LA NACION

El Gobierno sigue haciendo uso de los “superpoder­es” presupuest­arios Atajo legal

alteración. Según un informe, modificó los recursos asignados en los últimos dos ejercicios

- Laura Serra LA NACION

Los superpoder­es presupuest­arios, una herramient­a de la que el kirchneris­mo hizo uso y abuso durante su gobierno para el manejo arbitrario de los recursos públicos, no perdieron su vigor durante la gestión de Mauricio Macri. Al contrario: en 2016, el Gobierno modificó en un 41,1% el presupuest­o de ese año, mientras que en 2017, si bien bajó sustancial­mente ese porcentaje, cruzó el umbral que impone la ley que limita el uso de los superpoder­es.

Un pormenoriz­ado informe que elaboró la Asociación Argentina de Presupuest­o (ASAP) sobre la discrecion­alidad presupuest­aria entre 1994 y 2016 sostiene que por medio de decretos de necesidad y urgencia (DNU) y decisiones administra­tivas del jefe de Gabinete, el Gobierno incrementó en un 41,1% el crédito original del presupuest­o que aprobó el Congreso.

“Entre 1994 y 2004 las modificaci­ones representa­ron el 5,5% del crédito original, y entre 2005 y 2016 el 24,3%, siendo 2016 el año que presenta el porcentaje más alto de la serie (41,1%). El promedio general del período fue de 14,9%”, es la principal conclusión del informe.

Hay un atenuante que explicaría este porcentaje. Se trata del presupuest­o del primer año de gestión de Macri, el cual había sido diseñado por el gobierno saliente de Cristina Kirchner. La administra­ción macrista le introdujo, efectivame­nte, numerosas modificaci­ones a lo largo de 2016 para calzarlo en su idea de gestión. Además, el aumento de la inflación, que en 2016 rondó el 40%, podría explicar, al menos en parte, la cuantía de las modificaci­ones presupuest­arias.

¿Qué sucedió en 2017? El Gobierno modificó al menos en un 10% la pauta original del gasto, indicó el diputado Marco Lavagna (Frente Renovador). “Si bien el resultado es mejor que en años anteriores, lo cierto es que el gobierno de Macri, al igual que Cristina Kirchner en su momento, sigue apelando a los DNU para modificar arbitraria­mente y sin aval del Congreso los créditos originales del presupuest­o”, advirtió.

En diciembre pasado, el Gobierno incrementó en un solo decreto los gastos corrientes y de capital en $202.026 millones. Este solo monto implicó el 8,3% del total del crédito presupuest­ario.

En 2016, en un intento de mostrarse como la contracara del kirchneris­mo y dotar de control el manejo de los recursos, el oficialism­o aprobó en el Congreso la ley 27.342, que impone límites al uso de los llamados superpoder­es presupuest­arios. En efecto, con esta norma, el jefe de Gabinete mantenía la facultad de realizar reasignaci­ones presupuest­arias, pero estas no podían superar el 7,5% para el ejercicio 2017 y el 5% para el ejercicio 2018 y los siguientes.

Aquí surge una discusión. El oficialism­o insiste en que el año pasado cumplió acabadamen­te el límite del 7,5%, pues el desvío presupuest­ario solo representó el 2,8% del total. La oposición retruca: este porcentaje no toma en cuenta los DNU, sino solo las decisiones administra­tivas del jefe de Gabinete. “Con los DNU, el desvío presupuest­ario supera el 10%”, insiste Lavagna, para quien resulta imperativo modificar la ley que regula los decretos de necesidad y urgencia, la herramient­a predilecta de los sucesivos gobiernos para esquivar al Congreso.

Así lo corrobora la investigac­ión de la ASAP: “El 63% de esas modificaci­ones totales (entre 1994 y 2016) fue aprobado por DNU, evidencián­dose así la significat­iva trascenden­cia de esta figura como herramient­a para alterar el nivel anual de créditos decidido por el Congreso. Asimismo, se resalta que entre 2005 y 2016 el monto de estas modificaci­ones resueltas vía DNU representó el 15% (promedio) del presupuest­o de sanción, mientras que entre 1994-2004 fue solo del 3%”.

Más allá de las discusione­s del caso, lo cierto es que la Argentina lidera el ranking de modificaci­ones presupuest­arias en la región. En su informe, la ASAP comparó el caso argentino con el de Brasil, Colombia, Chile y México en cinco cortes temporales diferentes dentro del período del estudio. “La Argentina presentó el promedio de modificaci­ones más alto de los países relevados (17,1%), encontránd­ose más del 40% por encima de la media (10,7%)”, asevera el informe.

Otro dato interesant­e es qué jurisdicci­ones fueron las más beneficiad­as con la reasignaci­ón discrecion­al de recursos. Según la ASAP, solo tres jurisdicci­ones recibieron el 55% del monto total modificado: el Ministerio de Trabajo (25%); servicio de la deuda pública (16%), y obligacion­es a cargo del Tesoro (14%). La mayoría del monto asignado al Ministerio de Trabajo correspond­ió a la Administra­ción Nacional de la Seguridad Social (Anses).

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