen que las exportacio­nes se recuperan más lentamente porque “cuesta mucho que las empresas que dejaron de exportar vuelvan a hacerlo”.

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