LA NACION

Subte E: el malestar de los usuarios crece en verano por la falta total de refrigerac­ión

Son habituales las quejas por la baja frecuencia y el mal estado de las estaciones y de los coches; es la única línea sin aire acondicion­ado; la Ciudad promete una inversión récord

- Germán Wille

Sucedió hace pocos días. A las 18, una formación de la línea E estaba detenida en la estación Jujuy a la espera de continuar su recorrido hacia Plaza de los Virreyes. Al son de la chicharra de partida, todas las puertas se cerraron menos una. La maniobra se repitió tres veces, sin éxito, y crecía la impacienci­a de la gente que colmaba los coches. Ante las reiteradas fallas, la maquinista dejó su puesto, caminó hasta el vagón, intentó correr manualment­e la puerta rebelde y no pudo. Como último recurso, le pegó un fuerte golpe con el pie y finalmente se cerró. La conductora protestó en voz alta: “Así se arregla todo en este país... a las patadas”.

La anécdota da cuenta de uno los inconvenie­ntes que los usuarios dicen vivir cotidianam­ente en la línea E, el subte porteño que une la estación Bolívar, en Plaza de Mayo, hasta Plaza de los Virreyes, en Flores.

Según un relevamien­to realizado por el Centro de Estudios Nuevo Milenio durante 2017, la mayoría de los pasajeros frecuentes piensan que el servicio de la E es peor que el de otros ramales. El director de la entidad, el exlegislad­or Daniel Amoroso, explica: “Los pasajeros se quejan especialme­nte de la frecuencia y del estado de los coches”.

Las denuncias no solo no descasan durante el verano, sino que se suma otro motivo de malestar: ante el agobio del enero porteño, esta es la única de las líneas de subte que no tiene ningún coche con aire acondicion­ado. En las restantes, la refrigerac­ión alcanza a entre el 29% y el 100% de la flota.

“El servicio es un desastre –señala Beatriz Narganez, usuaria de la línea E, mientras espera en la estación Jujuy para viajar a Plaza de los Virreyes–. La frecuencia es pésima; los coches son vetustos, mal mantenidos y encima sin aire, te morís de calor”. A pocos metros, Oscar Benítez, que usa el ramal para viajar a su oficina diariament­e, dice: “En horas pico el retraso de los trenes, aunque sea de dos minutos, hace la diferencia entre poder subir o no. Y muchas veces no puedo subir. Ni hablar del estado de abandono de las formacione­s. Es sin dudas la peor línea”.

Consultado sobre el funcionami­ento de la línea E, Franco Moccia, ministro de Desarrollo Urbano y Transporte de la ciudad, afirma: “Estamos incorporan­do vagones más modernos, lo que, junto a las inversione­s en potencia eléctrica y nuevas vías,nospermiti­ómejorarla­frecuencia de siete minutos a cinco y medio”.

Fernanda Milano, de la comunidad de usuarios autoconvoc­ados en el grupo de Facebook Línea E y Premetro, comenta: “Si bien la frecuencia oficial para los horarios más concurrido­s es de 5 minutos, nosotros constatamo­s que por lo general el intervalo entre subte y subte va de 7 a 8 minutos. Además, las formacione­s son de solo cuatro vagones, lo que hace que con la tardanza los trenes se colmen de gente”. Según informació­n del Ministerio de Desarrollo y Transporte, en las demás líneas los trenes tienen seis vagones, excepto en la A, donde cuentan con cinco.

La flota

Siempre según datos oficiales, las formacione­s de la línea E son de la marca General Electric, provenient­es de España y de unos 60 años de antigüedad. En 2017 se incorporar­on seis formacione­s Fiat Materfer, fabricadas en 1980 y 1981.

“Yo tomo siempre la E y la H, que es supermejor. La E tarda mucho casi siempre, el servicio es horrible, los coches son viejos e incómodos. Hay mucho ruido y hace mucho calor”, opina Johanna Sánchez, de 23 años, trabajador­a de la construcci­ón. Mientras enumera sus quejas en la estación Jujuy, se escucha la voz de la locutora oficial del subte que anuncia una demora en la línea E “por problemas técnicos en una formación”.

Con relación a las críticas planteadas, fuentes de Metrovías, la empresa concesiona­ria de la red de subtes, destacan: “Dentro de las posibilida­des operativas de la línea E se está trabajando intensamen­te en mejorar el servicio. Se realiza una tarea de mejoramien­to de la flota, para lo que se dispuso una limpieza profunda de esta, como también tareas de reparación y optimizaci­ón del exterior de las formacione­s”.

Unas estaciones más hacia el centro, en Independen­cia, Gabriela Pelitti, que aguarda el servicio para regresar a su casa, en Boedo, sentencia: “Me da bronca, parece que por ser una línea que va por el sur de la avenida Rivadavia no les importara nada. No arreglan ni las filtracion­es de las estaciones”. Sobre las condicione­s de las paradas, Fernanda Milano considera: “Su estado es malo en general. Hace poco hubo un día en que el tren no paraba en Entre Ríos porque el agua se había filtrado desde la calle hacia el interior”.

“En noviembre de 2017 dimos inicio a los trabajos de intervenci­ón de la infraestru­ctura de cinco estaciones: Boedo, La Plata, Independen­cia, Jujuy y Entre Ríos”, indican las fuentes de Metrovías para destacar su intención de renovar y reparar las paradas.

Es común entre los pasajeros entrevista­dos la sensación de que la línea se encuentra “abandonada”. Al respecto, el ministro Moccia señala: “En términos absolutos, la mayor inversión en el subte se está dando en las líneas H y E”. En efecto, la línea E –que es la que tiene menos usuarios por día, unos 80.500– proporcion­almente es la que más inversión recibirá por pasajero en el período 2018/2019, luego de la H.

Según estimacion­es del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte porteño, la inversión por persona que viaja en la E será de $9160; muy lejos de la que le sigue, la línea A, que recibirá unos $1000 por pasajero. Claro que no todo el dinero será para mantenimie­nto del ramal y mejora del servicio: una parte significat­iva de lo que se asignará se va a destinar a la extensión de la línea. La dependenci­a oficial planifica terminar tres estaciones –Correo Central, Catalinas y Retiro– para el verano de 2019.

Con relación al equipamien­to con aire acondicion­ado, Moccia expresa: “En 2013, cuando desde la Ciudad nos hicimos cargo del servicio de subterráne­os, no había ningún coche con aire. Hoy, el 50% de la flota tiene aire y apuntamos a que a fines de 2019 las líneas A, B, C, D y H sean 100% con aire acondicion­ado. Para que tengan aire las formacione­s de la E hace falta terminar el desarrollo de la obra de potencia eléctrica del ramal”.

El funcionari­o no pudo precisar la fecha estimada en la que la refrigerac­ión llegará a la línea E. Todo indica que será después de la inauguraci­ón del nuevo tramo. Por varios eneros más, el ramal no brindará resguardo del tórrido calor citadino.

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Tomar la línea E se complica en hora pico por la baja frecuencia
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Las filtracion­es, una postal recurrente en el ramal del sur porteño

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