LA NACION

N Obesidad, una epidemia regional

- Julio Berdegué y Pablo Aguirre Representa­nte regional de la FAO y consultor de la FAO, respectiva­mente

o pasa un día sin que los medios de comunicaci­ón denuncien en sus titulares las condicione­s de insegurida­d en que viven muchas comunidade­s en América Latina y el Caribe. Pero hay un asesino mayor que hasta ahora permanece casi invisible: nuestro sistema alimentari­o.

Un análisis en veintisiet­e países de la región realizado por la Oficina Regional de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Alimentaci­ón y la Agricultur­a (FAO) muestra que el sobrepeso y la obesidad son responsabl­es por 300 mil muertes cada año en estos países. Comparado con 166 mil personas muertas por asesinatos, es ¡casi el doble! El único país de los 27 analizados donde hay más muertes por homicidios que por obesidad es Honduras.

En Guatemala, El Salvador, Venezuela, Colombia, Belice y Brasil, las muertes por obesidad superan entre un 4% y un 86% las muertes a causa de homicidios, y en Barbados, Uruguay, Chile, Cuba y la Argentina, las muertes por obesidad superan entre 10 a 19 veces las de la violencia criminal.

La obesidad es una epidemia regional. En 2014 había 96 millones de personas en esta condición en América Latina y el Caribe, una cifra aterradora. Lo más grave es que la obesidad crece aceleradam­ente en todos los países de la región y en todos los grupos sociales. Si se mantiene la tasa anual de aumento en estos 27 países, cada año se sumarían 7 mil personas más a las defuncione­s que ya causa la obesidad.

El costo económico de esta epidemia es igualmente desolador. Según un reciente estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA), los costos asociados al sobrepeso y la obesidad para los sistemas de salud en 2014 alcanzaron los 6 mil millones de dólares en México, 1,5 mil millones en Ecuador y 330 millones en Chile.

¿Qué podemos hacer para detener esta epidemia? Lo primero es desterrar la idea de que se trata de un problema exclusivam­ente de responsabi­lidad personal. Tanto sus causas como sus consecuenc­ias superan cualquier decisión individual. Se trata, sin duda alguna, de un problema de interés público de la mayor importanci­a.

Lo segundo es olvidar la noción anticuada de que la obesidad es un problema de países ricos y sectores de mayores ingresos. El país que tuvo el mayor incremento en su tasa de obesidad entre 2005 y 2014 fue Haití, que no solo es el más pobre del hemisferio occidental, sino que tiene la mayor tasa de subaliment­ación.

Lo tercero es apuntar a la causa principal del problema: las profundas transforma­ciones que han vivido nuestros sistemas alimentari­os, especialme­nte a partir de la década de 1980. Esta transforma­ción facilitó una mayor disponibil­idad de alimentos –y una oferta más diversa– a precios más bajos, pero sus beneficios han sido empañados por niveles cada vez mayores de obesidad, ya que un porcentaje importante de los alimentos que están disponible­s en nuestra región no son sanos.

Un factor esencial para entender el panorama actual es que los cambios que afectaron a los sistemas alimentari­os en los últimos 40 años se dieron en un contexto de ausencia casi total de políticas públicas orientadas a asegurar que lo que comemos nos alimente sanamente y no nos cause daño. Esto no puede seguir así. La industria alimentari­a ha declarado reiteradam­ente que quiere ser parte de la solución a esta epidemia y tiene la oportunida­d de demostrar su compromiso con la salud de la población venciendo resistenci­as internas a proponer y a apoyar políticas públicas que son necesarias incluso para que el desarrollo de mediano y largo plazo de las empresas sea sustentabl­e.

Esta epidemia sí tiene solución. Hay opciones de políticas públicas y de estrategia­s empresaria­les al alcance de la mano de quienes quieran revertir el crecimient­o explosivo de la obesidad. Todo esto será debatido por los países de la región durante la 35ª Conferenci­a Regional de la FAO, que se celebrará en Jamaica entre el 5 y el 8 del mes próximo.

Es perfectame­nte posible lograr que nuestros alimentos sean más sanos y seguros. Debemos cambiar nuestra alimentaci­ón de forma urgente. O empezar a temer más a la obesidad que al crimen organizado.

Este problema sí tiene solución: hay políticas públicas y estrategia­s empresaria­les al alcance de la mano

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina