En un tenso encuentro con los familiares, Aguad prometió dar respuesta a los reclamos
Garantizó que continuará la búsqueda con el buque ruso y que comenzaron a recibir propuestas de empresas privadas; analizarán ofrecer una recompensa
MAR DEL PLATA.– Por momentos tensa, de punta a punta intensa, la reunión que durante casi dos horas mantuvieron ayer el ministro de Defensa, Oscar Aguad, y familiares de tripulantes del submarino ARA San Juan abrió una tregua de confianza mutua a plazo fijo. A partir del lunes esperarán aquí las primeras respuestas oficiales que demuestren mayor esmero para dar con el buque
Mientras tanto, dejaron a un lado –pero no descartaron– su idea de llevar el reclamo a la Casa Rosada y estar cara a cara con el presidente Mauricio Macri o –como ya advirtieron– encadenarse a las rejas de acceso a la sede gubernamental.
Más predispuesto a escuchar que a proponer, en un clima de respeto mutuo, esta vez Aguad dejó mejor imagen que en sus anteriores pasos por aquí. El primero fue a pocos días de conocida la desaparición del submarino, cuando anunció que se habían detectado nuevas llamadas desde el buque, dato luego desmentido y que los familiares no dudaron en considerar “un papelón”.
“La reunión fue positiva”, confirmó Marcela Moyano, esposa del tripulante Hernán Rodríguez y ayer vocera del grupo. Reconoce que el ministro mostró compromiso con el caso e interés en atender las demandas de los familiares. “Ahora queremos ver hechos”, resaltó.
Aguad, acompañado por el jefe de la Armada, vicealmirante José Luis Villán, no se cruzó con la prensa y solo aceptó reunirse con un familiar por tripulante. Por eso aguardaron afuera otros 30, que, con banderas argentinas, esperaban al menos un saludo del funcionario.
El ministro ratificó que buques de la Armada continuarán en el área de búsqueda “sin límite de plazo” con apoyo del barco ruso, que está aquí desde hace más de un mes y que hoy volverá a puerto por unos días para reabastecimiento.
Les confirmó que el Estado está pidiendo presupuesto de empresas privadas especializadas en rescate submarino. Como los familiares exigen reacción rápida, se propuso a Aguad fijar una recompensa para buques civiles que rastrillen y puedan encontrar al submarino. Prometió revisar esa chance.
Colaboradores del ministro se reunieron con un armador de buques pesqueros que ofreció hacer un relevamiento con sus unidades en la zona donde se perdió contacto con el ARA San Juan. “Nos atendió la secretaria y dijo que nos van a avisar”, dijo Renato Alegua, el empresario que baraja esta posibilidad con los familiares. Solo pide combustible, víveres y algún incentivo.
Contundentes en sus planteos, a veces con tono elevado, los familiares exigieron reacciones rápidas. Piden que se contrate pronto a una empresa privada que pueda rastrillar. “Hay una firma venezolana que ya mismo puede mandar equipos y un robot submarino sin que haya que pagar ahora”, contó a la nacion Jaqueline Monzón, hermana del suboficial Ariel Monzón. Ellos mismos contactaron a la empresa.
Compromiso por escrito
Le exigieron a Aguad que apure la reparación de los buques dañados en la primera etapa de la búsqueda y que quede escrito que el operativo de búsqueda se sostendrá más allá de cambios de autoridades y organismos. El ministro les volvió a recordar que sabe lo que es el dolor porque él mismo ha perdido un hijo y que tiene un compromiso personal con esta causa: “Este hecho me va a perseguir hasta la muerte y por eso quiero encontrarlos”, dijo sobre los 44 tripulantes.
Fue crudo cuando le comentaron de informes que sostienen que el submarino explotó y que no hay sobrevivientes. Admitió que fue “una tragedia” y ahora sí cree que “tiene responsables”. Y les dijo que será importante el avance de la causa judicial que se tramita en Caleta Olivia.
Los familiares, varios de los cuales pernoctan en la Base Naval, le aclararon que no darán tregua. “Si nos quieren jugar al desgaste, nosotros estamos fuertes y unidos como el primer día”, dijo Laura Rodríguez, madre del suboficial Gabriel Alfaro Rodríguez.
Tres familiares están embarcados en uno de los buques que participan del rastrillaje. Con ellos subió a bordo una vidente que aportó datos sobre la posible ubicación del buque. Sin un solo dato contundente, la Armada y el Gobierno aceptan cada propuesta. Hasta las que parecen más disparatadas para las autoridades.