LA NACION

De hacker porteño a CEO en Silicon Valley

- Mat Travizano Texto Andrés Krom

Nada escapa al intenso sol del mediodía en aquella sala de reuniones de Vicente López. Mat Travizano, un licenciado en Física de 37 años, es el único sentado frente a la gigantesca mesa de madera. Desde hace seis años comanda GranData, una firma que tiene sede central en Silicon Valley (California) y utiliza bases de datos anonimizad­as de diversas industrias para comprender tendencias de mercado y predecir el comportami­ento de los usuarios.

Cuesta creer que tan solo 20 años atrás Travizano se movía en un mundo completame­nte distinto, de sombras digitales: el de una incipiente casta de hackers porteños que buscaban probar su valor cuando Internet recién comenzaba a masificars­e en el mercado argentino.

1 Formarse en el under

“Mi niñez transcurre en el under de la seguridad informátic­a. En ese entonces ya había una idea del valor de la informació­n, aunque desde una postura más cyberpunk, de la persona contra el Estado”, cuenta Travizano a la nacion.

Cuando todavía no había alcanzado la mayoría de edad, decidió fundar Undergroun­d Security Systems Research Back (USSR Back), una compañía cuyo objetivo consistía en “desarrolla­r e implementa­r nuevos sistemas de seguridad y protección” y desde la cual alertaban de fallas en software y del nacimiento de nuevos virus.

En 2007, Travizano emprendió un nuevo proyecto: Binaria, una empresa que ofrecía soluciones de inteligenc­ia de marketing mediante el estudio del comportami­ento de los usuarios en las redes sociales.

2 Buscar siempre nuevas oportunida­des

Aunque el emprendimi­ento solo funcionó durante cuatro años, resultó ser el germen de otro proyecto que nacería en 2012: GranData, que creó junto a Martín Minnoni y Nicolás Goulu. Para Travizano, el proceso tuvo que ver con detectar el surgimient­o de nuevas oportunida­des en el embrionari­o mundo del big data y la necesidad de crear una compañía capaz de capturarla­s.

Las corporacio­nes suelen guardar grandes volúmenes de datos producidos por sus usuarios con la meta de obtener inteligenc­ia sobre su comportami­ento. “Nosotros nos preguntamo­s, ¿qué pasa si llevás esta idea a otras industrias? ¿Se vería beneficiad­o un banco si pudiera usar los datos que aporta un operador de telecomuni­caciones?”, recuerda el empresario.

Según Travizano, el desafío que enfrentaba­n era construir una tecnología que permitiera lograr esta meta preservand­o la privacidad de los usuarios y diseñar un modelo de negocios que generara los incentivos necesarios “para que todo el mundo quiera jugar este juego”.

3 Animarse a jugar de visitante

La idea despertó el interés de los inversores. GranData fue incubada por NXTP Labs y recibió asimismo financiaci­ón de los fondos de riesgo Ax

Ventures y Streamline­d Ventures. Fue entonces cuando Travizano decidió establecer los cuarteles en San Francisco.

“Para nosotros, lo mejor fue exponernos a una cultura y unas personas que pensaban en nuestro problema y estaban abiertas a tomar ciertos riesgos”, comenta. “La gran diferencia con Buenos Aires es que en San Francisco hay un microclima construido en torno a la creencia de que una idea loca puede transforma­rse en algo muy importante, capaz, incluso, de cambiar el mundo”.

De acuerdo con Travizano, los primeros dos años de vida de GranData fueron de inversión en tecnología para la construcci­ón de la primera versión del producto. Su modelo de monetizaci­ón de data entre industrias atrajo rápidament­e a clientes de peso como Itaú, Santander y BBVA –en el sector financiero– y AT&T, Sprint y Telefónica –en el telco–. “Hay áreas de big data preocupada­s por monetizar datos internos. No competimos con ellos porque usamos los datos para terceros”, cuenta.

“Si me preguntan a mí, creo que realmente la compañía está en su etapa inicial –señala–. Recién 2018 va a ser un año de ventas, pese a que ya nos entró bastante plata. Creo que existe una oportunida­d de cientos de millones de dólares”, asevera.

Aunque hoy el comando se encuentra en los Estados Unidos, el emprendedo­r afirma que la mayor parte de la compañía sigue basada en la Argentina –donde en la actualidad emplean a unas 60 personas– y que están comprometi­dos a hacer crecer su operación local.

4 Apostar a la disrupción

Pero Travizano no se duerme en los laureles y ya tiene un proyecto nuevo: el lanzamient­o en el segundo trimestre del año de Wibson, una app construida sobre Ethereum que permitirá a los usuarios capturar la informació­n que producen en las diversas aplicacion­es y venderla de forma segura y anónima.

Quienes la usen podrán decidir qué datos deciden compartir, a quién –empresa de marketing, investigac­ión o iniciativa de bien común– y recibir a cambio dinero que se acreditará en una cuenta. A juicio de Travizano, detrás del modelo de monetizaci­ón de datos con fines publicitar­ios que llevan adelante varias empresas existe un jugador ignorado: la gente, auténtica dueña de la informació­n que produce.

“Lo que vamos a hacer es convertirt­e en el dueño del monopolio de tus datos”, comenta Travizano, y afirma que no está en una cruzada contra los gigantes de Internet. “No estoy en contra para nada de que se construya un mundo mejor y se potencie la innovación a partir de los datos. Sí de que se haga sin que las personas sean consciente­s y tengan el control para cambiarlo”, asegura. “Empresas como Google, Facebook y Twitter te dan valor, pero hay un montón de otras compañías que están haciendo plata con tu informació­n y no te ofrecen nada a cambio”.

“Si quieren seguir, que sigan –agrega el joven empresario–. Pero que te participen”.

La gran diferencia que da San Francisco es que hay un microclima construido en torno a la creencia de que una idea loca puede transforma­rse en algo importante”

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina