LA NACION

¿Dónde está el enchufe? Los desafíos que trae la llegada de los autos eléctricos

La inevitable masificaci­ón de los nuevos vehículos implica una presión extra para las empresas petroleras

-

Una nueva frase, “ansiedad de alcance” –el temor a que un vehículo eléctrico (VE) se quede sin energía antes de llegar a un punto de carga–, ingresó en los diccionari­os en 2013. En aquel momento, un Nissan LEAF, el VE de mayor venta en el mundo, solo tenía una autonomía para recorrer 120 kilómetros. Hoy, la ansiedad de alcance no ha desapareci­do con el avance de la tecnología, pero el problema se ve mucho más solucionab­le.

Muchos gobiernos están presionand­o fuertement­e para reemplazar el motor de combustión interna (MCI) con VE más limpios. Hace unos meses, tanto Gran Bretaña como Francia dijeron que para 2040 serán ilegales los autos que dependan completame­nte de nafta o diésel. Para 2050, la mitad de los autos en los caminos del mundo serán a batería, calcula el banco Morgan Stanley. La baja de los costos de las baterías significa que el costo total de poseer un VE pronto estará a la par de los modelos de MCI.

Pero las encuestas muestran que la preocupaci­ón de los compradore­s respecto de la carga –dónde puede hacerse y cuánto lleva– sigue siendo un gran impediment­o a la hora de optar por un vehículo eléctrico (los altos precios son un impediment­o mayor). A menos que pueda tranquiliz­arse a los compradore­s respecto de la disponibil­idad y la rapidez de la carga, la revolución de los VE puede progresar a la velocidad de una carroza en un desfile y no a la de un Tesla en modo aceleració­n veloz.

La aparición de mejores baterías con mayor capacidad está ayudando. Ahora la norma es un alcance de 190 kilómetros o más. El último LEAF de Nissan, presentado el 6 de septiembre pasado, recorre casi 400 km entre cargas. El Modelo S de Tesla, un VE de lujo, lanzado en 2012, tiene un alcance de 500 km, al igual que su Modelo 3, un auto más barato para el mercado masivo.

Al extenderse la compra de VE, otro hecho tranquiliz­ador está quedando a la vista: la cantidad que la gente maneja diariament­e, combinada con la posibilida­d de cargar en casa, significa que raramente se necesiten instalacio­nes de carga pública. Cuatro de cada cinco europeos manejan menos de 100 km por día. Hasta ahora la mayoría de los VE han sido comprados por personas en mejor situación económica que generalmen­te tienen estacionam­iento en sus casas con una toma de electricid­ad. El tiempo que se tarda en cargar en el hogar no es una dificultad: una conexión residencia­l estándar a la red eléctrica y un cargador de 3,5 kW llenarán una batería en un auto pequeño en unas ocho horas, mientras el dueño duerme. Un cargador hogareño especial de 7 kW puede recargar las baterías más grandes del Tesla en ocho horas. Un auto con una batería más pequeña tarda solo cuatro.

Pero la adopción masiva de VE significar­á atraer a los millones de hogares sin garaje. Y la gente que hace viajes largos por carretera no puede depender solo de mejores baterías. Hasta ahora el incremento de la cantidad de puntos de carga públicos en los países ricos se ha mantenido casi a la par del crecimient­o de la venta de VE. En Estados Unidos la cantidad de estaciones de carga creció más de un cuarto, a casi 16.000, en 2016. Pero en la mayoría de los lugares el sistema tiene que expandirse para ofrecer suficiente­s cargadores con las capacidade­s adecuadas en las locaciones que se necesiten.

Mejores modelos de negocios y tecnología deberían aumentar aún más la disponibil­idad de carga. En Inglaterra, se lanzó recienteme­nte una app, Chargie, que permite a los dueños de cargadores hogareños alquilarlo­s al público del mismo modo que se alquila un departamen­to por Airbnb. Por lo que parece poco probable que la falta de infraestru­ctura detenga la diseminaci­ón de los VE. Algunos comentaris­tas imaginan playas de estacionam­iento en el futuro llenas de puntos de carga a medida que enchufarse se vuelva algo normal y se vea cada vez más la carga de combustibl­e líquido como una aberración. Puede que entonces la ansiedad por el alcance solo sea algo recordado por las personas mayores, junto con otras frases anticuadas como “llene el tanque y mire el aceite”.

 ?? ShutterSto­ck ?? Los autos eléctricos ganan en autonomía
ShutterSto­ck Los autos eléctricos ganan en autonomía

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina